Choi San
Por azares del destino y el desastre de vida que ambos llevábamos, esa noche en la que le solté todo lo que me recorría por dentro al chico de pelo castaño, terminamos en un bar de mala muerte.
Nunca antes en mi vida había entrado a uno de esos locales. Primero porque olían mal, a alcohólicos caídos en desgracia. Y segundo, porque cada persona que entraba acababa en una pelea.
Dejando de lado mis principios, me senté en uno de los brillantes taburetes al lado de Wooyoung, quien se movía con cautela y miraba todo con curiosidad. Pude adivinar que también era su primera vez en un sitio así, exceptuando su propio lugar de trabajo. La razón por la que entramos fue que yo necesitaba enfocar su atención en otra cosa que no fueran mis recientes palabras, además de que no iba a dejarle trabajar y no había otra cosa que hacer.Nada más tomar asiento, sentí su insistente mirada sobre mí. Suspiré sin devolverle la mirada, prediciendo una intensa y larga ronda de preguntas y comentarios absurdos. Justo cuando Wooyoung iba a empezar con su monólogo, llamé a la camarera y ordené dos Ballantine's Cola. Iba a necesitar alcohol.
–Qué cita más romántica –ironizó él.
Me giré para mirarle de una vez, enarcando una ceja.
–Una cita la tendrás con Blue, porque desde luego conmigo no.
Wooyoung apoyó un codo sobre la barra, reposando la barbilla sobre su mano y mirándome con atención. Fruncí el ceño por sus ojos perversos.
–¿Te gusto?
Exhalé una risa vacía.
–No sigas por ahí.
–¿Y por dónde sigo? –preguntó, sonando realmente exasperado– No sé cómo abordarte, eres complejo.
–Deja el tema, Brownie. No te montes un escándalo mental sólo porque te haya dicho que tienes los ojos bonitos.
La camarera situó frente a nosotros un par de vasos highball con una sonrisa que le costaba disimular. Ella parecía disfrutar de nuestra conversación, la cual era bastante audible porque estábamos sentados en la barra y no había casi nadie en el bar.
Wooyoung refunfuñó por lo bajo, dando un trago a la bebida.
–Pero necesito respuestas –insistió– Me toleras más que antes. A veces dices cosas... como esa, y un día me dejaste dormir en tu casa. Y estas aquí conmigo, y me prohibes trabajar muchas veces. Poco a poco me dejas entrar en tu vida, ¿por qué lo haces?
Di un largo trago a la mezcla de whisky, preparando los motores para la sesión que se venía. Hacía mucho tiempo que nadie me hacía hablar.
–Has entrado en mi casa, Chucky te quiere, he usado a mi Lady por ti, me llamas por mi nombre, conoces a mi banda, te he visto en plena acción, a veces te pienso, me he acostumbrado a tu forma irrefrenable de hablar... ¿Qué más da ya? Vía libre para meterte en mi vida, en mi mente, donde quieras. Total, ya me has abierto en canal y no me he dado ni cuenta.
Wooyoung dejó escapar una risita. En la cercanía, me fijé en el lunar bajo su ojo y en el de su labio inferior. Instintivamente, mi mirada bajó hacia la marca en su cuello.
–Tienes una laceración –dije, repasando con horror en mi vista la largura de la herida.
–Mhm, bueno, no duele tanto –le quitó importancia– Cuéntame más de ti. ¿Por qué competís entre bandas cuando vais al descampado? ¿Cuál es el objetivo?
–Es complicado –dije, con intención de dejarlo ahí. No obstante, sabía que no me dejaría en paz– Luchamos por conseguir poder, simplemente. Quien gane, obtiene lo que Taek posee.
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IMPUROS - woosan
Fanfiction-¿Quién mierda eres? -Un chico cualquiera. ¿Y tú? -No te importa. -Mmm... -pensé, dando vueltas con la piruleta por mi lengua- No eres un tiburón, ni una serpiente, ni un felino, pero... si te busco, te escapas. Y si me encuentras, me atrapas. ¿Qué...