TREINTA Y TRES

631 36 51
                                    

Betty despertó, confundida. Sentía que había dormido por días y no vio a Jughead a su lado. Se levantó y se organizó un poco el cabello frente al espejo para ir a ver a su hija, pero la pequeña no estaba en su cuarto.

—¿Jughead?— Lo llamó saliendo de la habitación de su hija. —¿Sol?—

—¡Mami!— Chilló la pequeña apareciendo en el pasillo frente a ella y corriendo a sus brazos.

—Mi amor — Respondió Betty tomándola en sus brazos y abrazándola. —¿Donde estabas? ¿Por qué estás tan elegante?— Preguntó al ver a la pequeña con un lindo vestido azul mar y con una linda diadema del mismo color en su cabello suelto. —¿Donde está papi?—

—Balcón— Respondió señalando el pasillo.

Betty hizo una mueca, confundida, y fue hasta donde le dijo su hija. Cuando llegó al balcón, abrió su boca, sorprendida.

El balcón estaba lleno de luces que colgaban, algunas velas alrededor y globos en forma de corazones adornando el lugar. Estaba atardeciendo y desde ahí se podía ver a la perfección aquel hermoso atardecer.

—¿Te gusta?— Preguntó Jughead apareciendo frente a ellas. Sol le extendió los brazos a Jughead y éste la tomó. —Creo que estoy mejorando en esto de ser... romántico— Presumió.

—¿Tu hiciste todo esto solo?— Preguntó Betty mirando a su alrededor, sorprendida.

—Tuve la ayuda de dos pequeñas manos— Respondió el chico besando la mejilla de su hija y dejándola en el piso. —¿Te gusta?—

Betty lo abrazó. —Me encanta— Admitió separándose. —¿Que se traen tú y Sol? Están los dos muy elegantes y yo estoy hecha un desastre—

—Tu nunca estás hecha un desastre amor— Negó Jughead tomando el rostro de la chica entre sus manos y mirándola directamente a los ojos, y ella hacía lo mismo. —Escucha, Betty. Te conocí de una manera extraña. Éramos compañeros de secundaria y nunca nos hablamos. Maduramos y nos encontramos esa noche en un bar pero terminamos en la cama por efecto del alcohol. Yo no tenía intención de volver a buscarte pero... pasó algo que nos obligó a volver a vernos. Engendramos a nuestro pequeño error y aunque al principio teníamos miedo decidimos hacernos responsables. Gracias a este pequeño error— Miró a su hija y luego a Betty nuevamente. — Gracias a ese pequeño error empecé a conocerte más y me enamoré perdidamente de ti, Betty Cooper. Ya cuando nació nuestra bebé no era ella lo único que me unía a ti. Me enamoré Betty. De tus ojos, de tu sonrisa, tu aroma, tu cabello, tu cuerpo, tu voz, me enamoré perdidamente de ti y ahora tendremos un segundo milagro inesperado y no podría estar más feliz. Te amo— Confesó dejando un pequeño beso en su frente.

Los ojos de Betty se cristalizaron mientras su hija se ponía en medio de ellos con una sonrisa inocente y ella tomó sus pequeñas manos sin dejar de mirar a Jughead. — Juggie... yo tampoco tenía intenciones de volver a verte. Lo que pasó entre nosotros aquella noche fue solo cosa del alcohol y el deseo. Pero luego me enteré de que gracias a esa noche empezó a crecer un pequeño milagro dentro de mi y en ese momento lo vi como un error. Pensé que mi vida había terminado pero... mi bebé se convirtió en otro motivo para vivir y cuando fui conociéndote me enamoré de lo profundo de tus ojos, tu mirada, tu manera de tratarme y cuidarme en todo mi embarazo. Estuviste ahí hasta el último momento y ahora agradezco que hicimos una bebé aquella noche porque eso me unió a ti. Ese fue mi mejor error— Aseguró acariciando la mejilla del chico y rompiendo a llorar.

Nuestro Mejor Error— La corrigió mirando a la niña y luego a ella. — Sol, haz lo que papi te dijo—

La menor sonrió y tomó un dibujo que estaba sobre una pequeña mesa que estaba en el balcón y se lo tendió a Betty.

Ésta tomó el dibujo y lo leyó en voz alta. —Mami, ¿Quieres casarte con mi papi?— Terminó de leer con las lágrimas descendiendo por sus mejillas y mirando a Jughead y a su hija.

Jughead se arrodilló frente a ella y sacó de su bolsillo la pequeña caja de terciopelo color rojo vino y la abrió, dejando ver aquel hermoso anillo. —¿Aceptarías casarte conmigo?— Preguntó con los ojos cristalizados, mirándola fijamente.

Betty asintió rompiendo en llanto sin poder decir ni una palabra. Jughead le colocó el anillo para luego ponerse de pie y abrazarla, mientras la pequeña niña los miraba a ambos y aplaudía, contenta.

Cuando Betty por fin pudo decir una palabra, se separó del abrazo, limpiándose las lágrimas. —¿Entonces eso era lo que se traían tú y Sol?—

Jughead asintió con una sonrisa presumida mirando a su hija y luego a Betty. —Pensaba en hacerlo frente a todos en la noche de karaoke del White Worm, pero ya sabes lo que pasó—

—Por eso estabas tan nervioso. Yo arruiné la noche de la propuesta— Dijo Betty.

—No amor— Negó Jughead acariciando su mejilla. —Quien lo arruinó fue Cora. No tú. Te amo Betty Cooper. Lo mejor que pude haber hecho fue embarazarte— Admitió soltando una pequeña risa.

Betty rió y lo volvió a abrazar y luego miró a la pequeña Sol, quien los miraba a ambos con una sonrisa inocente en su rostro. —Mami está orgullosa mi vida—

Sol sonrió y le pasó los brazos a su padre y éste la tomó. — Ella solita escribió lo que dice en el dibujo que te mostró. ¿Quien mejor para ayudarme a proponerte matrimonio que nuestra hija? Ella lo inició todo—

—Y justo ahora no me arrepiento de haberme embarazado de ti. Tengo una hija maravillosa y próximamente al mejor esposo del mundo— Aseguró Betty besando suavemente los labios de Jughead.

—¡No mami! ¡Besos míos!— Reclamó la pequeña abrazándose de su padre, haciendo que ambos suelten una risa.

—Eres muy celosita mi amor. ¿Que pasará cuando nazca tu hermanito?— Preguntó Betty, divertida.

—No sabes lo feliz que me hace saber que tienes a otro hijo nuestro dentro de ti. Te amo— Confesó Jughead sonriéndole.

—Te amo Jug— Respondió la rubia.

—Te amo— Repitió Sol con una sonrisa inocente escondiéndose en los brazos de su padre.

Jughead y Betty rieron y ésta vez se abrazaron con su hija en medio de ellos. Sentían que su felicidad se estaba completando aunque hallan hecho las cosas al revés. Ahora formaron una familia con mucho amor y no se arrepentían de nada.

Soy muy sensible así que

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Soy muy sensible así que... traté de escribir esto sin llorar 🥲❤️

-2 o -3, no se jjjs

Los ama....

Samy ❤️

Nuestro Mejor Error <Bughead> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora