Capitulo 16

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Ya no tenía escapatoria. Se tenía que enfrentar con lo que estaba enfrente de ella, midiendo aproximadamente 12 metros.

Sabía que tarde o temprano tenía que morir pero no se imaginó que sería pronto, todavía le faltaba cosas por vivir.

Suspiro cerrando sus ojos para tensar la mandíbula, si iba a morir lo haría con la frente en alto, dejando aun lado todo miedo y temor. Se acercó confiada, al alzar la mirada conectaron miradas, en los ojos del Dragón se podía ver a través de ellos un brillo extraño, desprendía inquietud.

—No te quiero hacer daño—Hablo la Ángel—Pero tampoco quiero morir.

Comenzaron un duelo de miradas que no apartaron los ojos ninguno, mientras más pasaba el tiempo extraños destellos crecían al rededor de ellos.

Era como un imán, algo la atraía a él, no pudiendo hacer ninguna acción, como tampoco prestar atención a otra cosa que no sean ellos dos.

Entre más pasaba el tiempo se extendía los grandes destellos. Logrando que se encerraran en el, eran dorados que daban vueltas en el entorno. Todos estaban asustados viendo cómo ellos quedaron fuera de esa cosa extraña, no sabían que estaba pasando o si era algo bueno o malo.

Los ojos de la Ángel y del Dragón se comenzaron a poner Dorados estando sincronizados. La Ángel ladeó la cabeza y el Dragón la copió, dio un paso atrás y también lo hizo. Confundida, decidió acercarse. Al estar un centímetro cercas, alzó su mano acercándola lentamente a el. El al sentir el contacto con la Ángel se relajó soltando un ronroneo.

—Así que ya no me quieres comer, eh—Acaricio al Dragón.

Lo que no sabían es que estaban creando un vínculo, uno del cual fue esperado por mucho tiempo, más del que les gustaría creer y que por alguna rara razón no fue escrito. Aunque el Dragón fue traído sin ninguna razón, tenía un propósito. Encontrar a su única dueña y guiarla por el resto de su vida. Esto qué pasó no fue casualidad, fue el destino, su destino.

Ella era la indicada, Olenka era digna.

Mi pequeña protegida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora