52. Tiempo de espera.

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Hoseok y Taehyung llevaban alternándose para dormir en el sofá y el sillón de la habitación que compartían Ginger y Jimin mientras se recuperaban, estaban cansados y doloridos pero cuando los otros abrían sus ojos siempre les tenían sosnrisas preparadas. Estaban juntos en ésto, siempre lo habían estado.

Esa mañana la pelirroja sería dada de alta y a Jimin le harían el injerto de piel en el muslo, así que estaban especialmente silenciosos.

Hoseok y Ginger miraban por la ventana el día gris y ventoso, jugando con sus dedos pero sin llegar a entrelazar sus manos. De vez en cuando se miraban y se sonreían de manera triste, pues aunque hubiesen evitado hablar del tema en voz alta eran bien conscientes de que cada vez les quedaba menos tiempo juntos.

Jimin miraba el techo blanco acostado en la cama, no había despegado sus labios desde que se despertó, no tenía nada que decir pero mucho que pensar. De los cuatro era el que menos había hablado durante el tiempo que llevaba ingresado y aunque la pesadilla casi había terminado sentía un vacío grande dentro de su ser y no sabía a qué se debía. Estaba extremadamente cansado.

Taehyung estaba encogido en el sofá de polipiel azul y releía sus conversaciones con Yoongi. Le daba la sensación de que su relación había cambiado de forma drástica, aunque realmente las cosas fueron cambiando poco a poco, no fueron evidentes hasta después de lo sucedido. Habían pasado de una especie de amistad llena de tensión y atracción, pero plagada de mentiras y bromas a una relación muy seria, en la que aún no se habían si quiera tocado, pero que de pronto no sentían que hiciese falta, siendo más real de lo que era antes.

Tocaron la puerta débilmente y la cabeza de Jungkook apareció pidiendo permiso, todos saludaron y Hoseok y Ginger decidieron dar una vuelta por los pasillos ahora que Jimin se quedaría acompañado. Taehyung salió también, dedicándole una sonrisa al menor antes de cerrar las puerta tras él.

Jungkook se acercó a la cama del rubio y se sentó en el borde, acarició su cabello un poco largo y al que le hacía falta un retoque en las raíces.

—¿Estás nervioso?

Jimin negó con la cabeza y le dedicó una débil sonrisa, no tenía miedo de la operación, era el menor de sus males, pero no se sentía bien y ya había perdido la capacidad para simular expresiones que no sentía.

Se miraban a los ojos en silencio, en eso consistían principalmente sus encuentros cuando el pelinegro iba a visitarlo y los demás se iban de la habitación. Jungkook seguía acariciando el cabello del contrario y Jimin alzó la mano sana hasta tocar la cicatriz rosada y aún fresca de su mejilla. Se le encogió un poco el corazón y sus ojos brillaron con tristeza, así que Jungkook tomó su mano entre las de él y se la besó con ternura.

—Todo saldrá bien, Jimin.

Jungkook lo decía de forma general, tratando de verse tranquilo y seguro, aunque realmente estuviese tan ansioso por lo que venía que apenas podía dormir por las noches. Jimin sabía que lo decía para hacerlo sentir bien, pero quería creer que si Jungkook lo decía es porque era verdad.

—Te quiero mucho, Jungkook.—Dijo el mayor con la voz rasposa de apenas usarla.

—Y yo a ti, Jimin.—Respondió el chico con una sonrisa e inclinándose para besar con delicadeza sus labios resecos.

Tocaron la puerta, haciendo que el pelinegro se separase y se pusiese de pie, sin soltar la mano del otro chico. Una enfermera y un celador aparecieron por la puerta con una silla de ruedas y una sonrisa amigable.

—Es la hora, Jimin.

Lo sentaron en la silla y ambos chicos se despidieron con un apretón de manos antes de que se lo llevasen a quirófano. Jungkook le prometió que seguiría en la habitación cuando volviese.

Recorrieron los pasillos y pararon frente a uno de los ascensores para descender a la sala de operaciones, mientras esperaban los dos trabajadores le hablaban de lo exitosos que resultaban los ingertos de piel, pero Jimin no escuchaba.

Sus ojos se habían desviado hacia la puerta abierta de la habitación más cercana, llamando su atención porque había un policía parado al lado. Unos fríos ojos azules de devolvían la mirada desde una cama. El ascensor llegó y esa lucha se rompió cuando el joven fue empujado hacia el interior en su silla de ruedas.

Taehyung volvió a la habitación después de comprar un café en la máquina expendedora de la planta baja y que uno de los guardias lo mirase con cautela, ellos no tenían policías custodiando su habitación como era el caso de Ninette, pero los guardias del hospital tenían orden estricta de vigilarlos y no dejarlos salir. Era una especie de arresto domiciliario, solo que no estaban en una casa y por suerte tenían intimidad dentro de aquella blanca habitación.

Jungkook alzó la vista de su teléfono móvil cuando el castaño apareció y se alejó de la ventana, acercándose a él.

—Se acaban de llevar a Jimin a quirófano.—Informó.—¿Has hablado con Yoongi?

—Hoy no, ¿por qué?—Preguntó después de tomar un sorbo de su café y hacer una mueca de disgusto.

—Curiosidad.—Respondió encogiéndose de hombros y dándose la vuelta para volver a apoyarse en el poyete interior de la ventana.

El mayor se estaba encargando de la venta de sus acciones desde hacía semanas y hoy se suponía que sería el día en el que por fin habría terminado todas las gestiones necesarias, contaría con el dinero de las ventas y podrían hablar en serio con los abogados. Jungkook sabía que era temprano, pero estaba ansioso y necesitaba que se dejase zanjado aquel tema. Se mordió las uñas de forma automática.

—Deja de hacer eso, Jungkook, la operación va a salir bien.—Dijo Taehyung, pensando que el nerviosismo que emanaba el menor se debía al ingerto que le estaban haciendo a Jimin en éstos momentos.

El chico obedeció, metiéndose las manos en los bolsillos y sin corregir al mayor. Estaba nervioso por la operación de Jimin, pero confiaba en lo que los médicos decían y no dudaba en que fuese a salir todo bien, pero todo el tema económico y legal del que tendrían que hacerse cargo en adelante Yoongi y él lo tenía de los nervios. Una de las abogadas de Yoongi les había aconsejado no decir nada de sus planes de pagar una fianza hasta que no hubiese más seguridad y si era posible, hasta la fecha del primer juicio, el cual no se celebraría hasta que todos los implicados estuviesen dados de alta.

Su teléfono móvil vibró en su sudadera, lo sacó del bolsillo y miró el mensaje:

"Todo listo. Ésta misma tarde nos reunimos con la abogada, nos vemos luego."

Se vuelve a guardar el móvil en el bolsillo y suena el de Taehyung, que estaba sobre la mesita auxiliar de la cama de Jimin. El chico se acerca para tomarlo y mirar de quién se trata y sonríe.

Hoseok y Ginger aparecen con unos papeles en las manos y la chica se sienta en la cama y comienza a subirse con la ayuda de su novio el pantalón de chándal que le habían dado en el hospital, pues aún tiene que tener el brazo en cabestrillo.

Ya le han dado el alta y ahora solo falta Jimin para que tengan que buscar un lugar temporal a dónde ir mientras son juzgados.

Ahora les queda esperar en silencio a que suban a Jimin a la habitación, de nuevo envueltos en ese aura sofocante que te envuelve cuando no sabes lo malo que puede resultar el futuro.

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¡Buenas! Aquí ando de nuevo, el capítulo no es muy emocionante, pero me parecía feo pasar directamente a un juicio o a las sentencias, es un capítulo de transición para que se vaya viendo el ambiente que los rodea en éste tiempo de espera.

¡Besos! 🌹

🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora