Extra V.

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Estaba bastante nervioso, algo que no diría en voz alta. Miró la puerta unos instantes más antes de tocar. La puerta no tardó en abrirse por una albina, ambos sonriendo involuntariamente al ver al otro.

Ahora se estaba quedando con el bicolor por un tiempo indefinido, tampoco es como si a Vlad le importara demasiado, quizás ni lo había notado.

─Pasa, acabo de hornear galletas.

Asintió entrando a la casa de Seiju, éste último estaba trabajando, por lo cual estaban solos ahí. Era algo que le aliviaba a los otros dos, un pequeño respiro en el cual podían hablar con tranquilidad.

Había recuperado poco a poco el color en su rostro, sus mejillas y nariz con ese suave rosado. Las ojeras ya no se marcaban y hacía todas las comidas del día, en parte por obligación de su padre-hermano.

─Feliz navidad, Emi.

Ésta le regaló una radiante sonrisa que llenó de calidez el pecho de Mikey.

Tomó la bandeja del horno y la colocó sobre la mesada. El pelinegro sonrió mirando las galletas de jengibre.

─Las decoraremos y haremos una casa de jengibre, ¡sin peros!

─No iba a negarme, de todos modos.

Rodeó la mesada llegando hasta ella. Se acercó a sus labios cerrando sus ojos disfrutando de ese sentimiento que le recorría. No necesitaba besarla para sentir su mundo ponerse de cabeza, sin embargo lo hizo, disfrutando sus labios más que a nada.

Cuando se apartó sonrió con diversión juntando sus frentes manteniendo sus ojos cerrados.

─No huele nada mal para haber quemado Economía Doméstica.

─¡A callar! ─chilló apartándose del contrario, que rió mirándola quitar los guantes de cocina y lanzarlos a la mesada, sonrojada.

Lo miró cruzándose de brazos.

─No quemé Economía Doméstica.

─¿Sabes? Mitsuya estaría muy decepcionado de ti.

─¡Que no quemé...! ¡Argh, eres imposible!

Soltó una sonora carcajada, sus ojos llenándose de lágrimas por la incontrolable risa. Se veía muy divertida enojada, roja hasta las orejas y su ceño tan fruncido que debía doler. La albina solo lo miró con molestia mientras éste trataba de recuperar la compostura.

─¿Terminaste? ─inquirió dándole la espalda ─. Debemos esperar a que enfríen, podemos ver alguna película navideña en mi habitación si deseas.

Se paralizó al sentir sus brazos envolverla, abrazándola por la espalda. Dejó su barbilla en el hombro de la chica cerrando sus ojos y sonriendo. Había extrañado su olor, sentirla tan cerca.

─Lo que sea mientras pueda abrazarte.

La albina se sonrojó sintiendo su corazón acelerarse. Se mantuvieron así un poco más antes de que ella se separara regalándole una pequeña sonrisa la cual correspondió. Tomó su mano y lo guió hasta su habitación, casi dejándola abierta por inercia, luego recordando que Seiju no estaba.

La observó darle la espalda mientras colocaba la película en el reproductor, así recordando sus palabras en la llamada del día anterior. Se acostó mirando el techo, un pequeño silencio cubriendo la habitación.

Subió, su brazo siendo tirando por el pelinegro para acercarla. Hizo puchero sonrojada tomando asiento sobre las caderas de Mikey, quien sonrió descansando sus manos en las rodillas de la chica a cada lado de su cuerpo. La observó sintiendo tantas ganas de abrazarla y morder sus mejillas rojizas.

detention➨ s. manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora