38. Aléjate de él.

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Unos zapatos de tacón resonaron por los pasillos casi desiertos de Baekja, llamando la atención a algunos alumnos rezagados que aún no habían entrado en sus aulas. Las profesoras de la institución raramente llevan zapatos de ese estilo.

 A continuación de los tacones rojos brillantes se veían unas largas piernas, pertenecientes a un cuerpo esbelto. Ninette sonrió con satisfacción a los alumnos que la observaban un tanto asombrados. Le encantaba ser el centro de atención.

Se lo estaba tomando con calma, a pesar de haber concretado una hora con el director y habiendo llegado al recinto diez minutos tarde. No le importaba.

Las puertas de las aulas tenían un pequeño ventanal en la parte superior que permitían ver el interior, así que Ninette fue entreteniéndose mientras pasaba por delante observando a los alumnos y profesores de las que estaban ocupadas.

La rusa estaba llegando a su destino cuando a través del cristal del aula 13 vio un perfil conocido, se paró en seco y se acercó un poco más al pequeño ventanal.

Jeon Jungkook tomaba apuntes sentado en la primera mesa de la fila más alejada de la puerta, junto a la ventana que daba al exterior, sin ningún compañero a su lado. Entrecerró los ojos, tratando de enfocarlo mejor, con una pregunta rondándole en su cabeza.

—¡Ah, ya está aquí! La estábamos esperando.—El director interrumpió sus pensamientos regalándole una amplia sonrisa, ella lo imitó.

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Ninette había ido bajo su pseudónimo para donar una suma importante para un nuevo proyecto que quería lanzar Baekja y que el consejo de padres no se decidía a financiar por ser una propuesta arriesgada, a su parecer. Nuevas tecnologías, robótica. Los principales aún eran muy anticuados para ello.

La rusa aprovechó enterarse de aquella situación, invertiría algo de dinero para poder entrar en la institución más seguido. No pensaba volver a infiltrar a Jimin y a Taehyung, pero tal vez otro de sus chicos fuese de utilidad más adelante.

Y por supuesto, no iba a desaprovechar la oportunidad. Iba a tener a Jeon Jungkook a su merced, sin su padre, sin Jimin o Taehyung cerca, sin guardaespaldas. Completamente solo.

Y así es como lo encontró cuando terminó la reunión con el director y el jefe del consejo de padres y salió a pasear por las dependencias exteriores de Baekja. Los alumnos ya estaban en el almuerzo y Jeon Jungkook se encontraba sentado bajo un árbol, dibujando algo en un bloc tamaño A3 y tomando su almuerzo tendido en el césped sin tener mucho cuidado ni prestarle verdadera atención.

Caminó por las baldosas rugosas y se descalzó antes de pisar la hierba, no quería torcerse un tobillo o arriesgrase a que su tacón se rompiese.

—¿Puedo verlo?—Preguntó parándose a unos pocos pasos de Jungkook, haciendo que el chico se sobresaltase y mirase hacia arriba en busca de la voz.

Cuando la reconoció se quedó mudo y estático, ella sonrió de lado y con elegancia se sentó frente a él, posicionando sus piernas a un lado y apoyándose en una de sus manos.

—Creo que te acuerdas de mí.—Dijo aún con aquella sonrisa, Jungkook ni si quiera pestañeó.

Ninette esperó un poco y terminó por dejar sus zapatos a un lado y encenderse un cigarro, haciendo que Jungkook reaccionase por fin.

—No se puede fumar aquí.

—Estamos en el exterior.

—No se puede fumar en ningún lugar del recinto.—Agachó la mirada, concentrándose en su dibujo y añadiendo más sombra mediante rayas.

La rusa no hizo ningún caso a las advertencias del chico, de todas formas no pensaba quedarse mucho tiempo más. Soltó el humo léntamente y volvió a observar a Jeon Jungkook de cerca. Por más que lo mirase no entendía qué era lo que tenía de especial para haber convertido a Jimin en otra persona completamente.

No negaba que fuese bonito, pero no le parecía para nada destacable y aún sin haberlo visto en persona ya pensaba que la mejor palabra para descibrilo era: raro.

Y se lo seguía pareciendo, si no ¿por qué razón un chico de dieciocho años iba a pasar los descansos solo?

Jungkook seguía dibujando, parecía dispuesto a ignorar su presencia y aquello la irritó. No pensaba andarse con rodeos, lo había subestimado, Jeon Jungkook era más inteligente de lo que parecía.

—Seré breve y directa.—Dijo, haciendo que el chico levantase la vista para mirarla.—Sé que sabes quién es Jimin realmente, quién soy yo y porqué se hizo pasar por un becado huérfano de Baram. No sé porqué razón le ocultaste a tu padre lo que sabías ni porqué lo sigues haciendo, pero si es por Jimin no hace falta que te preocupes, yo sé cuidar muy bien de mis chicos.

Dicho ésto, las miradas de ambos parecieron estudiar al otro de forma profunda. Jungkook tenía miedo, pero no estaba dispuesto a demostrarlo y por una vez en su vida parecía que le estaba saliendo bien, pues Ninette no supo adivinar qué pasaba por la cabeza del menor.

—A Jimin no le pasará nada, siempre y cuando cumpla con su deber.—Apuntó con dureza, quería dejar bien clara sus intenciones.—Tiene planes que cumplir y en ellos no entras tú. Nunca entraste, eras un simple peón en el juego. Por desgracia, parece que lo entretuviste más de lo normal, pero conozco a Jimin desde hace años, es cuestión de tiempo que se aburra.

Ninette quería terminar pronto esa conversación, siempre era directa y precisa, no hablaba de más, pero la mirada fija de aquel chico la estaba poniendo de los nervios, se sentía juzgada a pesar de que su rostro no parecía denotar ninguna expresión.

Se inclinó un poco hacia él, apoyándose en las dos manos y su tono de voz bajó.

—Si de verdad te preocupa lo que le pueda pasar a Jimin aléjate de él. A ninguno de los dos os conviene meteros en el mundo del otro. Deja que Jimin vuelva a ser él y tú regresa a tu vida y al cuidado de tu papaito, al que tampoco le pasará nada si haces lo que te digo.

Y a pesar de haberse querido mantener imperturbable, Jungkook tragó saliva y la rusa pudo ver como la mano con la que sujetaba el lápiz temblaba ligeramente. Había logrado su cometido, estaba asustado.

Sonrió de nuevo y se levantó sin decir nada, se sacudió y colocó bien su ropa, caminó por el césped y una vez de nuevo en suelo firme se calzó y caminó hasta la salida sin mirar atrás, pisando la colilla de su cigarro y dejándola ahí.

Jungkook no podía moverse, sus manos empezaron a temblar con mayor intensidad una vez la rusa estaba lejos, su respiración se aceleró y cerró los ojos con fuerza tratando de calmarse y pensar qué debía hacer.

Desde el interior del gran edificio alguien había presenciado el encuentro y aunque no llegó a escuchar la conversación supo que no se trataba de algo bueno.

 Siguió observando al chico sentado debajo del árbol mientras marcaba a un número de teléfono que había guardado entre sus contactos no hacía mucho tiempo. El tono de espera no sonó más de cuatro veces cuando oyó una respiración al descolgar.

—Namjoon, soy Jin, no asustes al señor Jeon, pero creo que Jungkook está en problemas.

—Voy para allá.

La llamada se cortó.




🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora