XI.

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De alguna forma u otra lograron llegar al centro comercial. Draken llevó a Emma a una cita, por lo cual solo estaban los tres adultos y los dos adolescentes. Por el camino conversaron bastante, a excepción de Waka que conducía y la albina. Uno siendo introvertido y la chica siendo tímida.

La diferencia entre ambos era que él podría hablar con otras personas, pero le aburría y parecía mucho esfuerzo hacerlo, mientras que ella se ponía muy nerviosa y se bloqueaba.

─¿Cómo se conocieron? ─fue la pregunta de Shinichiro una vez estuvieron sentados en aquel restaurante, todos tomando la decisión que era mejor comer antes de hacer cualquier compra.

─Detención ─respondieron al unisón provocando una sonrisa divertida en Seiju.

─Creí que te gustaban los niños bien...

─¡Cállate! ─lo pisó por debajo de la mesa.

A los otros tres comenzaba a divertirle las discusiones de los hermanos mientras más se acostumbraban.

─Me dijiste que respetara a los mayores y tú eres la primera faltándome el respeto ─se quejó el bicolor.

─Siempre actúas como un niño ─farfulló la chica deteniendo su mirada en el chico frente a ella que la miraba sonriendo, cosa que la puso muy nerviosa.

─¿Por qué estabas en detención? ─Shinichiro cuestionó interesado.

Se sentía mal tercio. Entre los dos menores siendo extrañamente cercanos y Seiju coqueteándole sutilmente a Waka, solo quería llorar por su soledad. Se preguntó qué correría por la cabeza de su mejor amigo cuando el contrario le coqueteaba. No parecía molestarle, tampoco había dicho mucho como era usual en él; silencioso y somnoliento.

─Quemó Economía Doméstica.

Su hermano largó una carcajada haciéndola sonrojarse y quejar por lo bajo descansando sus brazos sobre la mesa.

─No quemé Economía Doméstica ─miró a Mikey fingiendo molestia, una traicionera sonrisa escapándose cuando intercambiaron miradas.

Habían comenzado con el pie izquierdo, sin embargo ahora no les daba vergüenza llamar al otro amigo.

─Eres de pocas palabras, ¿eh, Waka?

Ganó un codazo por su hermana que lo hizo quejarse sosteniendo sus costillas.

─Waka-san ─le corrigió con su ceño fruncido.

El bicolor solo la maldijo por lo bajo dejando su codo sobre la mesa y su barbilla sobre su palma. Sus ojos grises se detuvieron en el otro bicolor observando su cabello largo blanco y negro sostenido en un moño mal hecho, pequeños mechones cayendo alfrente. Le era imposible no quedar fascinado por sus rasgos casi femeninos y no sentía vergüenza alguna al coquetearle.

─Me vengaré ─murmuró parando su mirada en la chica sentada a su lado.

─Seguro, ¿cómo?

─No lo sé, ¿prohibiéndote salir con Manjiro-kun?

─No te atreverías.

─Eres muy joven para coge...

─¡Manjiro y yo no cogemos! ─gritó en susurros tirando de la oreja de su hermano sonrojándose por completo. Una risa escapó del nombrado, rosado tiñendo sus mejillas ganando una sonrisa divertida por parte de Shin.

─¿Segura que somos hermanos? No nos parecemos en nada.

Eso hizo sonreír ligeramente a Wakasa. En definitiva, no se parecían en nada aparte del físico.

─¿Cuántos años tienen, por cierto?

─¿Lo preguntas hasta ahora, luego de ser irrespetuoso y descarado? ─la única chica cuestionó con incredulidad.

─Bueno, Manjiro cumplirá sus dieciocho el próximo mes, yo...

─¿Dieciocho? ─interrumpió a Shinichiro con sorpresa mirando al rubio ─. Oye, mi hermana tiene dieciséis desde hace poco, asalta cunas.

Shinichiro rió por lo alto, Wakasa por lo bajo captando la atención de Seiju.

─¿Asalta cunas? ─repitió Mikey sonriendo divertido, la chica no sabía dónde meterse para evadir la vergüenza ─. Solo son dos años, no es como que podría ser su padre o algo así.

─¿Admites indirectamente que tienes intenciones con mi hermana? ─lo miró entrecerrando sus ojos en dirección al rubio.

─Tampoco dije eso.

─No volveré a salir contigo, Sei ─se quejó la más baja cubriendo su rostro con ambas manos.

─Debo cumplir mi papel de hermano mayor sobreprotector ─le sacó su lengua con burla ─. Aunque sigo prefiriendo la idea de que te gusten las chicas.

─No me gustan las chicas ─repitió dejando de cubrir su rostro ─. Sólo lo dices porque quieres ver a nuestro padre molesto.

─Sí, obviamente ─rodó sus ojos parando su vista en Manjiro ─. ¿Y si lo vestimos de chica? Tendría el mismo efecto en el viejo.

─Sería algo divertido de ver ─Shinichiro rió ganando un quejido por parte de su hermano ─. Como decía antes, yo pronto cumpliré veintisiete y ya Waka los cumplió.

─¿¡Veintisiete!? ─los hermanos exclamaron reincorporándose en sus asientos.

─¿Se ven mayores, o qué? ─se burló Mikey.

─Ay, Dios mío ─la chica se inclinó ─. Lamento el comportamiento de mi hermano, es un idiota.

─¡Oye! ─protestó el nombrado.

─¿Tú cuántos tienes, Seiju-kun?

La pregunta llamó la atención de todos, que miraron a Wakasa con cierta sorpresa siendo la primera vez que hablaba en todo ese rato. El nombrado lo observó en silencio, luego sonriendo.

─Veintiuno ─respondió encogiéndose de hombros.

─¿Tienes algo con coquetear con personas mayores? ─la albina preguntó con molestia.

─Sí, como tú ─volvió a sacarle la lengua.

─¡Que Manjiro y yo no...!

─Lo que digas.

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detention➨ s. manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora