𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒

❛'💭𝟎𝟑𝟗'❜

En una mañana pacífica y ordinaria, Rusia finaliza una tarea en el pequeño comedor del departamento, mientras U.S.A, teniendo una conversación telefónica con su madre, se ocupa de cortar algunas frutas en la cocina. El aroma del café impregna el departamento, y los tenues rayos del sol se filtran por las cortinas, acompañados por la brisa serena que acaricia la piel con benevolencia. Al euroasiático le agradan estas mañanas cotidianas, donde todo es paz y tranquilidad.

Al dar el último sorbo a su café, se encamina hacia la cocina, donde encuentra a Estados Unidos de espadas a él, preparando un sencillo desayuno. Se acercó al estadounidense y lo abrazó por la espalda, depositando un suave beso en la mejilla del rubio. El delta sonrió un poco, pero sin apartar la atención de su tarea.

- ¿Quieres que te ayude? -pregunta el ruso, apoyando la barbilla en el hombro del otro.

-No, gracias -responde, continuando con su actividad-. Además, debes terminar tu ensayo, apenas llevas la introducción.

Rusia se quejó, y el norteamericano rio un poco. Conoce al ruso, sabe que a veces le cuesta trabajar con los ensayos y cualquier cosa que involucre el escribir y explicar; le gusta la lectura, pero no escribir.

Por pura casualidad, la vista del americano se topó con la taza vacía del eslavo junto a él. La expresión del norteamericano cambió de una serena a una más sería.

- ¿Más café? -cuestiono, mirando al otro, dejando momentáneamente su labor.

El de bandera tricolor sonríe levemente, nervioso. Fue atrapado, como un niño travieso que es descubierto por sus padres. Los ojos azul cielo del delta se posan en él con seriedad, y la sonrisa del albino no pudo mantenerse firme.

-Ya tomaste suficiente café por hoy, toma algo de jugo mejor -aconseja, pero sonó más cómo una "amable orden". Luego de eso, retomo su tarea.

-Bien -suspira, resignado. No quiere llevarle la contraria al estadounidense.

Rusia liberó al americano de su abrazo, dejo la taza en el lavabo y se dirigió a buscar el jugo de naranja. En ese mismo momento, el timbre de la puerta sonó, y antes de que el eslavo pudiera reaccionar, Estados Unidos camino rápidamente hacia la puerta.

-Yo voy.

El ruso se quedó en la cocina, sirviéndose un poco de jugo en un vaso de cristal. Un momento después, camino en dirección a la puerta principal, allí vio al delta charlando amistosamente con un hombre de cabellos tricolores, de alguna forma, ese sujeto le resulta muy familiar.

U.S.A se despidió del hombre y cerró la puerta. Da la vuelta, y al ver al euroasiático en medio de la sala, alza las bolsas en sus manos. Con eso, Rusia ya adivino la situación: La madre de Estados Unidos otra vez envío al departamento un poco (mucha) de comida y productos variados.

Ambos se dirigen a la cocina, y empiezan a desempacar las cosas. Todo lo relacionado con comida termina en las alacenas, mientras que el resto de los productos los dejan a un lado para después acomodarlos en sus respectivos lugares.

-A veces creo que mi madre piensa que no sirvo para la vida independiente-comento el rubio, mirando un frasco de vitaminas en sus manos.

Ya está hartó de las vitaminas y los suplementos alimenticios, agradece que su madre se los envié; sin embargo, envía tantos que ya ni regalando los frascos de vitaminas se libra de ellas. Incluso el ruso ha empezado a tomarlas, por petición suya claro está.

-Se preocupa por ti, y quiere asegurarse de que estés bien -señala el albino, con voz amena, acomodando algunas de las latas en las alacenas.

Él realmente agradece que la mamá de U.S.A les envié comida y otros productos de primera necesidad, ya que eso significa un gran alivio para las billeteras de ambos. Además, desde que ha empezado a consumir las vitaminas y suplementos alimenticios que envían, su salud está visiblemente mejor. Rusia nunca fue alguien que tuviera hábitos alimenticios saludables; no obstante, ha estado trabajando en ello.