DIECIOCHO

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Iba anocheciendo y la rubia estaba maquillándose frente al espejo de su habitación para su encuentro con Jughead de ésta noche. Estaba como adolescente antes de su primera cita con el chico que le gusta, y eso sin mencionar lo ansiosa que se sentía porque al completar los nueve meses de embarazo, podría romper fuente en cualquier momento y eso la asustaba.

El sonido de alguien tocando la puerta principal de la casa sacó a la rubia de sus pensamientos. Obviamente era Jughead. Ésta bajó lentamente las escaleras, ya que se le dificultaba más por su enorme panza, y cuando abrió la puerta se encontró con el pelinegro y una enorme sonrisa se formó en su rostro. El chico estaba sencillamente vestido con una camisa blanca y con el cabello hacia atrás, provocando que Betty lo mirara de arriba a abajo.

—Te ves hermosa— Admitió Jughead mirándola de arriba a abajo con una sonrisa.

Betty bajó la mirada, sonrojada. —No digas tonterías. Nisiquiera sabía que ponerme con esta enorme panza—

—Pero te ves hermosa estando embarazada. Te lo juro — Aseguró el ojiazul.

Betty sonrió. —No lo creo—

—Pues yo si— Insistió Jughead dando un paso más cerca de ella. —Extrañare verte con la panza cuando tengas a la bebé—

—Yo no — Admitió Betty soltando una pequeña risa.

Uno sostuvo la mirada del otro, formándose otra vez esa tensión entre los dos, que ya era habitual que se formara.

Jughead aclaró su garganta. —Entonces... ¿Estás lista?— Preguntó.

Betty asintió y salió de su casa, cerrando la puerta tras ella.

Jughead la tomó de la mano y la guió hasta su auto, abriéndole la puerta para que entre, para luego entrar él y empezar a conducir a su casa.

—Betts, ¿Todo bien?— Le preguntó Jughead mientras conducía. —¿No tienes alguna contracción? ¿Te duele algo?—

Betty suspiró y lo miró. —Estoy bien. Últimamente me preguntas eso todos los días a cada minuto—

—Lo se y perdón pero es que estás...

—¿A punto de tener a la bebé? Si Jug, lo sé. Pero cuando eso pase, prometo avisarte—

Jughead hizo un silencio mientras conducía. —¿Y si eso pasa cuando yo no esté cerca?—

—Eso es casi imposible. Pasamos todo el día juntos. Hasta duermes conmigo algunas noches— Le recordó.

—Lo se pero... aún así no me quedo tranquilo cuando tengo que dejarte sola—

—Yo estoy bien. De verdad. Es lindo que te preocupes pero... creo que estás exagerando un poco —

—Bueno... puede que yo halla exagerado un poquito— Admitió mientras estacionaba el auto frente a su casa. —Llegamos nena—

Bajaron del auto, pero antes de entrar a la casa,Jughead tapó los ojos de Betty con sus manos.

—¿Que haces?— Le preguntó Betty.

—Solo déjate llevar— Respondió el ojiazul abriendo la puerta de su casa con una mano mientras cubría los ojos de la rubia con la otra.

Éste guió a Betty hasta el interior de su casa y le destapó los ojos. —¿Que te parece? ¿Te gusta? No sé hacer ese tipo de cosas— Admitió.

Betty miró a su alrededor y se cubrió la boca con ambas manos para no gritar. Jughead había cumplido uno de sus caprichos. Preparó una cena romántica con algunas velas y algunas rosas rojas en medio de la mesa. Algo cliché, pero Betty siempre había querido que alguien le preparara algo así y Jughead hizo su mejor esfuerzo con esto, porque él no sabía como ser romántico.

Nuestro Mejor Error <Bughead> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora