Las personas son crueles con quién es diferente.
Sin embargo, en éste mundo cruel, dos almas distintas, pero iguales por sus desperfectos, lograron encontrase.
Aceptar sus sentimientos será el reto.
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𝐖𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧�...
Esa palabra jamás le había interesado antes, sin embargo, ahora no dejaba de rondar por su mente. Hace mucho escucho el término, sabe que se trata de un género entre alfa y beta, pero nada más.
Bastante curioso, buscó más información en internet. Leía los artículos con detenimiento, descubriendo cada vez más sobre este género, entonces, un texto en específico atrajo toda su atención.
“... Los deltas poseen un fuerte olor a descomposición/putrefacción, el cual utilizan para ahuyentar a los alfas o a cualquiera que intenté atacarlos...”
Rusia no es un idiota. Al leer eso, las cosas empezaron a cobrar sentido. Antes, Estados Unidos estaba liberando sus feromonas para intentar alejarlo, no obstante, eso no funcionó en él; por eso se veía tan sorprendido.
Siguió leyendo hasta cansarse, luego simplemente se acostó en la cama observando el techo. Su mente no paro de darle vueltas al asunto. De repente, un pensamiento cruzó por su cabeza; por primera vez en su vida, aquel desperfecto sirvió de algo.
Poniéndose de pie, fue hacía la ventana de la habitación, dónde aprecio por unos instantes el paisaje, para después cerrar la ventana junto con las cortinas. Volvió a recostarse en la cama, cerrando los ojos, trato de apagar su mente; necesita dormir temprano.
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Las clases concluyeron exactamente a la hora de siempre, al mismo tiempo, la lluvia de antes había cesado.
Rusia detuvo repentinamente sus pasos, y contemplo su reflejo en uno de los muchos charcos de esa avenida. Suspiro rendido. Hoy no tenía ganas de volver a casa.
Se dio la vuelta empezando a caminar en dirección contraria, recorriendo muchas calles que apenas reconoce; deseando perderse en algún lugar.
En estos momentos, está cruzando por una pequeña arboleda, la cual conecta con el viejo parque de la ciudad. La música en sus audífonos se encuentra en un volumen alto, pero al ser baratos, apenas se escuchan bien, por ese motivo logro oír las pisadas apresuradas a su espalda. Antes de poder girarse, algo lo golpeó, cosa que detuvo bruscamente la música y lo hizo tropezar.
—Veamos que tienes aquí. —escucho mientras se levantaba.
Unos chicos le habían arrebatado la mochila, los conoce, son alumnos de último año en su escuela. Unos alfas escorias y estúpidos, sin embargo, son temidos por la mayoría de estudiantes. Dos de ellos rebuscaron entre sus cosas, sacando papeles y tirando los libros al suelo.
— ¿En serio?—pregunto uno de ellos, quién posee un largo y oscuro cabello, el cuál le llega un poco más abajo de los hombros. — ¿Ni una sola moneda? —le cuestiono con una cara de total decepción.
—No tengo dinero. —respondió sincero, pero viéndose serio.
— ¡¿Ha?¡ ¡Que pérdida de tiempo! —exclamo otro de ellos arrogando su mochila. Ese alfa posee un corte de cabello ridículo.
