Dos ex compañeros de la secundaria pasan una noche juntos sin pretender volver a verse, pero un pequeño gran error los obligará a tener que convivir. ¿Habrá algún sentimiento entre los dos o solamente los unirá su pequeño error?
Éste corrió directamente a la casa de Betty y se detuvo en la puerta principal, empezando a tocar insistentemente. —¡Betty! ¡Betty, lo siento! ¡No quise decir nada de eso! ¡Perdón!.
No obtuvo ninguna respuesta. Betty no le respondió y tampoco escuchó nada dentro de la casa. Se quedó frente a la puerta por casi quince minutos en espera de que la rubia le abriera, pero no pasó.
Jughead tomó aire y rodeó la casa en busca de alguna ventana. Para su suerte, encontró la ventaja de la habitación de Betty y estaba abierta. Tomó unas escaleras que estaban tiradas en el jardín y las usó para subir hasta la ventana de la habitación de Betty.
Subió y entró con cuidado. La vio hecha bolita en la cama y la escuchó llorar, sintiéndose como un monstruo porque él había provocado eso.
—Betty...— Le habló acercándose lentamente a ella.
Betty dio un pequeño salto del susto y se sentó rápidamente sobre la cama con una mano en el pecho. Se notaba que no había parado de llorar.
—¿Que haces aquí? Debí cerrar esa ventana — Se lamentó volviendo a acostarse sobre la cama, dándole la espalda. —Vete— Le pidió con la voz rota.
—Betts, perdón. No fue enserio todo lo que dije. Perdóname — Suplicó.
—Quiero que te vallas y que no vuelvas. El bebé va a estar muy bien conmigo y no va a necesitarte. No quiero verte— Exigió Betty aún sobre la cama, dándole la espalda.
—Betty por favor... no fue enserio todo eso que dije. Verás... lo que pasó con Jessica es que...
—No me interesa lo que pasó con Jessica— Lo interrumpió. —Lo único que me interesa es mi bebé. Por favor vete. ¿Por qué sigues aquí?—
—Estoy aquí porque me equivoqué y quiero que me perdones. Que me perdonen los dos. Se supone que mañana íbamos a descubrir el género de nuestro bebé —
—¿Y ahora te interesa? Tú lo dijiste muy claro, Jughead. No quieres al bebé, nunca lo quisiste y no quiero que estés en su vida. Mi peor error no fue embarazarme. Mi peor error fue haberme embarazado de ti— Admitió Betty empezando a sollozar. —Lo voy a criar yo sola. Yo puedo y lo voy a hacer —
Jughead suspiró y miró al piso. Esas palabras le dolieron. — Te juro que dije todo eso sin pensar, Betty. De verdad—
—Mi bebé merece un mejor padre— Aseguró la ojiverde. —Y tú no lo eres. No estás obligado a estar en su vida—
—¡Pero quiero estarlo, Betty! ¡De verdad no quise decir todo lo que dije antes! ¡Yo si quiero a nuestro bebé! ¡Quiero estar en la vida de los dos!— Confesó dando dos pasos más cerca de ella.
—¡Deja de confundirme!— Exigió Betty levantándose de la cama y poniéndose de pie. —¡Deja de jugar conmigo! ¡Necesito que seas sincero conmigo en este momento y que dejes de lastimarme! ¡Ya no lo hagas! ¡Ya no quiero!.
—No quise lastimarte Betty — Aseguró Jughead posando una mano en su mejilla y mirándola atentamente. —Si eso fue lo que hice, por favor, perdóname. Y yo si quiero al bebé. Te lo juro. Solo que me enoje y no pensé en lo que dije. Además....
Betty lo miró, esperando a que terminara de hablar. —¿Que?—
Jughead la miró, en silencio, detallando su rostro y deteniendo su mirada en sus labios.
—¿Que?— Preguntó la ojiverde queriendo una respuesta.
Jughead le respondió con un inesperado beso que tomó a Betty por sorpresa, pero el chico se adueñó de sus sentidos y ella le correspondió aquella acción. Estaba muy enojada con el, pero disfrutaba tanto aquel tierno beso lento que se dejó llevar, y él se estaba aprovechando de eso.
Se separaron en busca de aire y mantuvieron contacto visual. Jughead pudo notar el enojo en su mirada aún, pero ella solo pudo ver deseo en los ojos de él.
—Alto, Jughead. Si crees que esto significó algo y que...
Jughead volvió a besarla, sin dejarla hablar, y ésta vez el la tomó de las mejillas y profundizó el beso. Ambos se besaron con deseo y lujuria hasta que dieron unos pasos hasta caer en la cama. Jughead quedó encima de ella, pero sin dejar caer su peso mientras aún la besaba y ella lo tomó a él del rostro.
El pelinegro empezó a besar su cuello y ella jadeó. No habían vuelto a tener sexo después de la noche en la que concibieron a su bebé, pero la tensión sexual que se creaba entre los dos cuando estaban juntos era notable a kilómetros.
Él dejó de besar su cuello para mirarla a los ojos y pudo notar que reflejaban lo mismo que los de él. Puro deseo.
Volvió a atrapar sus labios en un beso aún más intenso que el anterior y empezó a quitarle la remera con cuidado. Le quitó la remera y él se separó para quitarse su camiseta. Volvió hacia ella y empezó a dejar besos por todo su cuello, pechos, abdomen y se detuvo en sus pantalones.
Le quitó los pantalones y también las bragas, y luego agarró las piernas de Betty y las colocó por encima de sus hombros. Hundió su cabeza en su feminidad y ella empezó a gemir mientras se agarraba de los cabellos del chico.
¿Que si seguía enojada? Claro que lo estaba, pero en ese momento estaba demasiado cegada por el deseo. Jughead se separó para quitarse los pantalones y también la ropa interior, para luego deslizarse dentro de ella, teniendo muchísimo cuidado con su vientre.
La verdad es que hace tiempo que él deseaba tocarla así. Sentirla, explorarla y saborearla. Y todo eso sin importarle la panza que se interponía entre los dos, aunque eso no quitaba que él tuviera miedo de llegar a lastimarla a ella o a su bebé.
Seguía entrando y saliendo de ella mientras ambos inundaban la habitación con sus gemidos. Ella se aferraba a su espalda desnuda mientras él dejaba pequeños besos en su cuello y sus labios mientras seguía embistiéndola, hasta que los dos se corrieron.
Ella terminó tan cansada que se quedó dormida al instante, y él aprovechó para abrazarla. Sabía que cuando despertara, tal vez seguiría muy enojada con el.
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Hot 😈😏 no saben lo incómodo que se me hace escribir cosas así con alguien de mi familia cerca 😂😂😂
