I.

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Ahí se encontraba Mikey, con los lentes que Baji le había regalado para "verse más estudioso" escribiendo las cosas del pizarrón mientras maldecía en voz alta a su hermano por haberlo obligado a terminar en esa situación. Podía ser muchas cosas, pero tonto no era. No necesitaba estudiar para tener buenas calificaciones, solo no quería asistir a clase y mucho menos hacer tarea.

Ató su cabello mientras volvía a soltar otra maldición a Shinichiro, Draken sentado a su lado riendo ante ello.

─Vamos, Mikey, no es para tanto.

Desde que le habían otorgado el castigo, el rubio no había vuelto a ser el mismo. Se encontraba irritado la mayor parte del tiempo, pues siempre que recordaba que debía estudiar lo hacía querer golpear a alguien. La única forma en el que los capitanes de Tokyo Manji lograban tranquilizarlo era con dorayaki, él volviendo a su infantil ser mientras lo comía y olvidaba por largos minutos el incidente.

En la escuela era algo aparte, solo mantenía expresión seria y miraba con odio a todo aquel que se le pusiera en medio. En las clases solía maldecir a Shinichiro sin pena alguna, pero hacía todo lo que el maestro dijera.

No se iba a arriesgar a perder su CB250T.

─Sí, Kenchin. Sí es para tanto.

Le habían dejado más de diez tareas para poder recuperar las materias en lo que quedaba de año, y debía asistir a detención. Quería ir al techo y saltar de cabeza mostrándole su dedo del medio al director, claro estaba que había ordenado a alguno de los chicos de ToMan a explotar sus llantas y llenar de pintura su auto.

La campana sonó, frunció aún más su ceño cerrando de mala manera su cuaderno y guardándolo en su mochila. Draken hizo lo mismo sin dejar de observar a su mejor amigo con diversión.

─Hoy tenemos reunión en ToMan, no llegues tarde ─el más alto le comentó mientras lo acompañaba al salón donde sería detención

─Lleva una caja de dorayakis o mataré a alguien.

─Lo que digas ─se rió palmeando su hombro y continuando su camino dejándolo parado frente a la puerta de detención.

Mikey solo observó la puerta durante largos segundos antes de rendirse. Abrió la puerta corrediza y se adentró al salón, para su suerte estaba casi vacío. Notó al maestro con un libro en sus manos en el escritorio, dos chicos hablando en la primera fila, una pareja besándose en el fondo izquierdo y un chico dormido al otro lado del fondo.

Suspiró con cansancio cerrando tras de él y caminó hasta el primer asiento que encontró. Dejó caer su mochila sobre la mesa y se sentó en uno de los dos asientos vacíos. Sacó sus cuadernos pensando matar el tiempo haciendo una de las tantas tareas.

─Maldito Shinichiro.

La puerta fue abierta captando su atención. Una chica cruzó la puerta y cerró tras ella, su cabello era blanco y sus mejillas eran rosadas. La ignoró volviendo a sus asuntos observando la tarea de matemáticas.

─Espero seas virgen de por vida, Shinichiro.

La albina escaneó el salón con su mirada sintiendo nerviosismo en su interior. Saludó al profesor y pensó en sentarse junto a los chicos que conversaban, quienes al notar sus intenciones la miraron de mala manera haciéndola congelarse en su lugar.  Solo le quedaba el chico dormido ─la pareja no era una opción─, y el chico aterrador sentado al frente.

Eligió al chico dormido, luego notando que ocupaba varios asientos al estar recostado. Se quejó por lo bajo finalmente mirando al rubio que tenía su ceño fruncido, algunos papeles sobre la mesa y le rodeaba un aura oscuro que la hizo tragar seco.

Pensó en sentarse sola, pero se le haría eterno el castigo, así que tomó valor así sentándose de una vez por todas junto al desconocido. Estaba más que nerviosa, se podía notar en cómo sus manos temblaban o cómo había dejado su mirada espetada en su mochila apesar de saber que el contrario la miraba con irritación.

Sacó sus cuadernos dejando la mochila en el suelo y tomando el de Ciencias, de una vez por todas mirando al chico a su lado, quien ya no la miraba y solo fingía que no se encontraba ahí.

─U-Un placer, soy Takami Ezemi del 2-B.

Mikey la miró logrando que ella sintiera un escalofrío, poniéndola aún más nerviosa. Para él parecía un conejo asustado, inocente y frágil, lo cual era todo lo contrario a él. Se preguntó por qué le había hablado o por qué se había sentado con él en primer lugar.

─¿Y u-usted?

Sintió confusión un momento. Todos en esa escuela ya sabían quién era y todo tipo de detalles sobre su vida, algo así como la celebridad del lugar. Aquella chica no lo conocía, lo cual despertó su curiosidad.

─Manjiro, 3E.

─Gusto en conocerlo, Manjiro-senpai ─le regaló una sonrisa de ojos cerrados intrigándolo aún más ─. ¿Cuánto tiempo le dieron, si puedo preguntar?

─¿Mm?

─Ya sabe, en detención ─respondió llevando uno de sus mechones tras su oreja.

Se veían como la oveja y el lobo.

─Un mes.

La chica pareció sorprendida por la respuesta sin dejar de mirarlo.

─Eso es bastante ─admitió ella sin ocultar su sorpresa, al chico le parecían curiosas sus expresiones ─. Yo estaré dos semanas, creí que ese era el máximo que podían dar.

─Ya ves que no ─sonó aún más cortante de lo que planeaba, así notando nuevamente el nerviosismo en la albina que apartó su mirada volviendo a mirar sus cuadernos.

─S-Sí, bueno... ─tartamudeó volviendo a colocar sus mechones rebeldes tras su oreja ─. ¿Necesita ayuda en sus tareas? Aunque siendo de tercero imagino no podría ayudarlo en mucho...

─No, no podrías.

Ahí terminó la conversación, dejándole a Ezemi unas horribles ganas de llorar y a Manjiro devolviéndole su irritación inicial, maldiciendo a su hermano una vez más.  


detention➨ s. manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora