Extra I.

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─¿A dónde vamos...?

─Shh.

Ezemi hizo puchero tras ser silenciada por el chico. Aprovechando que los otros cuatro miraban a Wakasa o la tarima, tomó la mano de la chica y tiró de ella al público. Se escabulleron entre las personas hasta el exterior, donde lo primero que Mikey hizo fue acorralarla contra la pared y juntar sus labios como había deseado desde que la vió.

Sintió las mariposas revolotear. Con algo de duda pasó su mano a la cintura de la chica logrando ponerla aún más nerviosa. Tiró de ella apegando sus cuerpos mientras se apoderaba de su boca. Deslizó su toque hasta su cadera apretando con sus dedos haciéndola soltar un quejido.

La piel del Sano se erizó al escucharla hacer ese pequeño sonido. ─Joder.

Maldijo por lo bajo separándose de la chica y dándose la vuelta. Ezemi lo miró con confusión sin comprender por qué se alejaba, sonrojada hasta las orejas pero extrañando sus labios.

─¿Te mordí?

La inocente pregunta lo hizo sonreír. Respiró hondo dejando sus manos en sus bolsillos y girando para verla negando con su cabeza.

─No, no es eso.

─¿Y qué es?

Debatió en su interior consigo mismo. No sabía si ser sincero o solo cambiar de tema, talvez si le decía lo que pensaba la incomodaría. Terminó resignándose, solo encogiéndose de hombros y sonriéndole.

─Nada, debemos volver...

─¡No, espera! ─se posicionó frente al chico colocando sus manos en su pecho para detener su andar, gesto que ganó su sorpresa ─. Dime, quiero saber.

─No es nada importante...

─Para mí, sí ─sus miradas se conectaron ─, porfavor.

La miró sintiendo su corazón latir descontrolado. Cada día que pasaba junto a ella solo caía más y más.

─Me gustas, Emi ─le recordó haciéndola sonrojar ─. Me aparté porque no quiero sobrepasarme e incomodarte ─admitió avergonzado ─. Hay veces que quiero tocarte más, por eso me aparto. No quiero presionarte o lastimarte.

Sus palabra lograron aumentar su nerviosismo. Pensó la palabras del chico teniendo una mezcla de sentimientos encontrados. Él la miró en silencio esperando su respuesta sintiéndose también nervioso.

─Yo... ─apartó su mirada dejándola sobre sus manos contra el pecho del chico ─ Yo no puedo darte más, Manjiro.

Sus palabras lo sorprendieron de sobremanera, congelándolo.

─Al menos no por ahora ─continuó sintiendo el sonrojo recorrerla ─. No me siento lista, no aún. Me da miedo pensarlo, jamás he estado con otro chico antes, hace poco di mi primer beso, todo esto es muy nuevo para mí. Confío en tí, de verdad que lo hago. Sé que no me lastimarías, pero no puedo evitarlo. Es muy pronto para mí, para nosotros... hacerlo...

Sintió sus dedos en su cabello, lo cual la hizo mirarlo. Este tenía una pequeña sonrisa en sus labios mientras la observaba con detalle.

─Emi, no quiero que te sientas presionada ─expresó con suavidad dejando el mechón blanco tras su oreja ─. No tienes por qué hacer algo que no deseas, lo entiendo por completo.

Lo miró sintiendo una calidez en su pecho, sus nervios disminuyendo sintiendo tranquilidad.

─A mí también me da miedo, Ezemi ─admitió por lo bajo ─. Me aterra pasarme y la idea de lastimarte. No quiero perder la cabeza o dejarme llevar, quiero esperar por tí. Quiero esperar hasta que estés lista, no hay por qué apresurar las cosas. Quiero que tú misma trazes la línea, marques los límites, me digas lo que está bien y lo que no sin miedo porque te voy a escuchar, ¿sí?

La sonrojada chica asintió con su cabeza.

─N-No me molesta q-que toques m-mis caderas ─murmuró, los colores subiendo. Mikey la miró unos segundos antes de reír avergonzándola aún más.

─Está bien ─se acercó besando su mejilla ─. Ahora sí debemos volver, tu hermano volverá a darme una lectura.

─¿Cómo crees que reaccione cuando sepa que e-eres mi n-novio? ─aún decirlo la ponía nerviosa, cosa que lo hizo volver a reír.

─Poniéndote cadenas y castrándome, seguramente.

─¿¡E-Eh!? ─chilló alarmada viéndolo reír ─. ¿Y-Y tus hermanos?

─A Emma le encantaría ─expresó tomando las manos de ella apartándolas de su pecho ─. Shin estaría feliz de que por fin estemos juntos ─ambos sonrieron, el mayor de los hermanos siempre hablaba de quererlos juntos ─El zorro astuto va a ser el primero en darse cuenta, lo apuesto.

─Tienes razón ─Ezemi rió.

─Yo... quiero que él sea el primero al que le digamos ─confesó sonriente recordando las palabras del peliblanco en su cumpleaños ─. Es un idiota, pero sé que le alegraría saberlo.

─Entonces será él el primero ─afirmó la chica ─. ¿Vamos?

─Vamos.

Se adentraron al lugar una vez más siendo envueltos por las luces y la música. Ninguno de los dos notó al zorro ojimorado parado en la entrada con una sonrisa en sus labios. Los observó mezclarse entre las personas cruzándose de brazos aún contra la pared. Estaba orgulloso de Manjiro, muy orgulloso a decir verdad, cosa que no diría en voz alta.









detention➨ s. manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora