❛'💭𝟎𝟎𝟖'❜

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Al concluir las clases, Rusia y Estados Unidos salieron juntos y empezaron a hablar sobre el estreno de una nueva película, la cual intereso de gran manera al rubio. USA le menciono a su amigo que había esperado la salida de esa película desde el momento que la anunciaron en una página.

—Entonces ¿Qué dices?—le pregunto viéndose totalmente emocionado— ¿Vamos a verla?

—Lo siento, no tengo dinero—confeso el de cabellos blancos. Sacó su vacía billetera y se la enseñó al contrario.

USA apartó la mano del albino y lo tomó por la muñeca izquierda. Desconcertado, el de bandera tricolor vio a su compañero, esté poseía una brillante sonrisa en sus labios.

—No importa—aseguro confiado—, yo puedo pagar las entradas.

Luego de unas cuantas insistencias por parte del chico delta, Rusia terminó aceptando. Ante esa respuesta afirmativa, Estados Unidos abrazo felizmente a su amigo, diciéndole que en verdad se divertían en el cine. Esa acción sorprendió al tricolor, pero decidió guardar silencio.

Quizás si ve la película pueda conocer un poco más sobre el mundo de los superhéroes; así podría entender mejor los gustos de su amigo. Y quién sabe, tal vez aquellas películas le terminen gustando.

Sería bueno tener más temas de conversaciones con Estados Unidos.

Ambos se encaminaron al cine, charlando pacíficamente. No obstante, casi al llegar, Estados Unidos pidió que se desviarán un poco del camino. Rusia no entendía los motivos para hacer eso, pero de igual manera acepto la petición y siguió al rubio.

El delta guío al albino hasta un pequeño supermercado, dónde entraron pese a las dudas del tricolo. El alfa no podía estar más desorientado con la situación.

— ¿Por qué estamos aquí? —cuestiono bastante confundido.

El de 50 estrellas, por su parte, miraba las frituras y papas del pasillo. Agárralo sus favoritas y miró a Rusia.

—La comida del cine es muy cara—hablo, tomando otra bolsa de papas picantes.

— ¿Eso no está mal?

Estados Unidos, en respuesta, le dio a cargar todas las bolsas que ya había tomado. El albino agarró las cosas sin objeciones, sin embargo, en su rostro apareció una mueca de desentendimiento.

—Mal los precios de sus gomitas—exclamo, escuchándose en verdad indignado—. ¿Has visto su menú? Es un completo robo.

Rusia no dijo nada ante esa respuesta. Está de acuerdo con su amigo; los precios de los productos del cine suelen ser algo elevados.

Luego de unos minutos recorriendo los pasillos del lugar, fueron a pagar; obviamente USA pago por todo. Tomaron las cosas y salieron al estacionamiento.

— ¿Dónde ocultaremos esto? —pregunto levantado una bolsa de papas.

—En la mochila—contesto con simpleza. Metió los productos en las bolsas, haciéndoles un espacio entre los libros.

Esa idea no convención en absoluto al alfa, y sus expresiones lo demostraron. Volviéndose hacía el más alto, Estados Unidos noto la expresión dudosa en la cara del albino.

— ¡Hey! No hay nada de qué preocuparse—le dedicó una firme y segura sonrisa—. Todo está fríamente planeado.

Aún sin estar muy seguro, metió el resto de comida en su mochila, y después ambos salieron del estacionamiento. Los dos estudiantes se dirigieron al cine.

 Los dos estudiantes se dirigieron al cine

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𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora