𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒

❛'💭𝟎𝟎𝟎'❜

Pronto, el salón se llenó de completo silencio, todos miran una sola dirección, tratando de mantener la boca cerrada. Algunos poseían expresiones de asombro dibujadas en su cara, otros, intentaban aguantarse la risa.

Un chico, un beta, algo bajo y con lentes, le declaraba su amor a una compañera. La chica, una alfa de clase alta, y considerada la más hermosa del salón, se quedó callada en todo momento. Luego, su rostro comenzó a deformarse, mirando al chico con enojó y repulsión.

El pesado silencio se vio roto por el sonido de un golpe. La alfa no lo abofeteo, literalmente, le golpeó con él puño, haciéndole caer.

Después de gritarle lo mucho que la había molestado, remarcando el hecho de que nunca saldría con un perdedor cómo el, salió del salón completamente indignada; mascullando entre dientes muchos más insultos.

Las crueles y burlonas risas no tardaron en aparecer. Todos se jactaban de lo ocurrido, y seguramente, se burlarían del chico hasta la universidad.

El joven de lentes agachó la mirada, totalmente avergonzado, siendo el foco de burlas e insultos. Pequeñas lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos.

Se lo merecía.

Declararse a una de las chicas más lindas de la escuela, siendo un completo don nadie, era una sentencia de muerte; una humillación ganada.

Aun así, el chico se atrevió a llevar un gran ramo de costosas rosas, y entregárselo a la chica, declarándose ante todo el salón. Tenía la pequeña esperanza de ser aceptado, de que ella fuera diferente.

Sus penosas acciones lo llevaron a esté resultado.

Una alfa como ella nunca se rebajaría a tal grado de salir con un beta; ni siquiera por interés.

Son dos mundos diferentes.

Las personas que decían ser sus amigos se unieron al bullicio.

Entré todas las risas humillantes y palabras crueles, el chico no soporto más, saliendo corriendo derramando más lágrimas.

Nadie lo siguió para consolarle

Rusia suspiro con cansancio, desviando su atención de aquél vergonzoso espectáculo, observando a la persona sentada frente a él.

Estados Unidos dibujaba furiosamente en una libreta, ajeno a la situación y a lo ruidoso de sus compañeros, totalmente concentrado en su dibujo.

Entre todo el caos, Rusia tocó el hombro del rubio, llamando de inmediato la atención de este. USA se giró y le miro con el ceño fruncido.

— ¿Qué? —pregunto algo molesto por la interrupción.

— ¿Comeremos algo en especial hoy?