15. Eres precioso.

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Era temprano pero el sol ya había comenzado a aparecer y filtrarse levemente por las grandes ventanas.

Jimin no había podido pegar ojo en toda la noche, había estado aferrado a Jungkook, que para su sorpresa no se había vuelto a mover de su posición, como si éste fuese a desaparecer de un momento a otro. Y aquella sensación se sumó al desaosiego que ya sentía, dándole una sensación pesada en el pecho que apenas y lo dejaba respirar.

Acarició una de las mejillas de Jungkook y perfiló con un dedo tembloroso su mandíbula y su nariz. Aquello hizo que el chico quitase su brazo de encima de la cintura de Jimin para rascarse donde había sido acariciado.

El rubio tragó saliva, esperando la reacción del contrario al darse cuenta en la posición que habían estado toda la noche. El pelinegro se frotó los ojos y bostezó, intentó estirarse y notó el cuerpo contrario completamente pegado al suyo. Abrió los ojos rápidamente y se encontró con la mirada cansada de Jimin posada en él.

Se apartó de inmediato, con las mejillas sonrosadas y el cabello revuelto.

—Lo siento.

Jimin lo interrogó con la mirada, estirándose un poco él también. Jungkook se señaló debajo de sus propios ojos.

—Pareces cansado, no te he dejado dormir ¿no? Me deberías haber despertado o... me podrías haber dado un empujón para apartarme.

Jimin rió, no había sido la noche más agradable de su vida y en más de una ocasión se le durmieron las extremidades, pero realmente era él quien había impedido que el menor se alejase.

—No te preocupes, a veces tengo insomnio, no ha sido por ti.—Se sentó en la cama, frotándose la cara con ambas manos y volvió a mirar al otro chico, que también se había sentado.—Debo tener un aspecto horrible, me voy a dar una ducha, ¿vale?


Jungkook movía su pierna con nerviosismo, Jimin lo veía como un amigo, ¿por qué habían estado toda la noche abrazados siendo él consciente? Tal vez el rubio era demasiado bueno como para echarlo a un lado.

Mientras escuchaba el sonido de la ducha desde la silla de su escritorio dejó de morderse el labio inferior con nerviosismo y se agachó para sacar el lienzo que tenía escondido en el hueco entre la mesa y la columna. Estaba casi acabado y deseaba enseñárselo a Jimin, pero también pensaba que debía ser demasiado obvio y tal vez el chico se asustase. No quería perder a Jimin, aunque tuviese que guardarse lo que sentía por él toda la vida.

El agua cesó y Jungkook volvió al hábito de morderse el labio cuando estaba nervioso. Con el lienzo aún entre las manos. ¿Y si se lo enseñaba y pensaba que estaba obsesionado con él?

El pomo de la puerta del cuarto de baño giró y él saltó para esconder el cuadro de inmediato. Jimin le dedicó una mirada extrañada frotándose el pelo con una toalla y con el uniforme escolar medio puesto, solo llevaba el pantalón y la camisa sin abrochar del todo.

—¿Qué hacías?

—Na-nada.—Responde entrecortadamente, nota sus mejillas arder y comienza a morderse el labio inferior otra vez.

Jimin se acerca a él y mira hacia donde observa nervioso el menor. No ha escondido del todo bien el lienzo, pero no es capaz de moverse para colocarlo bien.

O tal vez es que en el fondo, Jungkook desea que Jimin lo vea.

El rubio se deja la toalla apoyada en un hombro y se agacha para recoger el lienzo. La expresión de sorpresa es notable, aún cuando suele ser bastante inexpresivo la gran mayoría del tiempo.

—¿Éste era el cuadro que no me querías enseñar?

Jungkook no responde y él sigue sin poder apartar la mirada de la pintura. Su corazón late emocionado y el del contrario asustado.

—Es hermoso...

—Aún no está terminado del todo, pero... ¿te gusta?

—¿No está terminado?

Jimin mira al pelinegro y éste niega con la cabeza. Para él sí está terminado y siente una emoción desbordante en su pecho. Jungkook le ha pintado un retrato. Alcanza un rotulador de punta fina del escritorio, sujetando el lienzo de tamaño mediano con una sola mano y se lo entrega a Jungkook.

—Fírmalo. Fírmalo y estará acabado.

El menor titubea, pero hace caso y firma con la mano temblorosa en una de las esquinas del lienzo. Jimin lo mira satisfecho, le brillan los ojos y Jungkook se muerde el labio inferior reprimiendo una sonrisa.

El rubio deja el cuadro sobre el escritorio y mira a Jungkook, se acerca a él, ahora con el ceño fruncido y le pasa el pulgar por debajo del labio atrapado entre sus dientes.

—Deberías dejar de hacer eso.

El chico suelta su labio y el dedo de Jimin pasa sobre él, llevándose un poco de sangre en la yema. La mira un momento y luego se miran el uno al otro. La piel de Jungkook está erizada desde que el rubio posó la mano en su mejilla y pasó el dedo bajo su labio para que dejase de morderse. Jimin nota aquello y mueve su mano léntamente, llegando a acariciar los cabellos de la nuca del pelinegro, sin perder ningún detalle del rostro del contrario y su expresión.

—Eres precioso...

Aquellas palabras se escapan en un susurro de los labios de Jimin y antes de darse cuenta de que lo ha dicho y no solo lo ha pensado, el menor acorta la distancia entre ellos y deposita un leve beso en sus labios.

 Es apenas un roce, pero el corazón de Jimin comienza a latir tan fuerte que es capaz de escucharlo en sus tímpanos. Jungkook lo mira a escasa distancia avergonzado y él no se resiste y se acerca más.

Jungkook nota los carnosos labios del rubio de nuevo posados contra los suyos y tiene que contener un suspiro. Cierra los ojos y Jimin entreabre un poco su boca y besa con ternura su labio inferior, notando el sabor de la sangre por la herida que ha terminado haciéndose.

Ese gesto lento y dulce alborota al menor, que pasa una mano por detrás de la cabeza de Jimin, enredando los dedos en su pelo y atrapa su labio superior entre los suyos. Se siente un poco torpe, pero es cálido y reconfortante.

Jimin le sigue el juego y acaban abriendo sus bocas más mientras se besan, llegando a acompasarse léntamente.

Pero el rubio para repentinamente, apartándolo un poco, con sus frentes casi pegadas y la respiración acelerada.

—Ésto no está bien, Jungkook.

—¿Qué...?—Es lo único capaz de decir mientras ve como el rubio se aleja apresuradamente y coge sus cosas.

—Tengo que irme.

Y sin más sale de la habitación casi corriendo, dejando a Jungkook aturdido, con los labios rojos y una sensación de miedo creciente. ¿Qué ha hecho mal?

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No encontré evidentemente cómo imaginaba el cuadro en mi cabeza y después de mucho buscar, ese fanart es el que se me hizo más parecido. Solo tenéis que imaginar que está inacabado y la firma de Jungkook. En la misma imagen está el/la artista original.




🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora