VEINTE

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—¿Cuando terminará esto?— Preguntó Betty cerrando los ojos con fuerza estando en la camilla, inhalando y exhalando profundamente.

—No quiero asustarte pero... es la primera vez que tendrás un bebé así que... esto puede tardar— Advirtió Jughead.

—Maldición...— Murmuró la ojiverde llevándose una mano a la cara. —¿En que me metí?—

—Estamos juntos en esto. Yo estoy a tu lado— Aseguró Jughead tomando su mano.

Betty le sonrió débilmente mientras aún tenía los ojos cerrados e hizo una mueca cuando otra contracción apareció. —¡Esta bebé va a matarme!— Se quejó apretando la mano de Jughead.

—¡Betts, vas a quebrar mi mano!— Se quejó el chico.

—¡Yo no te pedí que me dieras la maldita mano!— Respondió.

—¡No grites!—

—¡Tu tampoco! ¡Tú no eres el que tendrá un bebé, maldita sea!— Gritó Betty soltando otro quejido.

—También estoy nervioso Betty — Le recordó.

—¿Ah si? ¡Yo siento que voy a morir!— Contestó la ojiverde fulminándolo con la mirada.

—¿Esto es normal? Voy a llamar a la doctora— Avisó Jughead.

—Ya estoy aquí señor Jones— Avisó la doctora entrando a la habitación con algunas enfermeras tras ella. —Elizabeth, ¿Lista para conocer a tu bebé?—

—Por favor... termine con esto— Suplicó la ojiverde, hiperventilándose.

—Perfecto. Pero necesito de su cooperación — Dijo la doctora.

—Lo que sea... pero por favor... que esto termine— Pidió Betty en voz baja.

Jughead acarició su mejilla. —Lo harás bien. Yo sé que eres fuerte —

Betty le sonrió y empezó lo más difícil. Esta parte del trabajo de parto tardó alrededor de casi dos horas y no se sabía cuál de los dos sufría más. Él odiaba verla con tanto dolor y eso sin mencionar que Betty apretaba su mano con fuerza tras cada contracción de tal manera que estaba a nada de quebrársela.

—¡Jug, te odio! ¡Tú me hiciste esto!— Gritó Betty aún en labor. —¡¿Que te costaba usar un maldito condón?!— Preguntó soltando otro grito.

—Yo estaba ebrio igual que tú. Betts, por favor, no te rindas— La animó acariciando su frente sudada. —Lo siento...— Le susurró a la doctora.

—Descuide. Escuchamos de todo en este tipo de situación. Elizabeth, falta muy poco. Su bebé ya casi sale. Solo un poco más— Avisó la doctora.

Betty asintió y soltó otro grito, dando así su último esfuerzo con las pocas fuerzas que le quedaban para tener a su bebé, hasta que dejó caer su cabeza hacia atrás y soltó un profundo suspiro cuando escuchó a su bebé llorando.

—Ya está aquí — Dijo la doctora tomando a la recién nacida en sus manos. —Felicidades. Acaban de tener una hermosa niña—

—Dios...— Murmuró Jughead mirando a la bebé, la cual no paraba de llorar. —Betts, lo hiciste. Ahí está nuestra bebé —

—Mi bebé...— Dijo Betty tomando a la pequeña en sus brazos mientras ésta aún lloraba. Nació con el cabello rubio, pero un poco más oscuro que el de su madre.

Jughead las miró a ambas y sonrió con los ojos levemente cristalizados deteniéndose a observar a su bebé, su hija. Luego besó la mejilla de Betty. —Lo hiciste increíble. Te dije que ibas a poder—

Nuestro Mejor Error <Bughead> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora