23. Yo también sueño con escapar.

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El día era cálido y después de muchos días encerrado Jimin decidió salir a ver la luz del sol. Se encontraba sentado en la parte trasera de la mansión, partiendo trocitos de la hierba que había arrancado entre sus dedos.

Una maraña de cabello revuelto y pelirrojo rozó su brazo y rostro cuando Ginger se sentó junto a él.

—Qué bueno verte de nuevo, Jims.—Dijo ella remangándose su jersey color tostado y dejando al descubierto sus pálidos brazos moteados de pecas.

El rubio no dijo nada, ni si quiera levantó la mirada, continuó partiendo en cachitos minúsculos las hebras del césped.

—Seré yo la que acabe con la misión.—Confesó la chica después de esperar un rato a que su amigo dijese algo.

En ésta ocasión Jimin levantó la cabeza y miró directamente a los ojos verdes de Ginger. La chica le devolvió la mirada y sonrió un poco.

—Seré una nueva limpiadora, y sacaré el resto de información que aún no tenga Ninette.

Los músculos de Jimin se relajaron un poco al oír aquello, el plan seguía en marcha, pero parecía que Jungkook ya no formaría parte de él.

—Ninette está un poco molesta contigo.—La chica se pasó la lengua por los finos labios y alzó la cara con los ojos cerrados, para que le diese el sol.

Jimin quiso decirle que él también lo estaba, o que le daba igual cómo se sintiese Ninette, pero no dijo nada. Porque realmente en aquellos últimos días no tenía ni idea de qué era lo que sentía exactamente con respecto a su vida y todo lo que había vivido y conocido antes de haberse topado con Jungkook.

—¿Te sentiste bien éste último año?—Preguntó el rubio.—Quiero decir, alejada de ésto. Sé que Hoseok y tú estábais en una misión, pero...

—Sí, sé a lo que te refieres.—Lo interrumpió la chica para contestar a su pregunta, mirándolo de nuevo.—Y sí, estuvimos bien. A veces nos permitíamos imaginar que aquella era nuestra vida, viviendo en París, disfrutando la juventud.

Jimin levantó la vista y clavó de nuevo sus ojos en ella. Ginger esperó en silencio, notando que la mirada de Jimin no era la que solía ser siempre.

—¿Pensastéis en escapar?

Los ojos de Ginger viajaron disimuladamente a su alrededor, fingiendo estirarse y volver a tomar la posición en la que el sol daba en su cara.

 Aquello era algo que ella siempre decía cuando eran pequeños y a lo que Taehyung, cuando empezaron a  llevarse mejor, se sumaba.

Ellos dos siempre habían fantaseado con otra vida, fuera de la Organización, donde nadie les dijese lo que tenían que hacer y donde no tuviesen que fingir nunca. Y ella también soñaba con tener un nombre de verdad.

A diferencia de Jimin y Taehyung, llevaba en la Organización desde que era prácticamente un bebé y su nombre lo eligió Ninette, pareciéndole adecuado por el color de su pelo. Cuando jugaban, ella exigía que la llamasen Rose, como la chica de Titanic, aunque los demás chicos nunca le hacían caso.

Ginger suspiró y en voz baja contestó.

—Sí, yo millones de veces. Pero Hobi siempre ha sido la voz de la razón en nuestra relación y siempre me devuelve a la tierra cuando comienzo a volar con la mente.

El rubio se lo esperaba, si la misión la hubiese hecho ella sola o incluso hubiese ido junto a Taehyung, probablemente no estaría allí sentada junto a él.

Pero todos sabían que no se podía escapar de la Organización como si nada, todos sabían demasiadas cosas y aunque no sabían a ciencia cierta lo que podría ocurrir con ellos si los traicionaban o si trataban de escapar, tenían la certeza de que no sería nada bueno.

De hecho, Jimin se había arriesgado muchísimo con la confesión que le había hecho a Jungkook y había pasado noches enteras sin dormir, llorando por la cara de decepción del chico y esperando un revuelo si se lo contaba a su padre.

Pero habían pasado dos semanas y nada indicaba que Jungkook le hubiese dicho a su padre sobre su encuentro con Jimin. Mientras tanto, Ninette había dado de baja a Taehyung y Jimin de Baekja, con una excusa diferente para cada uno y preparando a la chica para que completase la misión que él había comenzado.

—Ahora yo también sueño con escapar.—Dijo el chico mirando hacia abajo y en apenas un susurro.

La chica lo miró con tristeza y se mantuvo en silencio. Jimin había cambiado tanto desde la última vez que se vieron hacía ya un año. Siempre había parecido impasible y aunque lo pasaban bien juntos, pocas veces reía, nunca participó en las ideas locas que se le ocurrían a Taehyung y a ella imaginando que huían y recorrían el mundo.

Ahora Jimin estaba más delgado y en su mirada ya no había determinación y seriedad, solo podía reflejar tristeza.

Taehyung les había contado a Hoseok y a ella todo lo que había ocurrido mientras ellos no estaban y si no hubiesen visto con sus propios ojos al rubio encerrado como alma en pena y a veces lo habían escuchado llorar a través del cuarto de baño que compartían los cuatro, no lo hubiesen creído.

Jimin se había enamorado, precisamente de la persona a la que tenía que engañar. Y estaba sufriendo tanto que ya no le importaba nada más que no hacer sufrir al chico, habiendo confesado su verdadera identidad aún cuando era consciente de que podía correr peligro.

—¿Sabes una cosa, Jims? Nadie más que yo ha detestado la vida que llevamos y espero que algún día podamos ser libres, pero creo que las cosas, a veces, pasan por algo. Y si yo hubiese llevado otra vida, no nos hubiésemos conocido. No habría podido enamorarme de ti, no habría peleado hasta el cansancio con Taehyung porque le tenía celos y luego hubiésemos pasado a planear una huída juntos. Y jamás hubiese conocido a Hobi.

Jimin la miró y ella le sonrió un poco. Ginger y Jimin habían sido sus primeras veces respectivamente, su primera pareja, su primera vez y también, aunque de distinta forma, su primer amor.

Realmente él nunca llegó a enamorarse realmente de ella, pero la quería muchísimo y aún lo seguía haciendo.

Ginger sí estuvo enamorada de él, Jimin fue ese primer amor adolescente que la hacía ser tremendamente feliz con cualquier tontería. Sintió celos de Taehyung porque era su mejor amigo, y Taehyung también le tenía celos a ella.

Pero tal y como se enamoró de su amigo, se desenamoró, de forma fugaz. Y nunca lloró. Eso era algo que nunca entendió, hasta que años después, Hobi ingresó en la Organización.

Y ésta vez se enamoró léntamente, casi sin darse cuenta, pero de manera tan profunda que verdaderamente agradecía al destino haberlo colocado en su camino.

—No sé si Hobi y yo duraremos toda la vida, Jimin, pero sé que siempre voy a estar agradecida por haber tenido el placer de amarlo.

Y el rubio supo lo que su amiga le estaba queriendo decir y es que, si él no fuese quien era, ¿hubiese tenido la oportunidad de conocer a Jungkook? Tal vez sí, pero las probabilidades eran bastante menores. Y Jungkook ahora lo odiaba, pero él lo amaba de una forma que jamás pensó ser capaz.

—¿Cuándo empiezas en la mansión Jeon?

—Mañana.

—¿Podrías dejar en la habitación de Jungkook algo de mi parte?

La chica asintió, con las mejillas y los antebrazos colorados por los rayos del sol.

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¡Hola! Aquí estamos de nuevo, conociendo al "primer amor" de Jimin, espero que vaya gustando.


🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora