Nuestro Mejor Error <Bughead>

DOS

—De verdad te lo digo. Eres lindo — Aseguró la rubia acercándose a él y tomando su rostro entre sus manos, para unir sus labios con los de el.

Betty lo besó apasionadamente y el no supo cómo reaccionar. Lo tomó totalmente por sorpresa, pero por alguna razón él le correspondió aquel beso y fue muy intenso y apasionado. De alguna manera los labios de la rubia le encantaron y no fue capaz de reaccionar hasta que se separaron por falta de aire y mantuvieron contacto visual por un momento.

—Betty — Reaccionó Jughead, saliendo de su trance. —¿Y eso que fue?—

—¿No te gustó?— Preguntó la ojiverde, pícara. —Es que eres muy lindo. ¿Yo no soy linda para ti?—

Jughead suspiró y empezó a conducir. —Te llevaré a tu casa Betty. ¿Por qué tomaste tanto alcohol?—

—Que no tome mucho alcohol. Ahora suenas como Verónica— Se quejó Betty volviendo a reír sin ningún motivo. —¿A donde me estas llevando?—

—Te dije que te llevaré a tu casa— Respondió Jughead sin dejar de mirar el camino. —No sabía eso sobre ti, Cooper. Lo cual es lógico porque nunca nos hablamos en la secundaria —

—Te ves sexy cuando conduces. ¿Donde estuviste toda mi vida, guapo?— Preguntó la ojiverde mordiéndose el labio mientras lo miraba.

Jughead no le respondió hasta que llegó a la dirección que le dio la rubia y detuvo el auto frente a su casa.

—Llegamos Cooper— Avisó el ojiazul saliendo del auto y luego dando la vuelta para abrirle la puerta a Betty. —Vamos—

—Yo no quiero — Se negó, cruzando los brazos.

—No te comportes como una niña pequeña y ven— Exigió el chico.

—Que no— Siguió negándose.

—De acuerdo. Tú me obligaste— Advirtió Jughead sacándola del auto y cargándola como un saco de papas.

—¡No! ¡Bájame loco!— Exigió Betty empezando a golpear suavemente su espalda y a patalear.

—Cuando estes en tu casa— Sentenció el pelinegro cerrando la puerta de su auto y caminando hacia la casa de la rubia, con ella encima. —¿Tienes la llave?—

—No te la daré... oh no— Se lamentó cuando vio que sus llaves se cayeron.

Jughead sonrió con superioridad y bajó a Betty para tomar las llaves de la casa y abrir la puerta principal. —Vamos Cooper — La tomó de la mano.

—¡Que no!— Se negó Betty intentando soltarse del agarre del chico, pero éste era más fuerte.

—Ya estás adentro— Avisó Jughead ya cuando entró a la casa con ella. —Ahora vete a dormir porque yo me iré —

—No, ahora tú te quedas— Exigió Betty tomándolo de la mano.

—Betty, ya debo irme. Por favor suéltame — Le pidió.

—Claro que no— Negó Betty guiándolo a la sala de estar. —Me quedaré solita y no quiero —

—Betty...

—Por favor...— Suplicó.

—Pero yo ya tengo que...

—Por favor, por favor, por favor...— Suplicó poniéndole ojitos.

—De acuerdo. ¿Si me quedo por un momento me dejarás en paz?— Preguntó Jughead.

—¡Si!— Chilló Betty casi arrastrándolo hasta la sala hasta empujarlo a un sofá.