❛'💭𝟎𝟏𝟔'❜

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Rusia no logró conciliar el sueño ni por error.

La mayor parte de la noche se la paso encerrado en el baño. Simplemente, no confía en su alfa; teme perder el control. Nunca imagino que su cuerpo y mente llegarían a descontarse por alguien. Siempre mantuvo sus instintos dormidos, fácilmente podría haber vivido como beta hasta ese día.

Le asusta está nueva e impura parte de él.

No comprende lo que le ocurre.

El calor en su cuerpo lo consume, mientras que sus pulmones tratan de mantener una respiración constante, su boca está seca y las sensaciones que experimenta cada músculo de su cuerpo son, simplemente, espeluznantes.

No le gusta esto.

Cuando se sintió más calmado y consciente que antes, salió del cuarto. Todo sigue oscuro, sumergido en un profundo silencio. En la cama, Estados Unidos continúa durmiendo, ajeno a lo que le ocurre a su amigo.

Rusia no pudo observarlo por mucho tiempo, ya que un sentimiento de culpa invadió todo su ser. Caminó a una esquina y pego su frente a la fría pared, cerró los ojos y respiro. Trató de apaciguar todo el caos de su mente, intentando darle una explicación lógica a lo sucedido. Las pocas horas de noche que quedaban, se las pasó en aquella posición.

¿Por qué le ocurre ésto? ¿Por qué tan de repente su cuerpo se siente extraño? ¿Qué fué lo que desencadenó todo? Son preguntas que dan vueltas en su mente, y de las cuáles no logró encontrar una respuesta que le guste.

El desdichado alfa ni siquiera notó los primeros rayos de sol colarse por la ventana. Fue como si el tiempo hubiera transcurrido excesivamente rápido; no podría decir si eso fue bueno o malo.

La puerta de la habitación se abrió, y el ruido hizo que Rusia despertara de su trance y se alejará de la pared, desorientado y algo asustado, miró en todas direcciones.

Nueva Zelanda entró corriendo, dando pequeños saltitos, y trepó la cama de su hermano, subiéndosele encima y brincando con emoción.

— ¡U.S.A! ¡U.S.A! ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Santa ya vino! —repetía la pequeña sin dejar de moverse. Todo su rostro expresa una enorme felicidad.

Estados Unidos abrió los ojos gracias a los movimientos y gritos. Levantó levemente su cuerpo, y sus ojos entre cerrados buscaron algo en la habitación.

—Sí, si, si… ¿Qué día es hoy?

Medio dormido, su vista se topó con la figura de Rusia, quién permanece parado como una estatua. Una expresión de extrañeza se dibujó en su rostro al ver a su amigo, por su parte, el alfa se quedó mudo.

— ¿Qué haces ahí?

Rusia perdió el habla, cualquier cosa que trato de salir por su boca se quedó atorada en su garganta.

Ambos intercambiaron miradas un rato. De inmediato, el recuerdo de esa noche llegó a su mente. El alfa palideció y su cuerpo comenzó a temblar.

— ¿Acaso viste el espíritu de mi abuela? —pregunto el delta, mientras la niña jalaba su camisa. Literalmente, puede oler el miedo en el alfa.

Estados Unidos es un delta, por ende, no puede oler con total facilidad las feromonas de los alfas u omegas, al menos que estas sean amenazantes o sean producidas por el celo. Sin embargo, sí que puede percibir un ligero y extraño aroma proveniente del tricolor. Además, ver el rostro de su amigo le dice que algo no está bien.

—N-no es nada… —titubeó en su respuesta. Intento calmar sus temblores y nervios, desviando la mirada y pensando en otra cosa, pero no funcionó.

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora