49. Fin del juego.

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A Jeon Kwang le sorprendió que la tortura que la rusa le estaba inflingiendo al rubio le estaba doliendo tanto como le dolió ver cuando cortó la mejilla de su hijo.

Le revolvía el estómago cualquier tipo de violencia, pero no era tan buen samaritano, su verdadera angustia se debía al dolor que expresaba Jungkook viendo como dañaban al chico al que amaba. Sus lágrimas no cesaban, soltaba unos gritos desgarradores, podía ver cómo sus muñecas comenzaban a sangrar por la fricción que hacían las cuerdas en su piel con el forcejeo para tratar de soltarse.

Ninette reía a carcajadas mientras veía a ambos chicos sufrir. Pensó que no sería capaz de hacerle mucho a Jimin, pero el hecho de que el rubio trataba con todas sus fuerzas de no quejarse y que se negaba a mirarla, más el sufrimiento que manifestaba el pelinegro la incentivaban a continuar.

Clavó de nuevo la hoja de la navaja en el muslo del chico, llevándose hacia arriba un trozo de piel y carne que pinchó y se la llevó a la boca a Jungkook, que apartó la cara sin parar de llorar y mirar a un sudoroso y ensangrentado Jimin.

—¿No lo amas tanto?—Preguntó la rusa en tono de burla y con los ojos desquiciados, ya nada le importaba, de un momento a otro la atraparían y una vez la encerrasen no volvería a ver la luz, así que ya se estaba dejando llevar por toda su rabia.—¿No quieres cada célula de su ser? ¡Cómetelo!

Para sorpresa de Ninette y de todos, Jungkook alzó la mirada para encontrarse con los ojos azules de la mujer y agarró con la boca el trozo de carne que le había cortado al muslo de Jimin, para luego escupírselo con fuerza. Ella se limpió la cara sin borrar su maliciosa sonrisa.

Yoongi vomitó, no creía poder aguantar más la situación y en el fondo pensó que además de Taehyung otros de sus contactos de la agenda del móvil acudirían o mandarían ayuda al mensaje de auxilio con la ubicación. Llevaban una hora allí, algunos heridos, su madre totalmente en shock, Jimin siendo torturado y Kim Namjoon a éstas alturas ya debía estar muerto en el piso de arriba.

 No había sido alguien de muchas amistades y había usado a mucha gente a su antojo, pero pensó que al menos alguien se dignaría a avisar a la policía. No estaban tan lejos de la ciudad, si alguien hubiese avisado ya habrían llegado.

Taehyung y Hoseok se debatían constantemente entre jugársela y tratar de derribar a Ninette o quedarse quietos mientras veían sufrir a su amigo y a Ginger perdiendo cada vez más fuerzas.

El señor Min también parecía a punto de vomitar al igual que había terminado haciendo su hijo, no le cabía en la cabeza de ésto estuviese pasando. Sabía que Kwang había movido a sus abogados para que terminasen con aquella organización rusa y metiesen tras las rejas a aquella desquiciada mujer, ¿cómo era posible que no hubiese acudido nadie en su ayuda en todo ese tiempo?

Ninette se giró de nuevo hasta Jimin, se agachó y lo besó con brusquedad, el rubio hizo acopio de las pocas fuerzas que le quedaban para apartar la cara hacia un lado. Ella se giró y le sonrió a Jungkook.

—Éste va a ser vuestro último beso, deberías estar agradecido.—Dijo agachándose para ésta vez besar al pelinegro.

Pero Jungkook no trató de apartarse, si no que abrió su boca y le mordió el labio inferior con todas sus fuerzas, ella no tiró sabiendo que podría desgarrárselo, si no que le clavó la navaja en el muslo y éste la terminño soltando. Su sonrisa había desparecido.

—Muy bien, ¿así es cómo piensas jugar?—Se limpió la sangre del labio con el dorso de la mano y entonces se arremangó la falda y volvió a sacar su pistola, cargándola y apuntando al pelinegro directamente a la cabeza.—Pues ya me cansé, conejito, es tu final.

Jeon Kwang se levantó rápidamente, haciendo que uno de los hombres apuntase hacia él y disparase en su rodilla, haciéndolo caer de bruces contra el suelo. A pesar de haber tratado de intentar soltarse el amarre de sus muñecas no pudo conseguirlo y ahora se arrastraba como podía para acercarse a su hijo.

Ninette lo miró con asco y luego volvió su vista al rubio, que miraba al chico de la silla frente a la suya con el rostro desencajado.

—Despídete de tu amorcito, Jimin.—Dijo quitando el seguro de la pistola y posicionando su dedo en el gatillo.

Un disparo sonó y una bala voló por el aire mientras la habitación parecía congelarse con todos en silencio y boquiabiertos.

Un grito ahogado sonó y Ninette cayó hacia adelante, golpeándose en el camino contra la rodilla de Jungkook que estaba sentado delante de ella.

Más disparos sonaron y los hombres de la rusa soltaron sus armas de inmediato. Taehyung se apresuró para quitarle de una patada la pistola que aún una consciente Ninette tenía en la mano.

La policía por fin había llegado.

Ginger veía la escena con la vista borrosa ya tumbada de lado en el suelo, Hoseok corrió hacia ella sin importarle si los policías le disparaban por error pensando que iba armado.

Jeon Kwang siguió arrastrándose como podía para llegar hasta su hijo, la señora Min comenzó a llorar e intentó levantarse para acercarse a su hijo mientras el señor Min repetía varias veces: "Gracias al cielo."

Taehyung fue quien llegó hasta Yoongi una vez se aseguró que la pistola quedaba fuera del alcance de la rusa que comenzó a gritar con la bala incrustada en su espalda.

Jimin cerró los ojos cuando fueron rodeados por la policía y se dejó llevar por el dolor a pesar de oír una voz que lo llamaba repetidas veces.

🌹Dangerously🌹(Jikook)-(COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora