XVIII.

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Se encontraban en aquel pequeño parque de siempre. Manjiro estaba sentado en uno de los columpios callado, pensativo. En el otro se mecía Baji hablando con Kazutora, Draken y Mitsuya sentados en el suelo no muy lejos a ellos. No les dió importancia, en su mente corriendo tantas cosas.

Aquella albina había puesto patas arriba su estabilidad, jamás abandonaba su cabeza. Había pasado meses desde detención, se encontraban en vacaciones de verano finalmente.

Recostó su cabeza de la cadena con su mirada perdida. Ella lo hacía sentir tan extraño. No solo aceleraba su corazón cada vez que pensaba en ella, también podía sentir las mariposas cada vez que tomaba su mano o estaban demasiado cerca. Por las noches la llamaba, hablaban a escondidas de su padre hasta quedar dormidos. Solo podía pensar en ella y solo en ella.

─Oye, Kenchin.

Su voz captó la atención de sus cuatro amigos, así notando su expresión seria y su mirada perdida. No habían notado su silencio hasta ese momento, mirándolo con confusión.

─¿Cómo supiste que te gustaba Emma?

La pregunta los desconcertó a todos. El silencio cubrió el lugar, los cuatro amigos conmocionados por las repentinas palabras de Manjiro. No tardaron en conectar las piezas, una sonrisa tirando de los labios de Mitsuya y Draken mientras que los otros dos seguían igual de confundidos.

─¿Por qué preguntas? ─interrogó el de cabello morado divertido.

─Nada importante ─murmuró, esa siendo una muy notoria mentira para todos sus amigos.

─¿Tiene que ver... ─Draken comenzó a hablar sin dejar de sonreír ─, con cierta chica de segundo, baja estatura, ojos grises, cabello blanco e increíble nerviosismo?

Una sonrisa traicionera se mostró en el rubio, así pasando su mirada a su mejor amigo. Baji y Kazutora comprendieron al instante sonriendo con la misma diversión que los otros dos.

─No ─volvió a mentir tan descaradamente que Baji no pudo evitar reír.

Era tan obvio para todos que ellos dos se gustaban, incluso para Mitsuya que aún no la había conocido personalmente. Solo bastaban las cosas que le contaban para saberlo, también el notorio cambio en la conducta del Sano. Era demasiado evidente, pero él aún no lo admitía del todo.

Miró el cielo aún recostado de la cadena dejando caer su sonrisa sintiendo las miradas de los otros cuatro en él.

─Digamos que, hipotéticamente, hay una chica y un chico.

─Ajá, hipotéticamente ─Draken le siguió el juego, a ellos cuatro les divertía la situación.

A Manjiro no le divertía del todo, pues se encontraba nervioso y tenía una opresión en su pecho que le ahogaba.

─Ella es torpe, imprudente, despistada, tímida y muy descuidada ─Kazutora apretó sus labios para no reír con la descripción de su vecina ─, pero es... diferente.

Ninguno de los demás dijeron nada sólo observándolo y esperando a que continuara. Su vista seguía perdida entre las nubes pensando en cómo expresar sus pensamientos.

─Se preocupa por él, intentó con todo lo que pudo formar una amistad con él apesar de que él solo la trataba mal y era cortante con ella al punto de hacerla llorar.

Esa parte de la historia ninguno la conocía, la diversión en ellos poco a poco bajando al notar que no era solo seriedad lo que había en la expresión de Mikey.

─Es linda, muy linda a decir verdad, y es como un verdadero ángel. Sonreía hasta por las cosas más simples que hacía él y él nunca entendió por qué. Es tan dulce e inocente que parece que por el más mínimo daño se va a hacer pedazos.

Su mirada bajó al pasto sintiendo aquella opresión en su pecho aumentar mientras más hablaba.

─A él le comenzó a gustar pasar tiempo con ella, le prometió cuidarla de las personas que la molestaban. Él jamás tuvo el valor de decirle que era un delincuente, porque ella es tan pura... y él solo es un puto monstruo.

Dolía mucho más decirlo en voz alta que mantenerlo en sus pensamientos. Dejó su mirada en su mejor amigo, quien lo miraba sorprendido como sus otros tres amigos. El silencio perduró unos instantes mientras ellos procesaban las palabras. Ni siquiera Baji sabía qué decir.

─Si, hipotéticamente, a ese chico le gustara esa chica...¿Cómo podría tener la suficiente seguridad de que no la lastimaría cuando lo único que hace bien es lastimar a otros y perder el control?

Claro, ya él sabía que le gustaba esa chica, almenos tenía una idea de que eso era lo que ocurría con él. Draken solo miró la expresión vacía de su mejor amigo sintiendo una leve tristeza. Los demás también sintieron ese nudo en sus gargantas.

Pasaban los años y ToMan solo crecía. Pronto su generación daría paso a una nueva para que ellos continuaran sus vidas como lo hizo Shinichiro con Black Dragons, sin embargo no era ningún secreto que con cada día que pasaba el Invensible Mikey solo se hacía aún más invensible.

Y era aterrador cuando perdía el control.

─Yo... ─el rubio no sabía como comenzar, dudoso ─. Si a ese chico le gustara ella, no la lastimaría. Ese chico jamás lastimaría a una chica, mucho menos a una que le importa tanto. Él no lastima a las personas que ama. No es perfecto, pero tiene el mismo derecho que todos los demás humanos en cometer errores.

Mikey repitió las palabras en su cabeza. ─Él siente que la lastimará, él sabe que la lastimará.

─Entonces él es un estúpido inseguro que no se da cuenta que vale más de lo que cree ─las palabras salieron de Baji sin ningún tapujo, tampoco se arrepintió recibiendo sorpresa por parte de todos ─. Debería darse más crédito y notar de una vez que las personas que lo rodean no lo ven de la misma forma que él lo hace, y debería dejar de ser un cobarde y darse una oportunidad a sí mismo.

Silencio.

─Eres un idiota, Keisuke.

─Tú más, Manjiro.

detention➨ s. manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora