19. La noche del 10 de octubre (parte 1)

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Jungkook se miraba al espejo de la habitación de su padre mientra trataba de arreglarse la corbata sin mucho éxito. Su padre sonrió al verlo y una vez terminó de ponerse los gemelos de oro caminó hasta su hijo para ayudarle.

—Diecioho años... Parece que fue ayer cuando empezaste a caminar.—Comentó Jeon Kwang acomodando las solapas de la chaqueta de Jungkook y sonriendo melancólicamente.

El chico le devolvió la sonrisa de manera tensa, nunca le habían gustado mucho sus cumpleaños y estupidamente había pensado que en ésta ocasión sí lo disfrutaría, al fin tenía un amigo.

O eso pensaba, hasta que Jimin decidió desaparecer.

El señor Jeon no era tonto y conocía demasiado bien a su hijo, le dio una palmada cariñosa en el rostro y pasando su brazo por los hombros del chico caminó empujándolo levemente hasta la salida de la habitación.

—En cuanto termine unos asuntos aquí nos iremos de viaje a donde tú quieras.

—Sigo teniendo clase, papá.

—No importa, Baekja seguirá estando cuando regresemos.—Dijo tratando de animar a Jungkook.

Pero aquello no hizo efecto y el señor Jeon vio cómo su hijo seguía caminando cabizbajo. Sabía que la razón de la tristeza de Jungkook era Park Jimin, como sabía que también  había sido la razón de la alegría contínua que tuvo durante un tiempo.

—Alegra esa cara, sé que la mejor forma de pasar un cumpleaños no es con tu padre en una subasta, pero lo pasaremos bien. Asistirán personas conocidas, incluso alguno de tus compañeros de clase.

Jungkook se había negado a ir en repetidas ocasiones, pero Kwang no quería dejar solo a su hijo el día de su cumpleaños y mucho menos cuando sabía que no estaba pasando por un buen momento.

 A Jungkook también le gustaba el arte y sabía que en la subasta no sólo él iba a llevar una pintura, por eso asistía, tal vez habría algo que animaría un poco a su hijo aquella noche.

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Varios miembros de la organización estaban en sus puestos cuando comenzaron a llegar los primeros invitados, algunos iban de camareros, otros eran guardacoches, algunos músicos, como Taehyung y otros fingían ser simples invitados.

Todos hermosos, como le gustaba a Ninette, que esa noche era Yelena Novikova, una hermosa viuda rusa que se había quedado como única heredera de la fortuna de un noble coreano.

No era la primera vez que interpretaba ese papel y lo cierto es que Ninette, a pesar de normalemente estar trabajando en la sombras, adoraba ser admirada y por ello estaba encantada de volver a tomar la "vida" de Yelena Novikova, que había vuelto a su apellido de soltera una vez transcurrido un tiempo de la muerte de su marido.

Estaba exultante, sobretodo porque en aquella ocasión no se iba a presentar sola. Llevándola del brazo iba un joven apuesto, Park Jimin, que ella acababa de adoptar del internado Baram, pues veía que era hora de tener un sucesor de la fortuna que su marido le había dejado y como nunca tuvieron hijos decidió sacar de la miseria a un pobre pero talentoso huérfano.

Eso era lo que contaba a todos los invitados cuando presentaba a Jimin, aún cuando sabía que habría habladurías con respecto a la elección de su "hijo" adoptivo. ¿No era más lógico adoptar un niño?

Pero eso a Ninette le importaba más bien poco, necesitaba a Jimin de vuelta y algo le decía que mientras Jeon Jungkook anduviese ensimismado con él no iba a regresar.

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Los Min no tardaron en aparecer y el más joven se llevó pronto un aperitivo que llevaban los camareros en sus bandejas a la boca, mientras observaba a su alrededor con curiosidad y en silencio.

Ninette le hizo una seña a Jimin, presionando su brazo, al que ella llevaba agarrada lo que llevaban de noche. El chico la miró y luego desvió la mirada hasta donde estaba la de ella clavada.

Min Yoongi se había separado de su familia distraidamente y paseaba con una copa en la mano con un discreto traje de chaqueta color oscuro. Los ojos de los dos chicos se encontraron por un momento y los del pelinegro analizaron al rubio de arriba a abajo para luego volver a conectar su mirada, como si lo estuviese evaluando.

Y resulta que Ninette no falló en su suposición y en unos pocos minutos en los que saludó a algunas personas más, aún agarrada del brazo de Jimin, lo tuvieron en frente.

—Señora Novikova, un placer volver a verla.

El chico besó la mano que le tendió la rusa encantada y luego miró a Jimin de nuevo.

—Yoongi, un gusto verte. Te presento a Park Jimin, mi hijo adoptivo.

Jimin inclinó la cabeza educadamente y el chico le mostró una peculiar sonrisa que el rubio trató de imitar, sin mucho éxito.

Aquello molestó a Ninette, que estaba presenciando cómo uno de sus mejores chicos parecía haber perdido la capacidad de hacer su trabajo bien de un momento a otro.

 Aunque a Yoongi no pareció importarle y empezó a preguntarle por sus estudios y sus planes de futuro ahora que tenía el mundo casi a sus pies bajo el ala de la rusa.

Ninette se soltó del brazo de Jimin, dispuesta a marcharse y dejar que el rubio hiciese lo que le había mandado, hasta que vio cómo entraban por la puerta Jeon Kwang y su hijo. Sus ojos brillaron de la emoción.

Mientras su padre comenzaba a saludar a personas, Jungkook se mantenía pegado a él, observando y devolviendo los saludos tímidamente.

Jimin estaba concentrado en su conversación con Min Yoongi y Taehyung, ya sentado en la banqueta del piano dispuesto a tocar fue el único, junto a Ninette que vio como el rostro de Jeon Jungkook cambiaba al reconocer a alguien entre todas esas personas.

Y es que Jungkook no podía creer que después de una ausencia que a él se le hizo eterna pudiese encontrarse a Jimin esa misma noche y justo en aquel lugar.



🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora