CATORCE

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Jughead se quedó esperando a que Betty llegara, pero ya iban a ser las seis de la tarde y la rubia no aparecía. Jughead se puso de pie dispuesto a ir a la casa de Betty a investigar por qué lo dejó plantado. Estaba muy enojado, pero también preocupado. Llegó a pensar en que tal vez le pasó algo o no se sentía bien y por eso no llegó.

Caminó hasta la casa de Betty y cuando llegó, tocó la puerta suavemente. Lo que él no sabía es que en el interior de la casa había  una Betty que se estaba odiando por no poder dejar de llorar y por haberse ilusionado, y estaba decidida a no abrirle la puerta.

Jughead siguió tocando insistentemente la puerta. —¡Betty! ¡¿Estás ahí?! ¡¿Te encuentras bien?! ¡¿Se puede saber por qué me dejaste plantado?!— Preguntó mientras seguía tocando la puerta.

Betty no le abría la puerta y él seguía tocando. —¡Se que estás ahí! ¡¿Que pasa?! ¡¿Te sientes mal?! ¡Betty, abre la puerta!— Exigió, ya sin paciencia.

—¡¿Que diablos es lo que quieres?!— Preguntó la rubia abriendo la puerta con las mejillas empapadas de lágrimas y los ojos rojos. —¡¿Podrías dejarme en paz?!—

Jughead la miró, confundido y preocupado. —¿De que estás hablando? Quedamos de vernos en Pop's hace como dos horas y no llegaste. ¿Estás atravesando uno de tus cambios de humor o que?—

—Vete— Exigió con la voz entrecortada y limpiándose las lágrimas.

—Betts, se lo que te esta pasando. Son las hormonas del embarazo y entiendo que...

—¡No son las malditas hormonas! ¡Verdaderamente no te entiendo Jug!— Le gritó.

—¿Ah si? ¡El que no lo entiende soy yo!— Le respondió en el mismo tono. —¡Íbamos a vernos en Pop's y me dejaste plantado esperando como un idiota por dos horas!—

—¡Yo sí fui y te vi besándote con una chica!— Le reclamó. —¡¿Querías burlarte de mi?!—

Jughead hizo un silencio, sorprendido y a la vez muy arrepentido. —¿Acaso tu viste cuando...?—

—Lo vi y lo escuché todo— Aseguró Betty. —Pero está bien. Lo único que te pido es que seas sincero conmigo para evitar hacerme ilusiones.

—Betts, eso lo puedo explicar —

—Tu no tienes que explicarme nada. No somos nada. Pero... ¿Entonces por qué me miras de esa manera? ¿Por qué tratas así y por qué me... besas? Me hiciste creer cosas que no debí creer cuando solo soy la chica que lleva a tu bebé dentro—

—Eso no fue cierto. Solo quise quitármela de encima pero por ella no te...

—Y también vi cuando la besaste. Tú no te negaste y hasta pareció que lo disfrutaste. ¿Pero sabes que? No me expliques nada. Ahora solo quiero estar sola e irme a dormir — Le pidió queriendo cerrar la puerta.

Jughead detuvo la puerta. —¿No me dejarás explicarte?  No quise decir eso. De verdad la paso muy bien contigo y para mi eres mucho más que...

—¡Estoy bien con que solo me consideres la madre de tu bebé y...!—

—¡Un bebé que yo no te pedí— Le gritó el pelinegro, cansado. —¡En ningún momento te pedí que te embarazaras! ¡En primer lugar, yo nunca quise a ese bebé y estoy seguro de que tu tampoco!—

Betty lo miró y más lágrimas empezaron a salir abundantemente de sus ojos. Jughead se había mostrado muy emocionado con el bebé y ahora estaba diciendo que nunca lo quiso.

—Pero yo si lo amo... y también es tu hijo— Le recordó apenas audible.

—Un hijo que en ningún momento desee que me dieras— Le contestó mirándola, serio.

—¡Entonces no tienes que estar en su vida si no quieres! ¡Puedo criarlo yo sola!— Aseguró.

—¡Entonces hazte cargo tu sola porque yo ya estoy harto!— Confesó dándole la espalda y azotando la puerta al salir.

Betty no podía creer lo que acababa de escuchar, así que subió a su habitación para continuar llorando abrazada a una almohada. No podía parar aunque lo quisiera y las hormonas del embarazo no ayudaban en nada.

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Después de salir de la casa de Betty, muy enojado, Jughead caminó directamente a un bar y fue directamente al mostrador para pedir una bebida cualquiera y empezar a beber con intenciones de perder hasta la consciencia. Recibió una botella de vodka y empezó a beber como si no hubiese un mañana, sin notar la presencia de sus amigos. Reggie, Sweet pea y Archie.

—Oye futuro papá... será mejor que no tomes mucho de eso — Sugirió Archie, divertido.

—Hace mucho que no venias. Ven con nosotros — Invitó Sweet pea.

—¿Podrían dejarme en paz y no hablarme? Es todo lo que quiero— Pidió el ojiazul, molesto, tomándose buenos y largos tragos de su botella de vodka.

Archie, Sweet pea y Reggie se miraron, confundidos y algo sorprendidos por el comportamiento de su amigo.

—Hermano, ¿Todo bien?— Le preguntó Archie acercándose a él.

—El futuro papá está de mal humor — Murmuró Reggie.

—Escuché eso Reggie— Advirtió Jughead tomándose toda su botella de un trago. —Y respondiendo a tu pregunta, Archie, no. Nada está bien y hace tiempo que no lo está conmigo.

— ¿Y se puede saber por qué?— Preguntó el pelirrojo. —¿Ocurrió algo?—

—Pasa que antes todo era más fácil. ¿Desde cuando las cosas se volvieron mucho más complicadas?— Preguntó el ojiazul, frustrado.

—Tienes razón... ahora todo es mucho más complicado. No sé de qué me hablas pero... recuerda que todo es mucho más complicado para todos, y no solamente para ti— Aconsejó Archie alejándose de él, porque evidentemente quería estar solo.

Jughead suspiró y empezó a jugar con su botella vacía de vodka. Empezó a pensar en todo lo que le dijo a Betty y a darse cuenta de lo que había dicho en realidad, empezando a odiarse por eso, sabiendo que seguramente la lastimó mucho.

Tomó aire y se puso de pie para salir corriendo del bar, dejando a sus amigos aún más extrañados.

Éste corrió directamente a la casa de Betty y se detuvo en la puerta principal, empezando a tocar insistentemente. —¡Betty! ¡Betty, lo siento! ¡No quise decir nada de eso! ¡Perdón!.



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Samy ❤️

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