❛'💭𝟎𝟎𝟏'❜

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Rusia realmente disfruta la escuela, pues, cualquier cosa es mejor que estar en casa. Prefiere escuchar los gritos de sus compañeros, o saber cómo se divorciaron los profesores, a pasar tiempo con su madre.

No tiene muchos amigos. Son muy pocas las personas que le hablan, hasta puede cortarlos con los dedos de una mano; sin embargo, son suficientes.

Estar aquí, es como estar en un refugio. Un lugar alejado de su llamada "familia".

Los días de escuelas son realmente tranquilos, en general, son pocas las veces que ocurre algo relevante. Únicamente los alumnos llegan, comienzan a quejarse por haberse levantado tan temprano, se arrepienten y luego toman clases; nada fuera de lo común.

Por eso, un cambio repentino en la constancia de esos aburridos días llamó su atención.

La maestra anunciaba a sus alumnos la llegada de un nuevo estudiante. Ella lo hacía sonar cómo algo en verdad importante, pero apenas si la clase le prestaba atención. Ser una maestra sustituta no es fácil. Todos estaban más atentos en mirar de arriba a abajo al nuevo.

—Mi nombre es Estados Unidos de América. —hablo a petición de la mujer. Sin embargo, luego, simplemente guardó silencio, ignorando las miradas sobre él.

Era rubio, con un cabello casi sedoso, poseía una expresión de fastidió con una mezcla de aburrimiento. Su cuerpo es delgado, pero no en exceso. También, es algo alto; con una altura promedio a 1. 75, tal vez. Esos detalles, hicieron que algunas chicas comenzaran a murmurar entre ellas.

Ante el silencio, la profesora comenzó a ponerse nerviosa. Tocó el hombro del chico, animándole a decir más sobre él.

— ¿Hay alguna manera en especial en la que quieres ser llamado? —pregunto sonriéndole, con una muy forzada y nerviosa sonrisa.

El rubio se giró para observarle de formar severa. Tomó la mano de la maestra, quitándola de su hombro.

—Mejor... No me hablen. —expreso seguro y mostrando un rostro serio.

Los chicos comenzaron a reír al ver la cara de la maestra, otros intentaron aguantarse las risas. Las acciones por parte del nuevo alumno, llamaron la atención de algunos compañeros.

Avergonzada, la profesora le ordenó que tomara asiento en algún lugar vacío. USA le dio un rápido vistazo al salón, dónde sólo había tres bancas disponibles. Terminó por tomar asiento frente a un chico de bandera tricolor, quién le prestaba más atención a su libreta que a todo lo demás.

Rusia notó aquello, pero no le tomó importancia. Prefería terminar los ejercicios de matemáticas que no logró completar en casa.

Y las clases continuaron con la normalidad cotidiana. La maestra se fue, dejando a cargó de la siguiente clase al maestro de geografía, quién sólo leía y les ponía a copiar cosas del libro, luego llegó la profesora de historia, quién apenas estaba en el salón, siempre llegaba, les daba una actividad, se iba y quién sabe cuándo regresaría.

La hora del receso estaba a nada de iniciar, y como la maestra aún no regresaba al salón, los alumnos se salieron rápidamente, sin esperar alguna indicación.

Mientras comida un yogurt, Rusia observo cómo algunos compañeros se acercaban interesados al chico nuevo, sin embargo, esté los ignoraba o los mandaba al demonio; o ese creía, quién sabe, no podía escuchar con claridad, y tampoco le importa.

Después, el nuevo término perdiéndose en alguna parte.

Cómo realmente no le interesa el asunto del nuevo, fue a comprarse algo con lo que le sobró. Luego de comer, camino hacia la biblioteca, busco un libro cualquiera y se lo llevó, claro, siendo supervisado por la bibliotecaria.

Se dirigió atrás de la biblioteca, dónde se halla un pequeño espacio sin construcción, con un pequeño "jardín" mal cuidado y con un muro frente a él, delimitando la escuela con la calle. Es un lugar especial, sólo para él.
Los maestros nunca iban allí, y son escasas las veces que los alumnos deciden caminar por ahí. Sin embargo, apenas llegó se encontró con una sorpresa. Sentado bajo la sombra de un gran árbol, el chico dibujaba en una gran libreta.

Verlo no le molesta en lo absoluto, no es la primera vez que tiene compañía ahí. Aunque casi nadie visita ese lugar, a veces algunos chicos de grados superiores van a ese espacio para fumar, seguros de que ningún maestro los atrapará.

Callado, caminó frente al rubio, sin saludar o algo, simplemente tomo asiento recargado su espalda en la pared. Estados Unidos dejó de lado su dibujo, para observar al de bandera tricolor.

— ¿Qué estás haciendo? —cuestiono mientras su ceño se fruncía.

Rusia alzó la mirada, y algo confundido hablo.

—Leo. —dijo en voz baja, pero audible.

Esa respuesta no pareció agradarle al de 50 estrellas, quién no dejó de mirarle de esa manera.

— ¿Por qué estás aquí? —pregunto algo molesto.

—Yo siempre leo aquí. —respondió con sinceridad.

USA gruño un poco. No podía escucharlo, no es cómo que fuera el dueño de ese lugar. No quería la compañía de alguien, pero, tendrá que soportar la presencia del tricolor, únicamente porque ese lugar en verdad le agrado.

—Solo, no molestes. —decía volviendo con su dibujo.

Rusia no necesita más problemas, por eso, el también volvió a su actividad, leer el libro, ignorando la presencia de USA.

El resto del receso paso en completo silencio, como si nadie estuviera allí. Justo, cuándo el descanso terminó, Rusia cerró el libro, luego se levantó para irse en silencio.

Estados Unidos le observo hasta que se fue. Rodó los ojos, para después mirar el dibujo en la libreta; aún no quería regresar a clases. Ningún profesor se esfuerza por hacer bien su trabajo, más que esa extraña maestra; todo verdaderamente molesto.

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora