Nuestro Mejor Error <Bughead>

VEINTITRÉS

Betty estaba en casa intentando tranquilizar a su hija, la cual estaba llorando sin razón aparente. Además de que Jughead tomó una muy mala actitud, la bebé también se había vuelto rebelde y Betty pensó que tal vez era porque Jughead la ignoraba por completo y ella quería algo de atención de su padre.

—Sol, ya no llores mi vida. Papi se está portando mal pero él te ama. Yo sé que aún te ama— Aseguró Betty abrazando a su pequeña mientras intentaba no romper en llanto.

En eso alguien tocó la puerta y la rubia se puso de pie, extrañada. Aún era muy temprano para que Jughead volviera de no se sabe dónde y ella no esperaba visitas.

—¿Quien es?— Preguntó Betty acercándose lentamente a la puerta principal con su hija en brazos.

—Kevin Keller. ¿Aún te acuerdas de mi?— Preguntó el chico desde afuera.

Betty se apresuró a abrir la puerta principal y una gran sonrisa apareció en su rostro al encontrarse con su gran amigo Kevin. —Kev... no me dijiste que vendrías. Ven—

—Quería darte una sorpresa — Respondió Kevin dirigiéndose a la sala de la casa detrás de la rubia.

—¿Y Fangs?— Preguntó Betty sentándose en el sofá acomodando a su bebé en su regazo, la cual había dejado de llorar gracias a la visita.

—Salió a encontrarse con Sweet pea y con Reggie . ¿Y cómo está mi ahijada consentida? Ven con el tío Kevin pequeña— Dijo Kevin tomando a la bebé y sentándola en su regazo. —Está cada día más hermosa—

—Ella es mi vida— Aseguró Betty mirando a su hija con una sonrisa triste.

Kevin aclaró su garganta. —¿Y donde está el hombre de esta casa?—

Betty suspiró y bajó la mirada. —No lo sé. Salió a no se donde—

Kevin miró a Betty, preocupado. —¿Que ocurre? Ahora que me estoy dando cuenta... no te ves bien. Te ves cansada, tienes ojeras y veo que has llorado. ¿Pasa algo malo?—

Betty negó limpiándose una lágrima que se le había escapado y sonriéndole forzadamente.

—Betty, sigo siendo tu amigo. Puede que yo viva en otra ciudad y ya no venga tan seguido pero sigo siendo tu amigo. ¿Que está ocurriendo?— Preguntó Kevin.

—Ya no lo aguanto más...— Admitió la rubia rompiendo en llanto. —Ya no lo soporto. No soporto su indiferencia. Me grita y ya nisiquiera mira a nuestra hija. No entiendo qué fue lo que le hice pero de repente cambió y no sé por qué...—

Kevin suspiró y se sentó al lado de la rubia con la bebé aún en su regazo y la abrazó. —Tranquila. Desahógate cuanto quieras pero juro que voy a matar a Jughead —

—¿Que le hice?— Preguntó Betty aún abrazándolo.

—Tu no hiciste nada Betty. Ese estúpido es el que no sabe valorarte. No lo mato porque es el padre de mi ahijada consentida. Tranquila Betty— La tranquilizó mientras la abrazaba.

Betty se aferró a él. Necesitaba ese abrazo con urgencia en estos días y ahora por fin alguien se lo había dado. Su mejor amigo de secundaria, el cual siempre la apoyaba y quería a Sol tanto como a ella.

Pero lamentablemente Kevin tuvo que irse después de unas horas en las que Betty por fin pudo desahogarse y tuvo a alguien que la ayudara con la bebé. Y ahora, desgraciadamente, estaba en la soledad de su casa con su pequeña, la cual necesitaba a su padre.

Betty estaba sentada en el piso jugando con Sol. A la niña le estaba haciendo demasiada falta su padre, pero Betty la entretenía de alguna manera.

La puerta de la casa se abrió, dejando ver a un Jughead que se tambaleaba de la borrachera que tenía y cerró la puerta con tanta fuerza, que asustó a la bebé y la hizo llorar.

—¡¿Pero qué mierda pasa contigo?!— Preguntó Betty poniéndose de pie y tomando a su pequeña en brazos, y ésta lloraba.

—Deja de reclamarme Betty — Exigió el pelinegro caminando hacia ella, casi sin poder mantener el equilibrio.

—¡Aléjate! ¡Estás tan ebrio que podría tirarte con tan solo tocarte! No te quiero cerca de mi hija así — Respondió Betty retrocediendo dos pasos más lejos de él.

—Esa bebé también es mi bebé — Le recordó.

—¡¿Y ahora te interesa?!— Preguntó Betty, enojada. —¡Si estuvieras sobrio nisiquiera la mirarías!—

—¡Deja de gritarme Cooper!— Exigió Jughead.

Betty no le respondió y se llevó a su hija a su habitación y cerró la puerta con seguro. La bebé seguía llorando desconsoladamente y Betty se sentó sobre la cama y en un intento de calmarla se acostó con su pequeña al lado.

—Shhh... no pasó nada mi bebé. Mami está aquí. No llores chiquita— Le habló suavemente y besó su frente, logrando tranquilizarla un poco.

—Betty...— La llamó Jughead tocando insistentemente la puerta de la habitación. —¿Quieres por favor abrirme la maldita puerta?—

—¡Estoy cuidando a Sol. Algo que tú no haces! Por favor vete y pasa la maldita noche en la calle si quieres. Estamos mejor sin ti— Aseguró la rubia con la voz rota.

—¡También es mi hija!— Le recordó el ojiazul.

—Pero eso no lo dices cuando necesito que me ayudes a cuidarla — Le respondió. —Ahora cállate porque intento dormirla—

Después de eso no se escuchó nada más por parte de los dos. La bebé se quedó dormida y Betty también. La rubia estaba exhausta. Ahora tenía que cuidar de su hija todo el tiempo y también trabajar, ya que Jughead ya no la ayudaba.

Despertó y sonrió cuando vio que su bebé aún dormía tranquilamente. Aunque Jughead la trataba mal últimamente, se paró de la cama y salió de la habitación, cerrando lentamente la puerta, y fue hasta las escaleras para bajar a la sala y ver que pasó con Jughead.

Encontró al pelinegro viendo la tv y éste se giró a mirarla. —¿Ya se te pasó tu berrinche? ¿Me dejarás ver a la bebé?— Le preguntó poniéndose de pie y acercándose a ella.

—Hace semanas que nuestra hija ya no te importa. ¿Por qué te interesaría ahora?—

—¿Cuando será que dejarás de reclamarme todo?— Preguntó Jughead, ya harto.

—Hoy duermes en ese maldito sofá— Sentenció Betty dando la vuelta para retirarse de ahí. Ella no sabía en qué iba a terminar todo esto.

🥲🥲🥲💔 Creo que ahora es un buen momento para avisar que esta novela no será muy larga

Samy ❤️