❛'💭𝟎𝟑𝟖'❜

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No pasó mucho tiempo después de aquel día cuándo Rusia ya se encuentra empacando nuevamente sus cosas. En tan poco tiempo ya se ha cambiado de departamento más de dos veces, está algo sorprendido.

Suecia, su ahora antiguo compañero de cuarto, le deseó suerte en su nueva etapa, y juntó a Japón, le ayudaron a transportar sus cosas al nuevo departamento. Por azares del destino, ninguno de ellos se topó de frente con Estados Unidos. Rusia piensa que sería bueno que todos ellos se reúnan al menos una vez, como en los viejos tiempos, cuando todavía eran un grupo unido de amigos.

El euroasiático se siente emocionado y ansioso, pues ir a vivir con U.S.A representa un gran paso en su relación. Pese a que los nervios se agolpan en su pecho, la felicidad y el amor por el estadounidense superan cualquier inseguridad.

Ahora estando en su nuevo apartamento, miro las cajas amontonadas en el lugar y sonrió un poco. No es alguien que tenga mucho, solo lo necesario; sin embargo, sus amigos insistieron en regalarle algunas cosas para el departamento, aunque se negó al principio, cuando menos lo notó, las cajas ya estaban aquí y fue imposible devolverlas. Además, Estados Unidos, por alguna razón, tampoco ha terminado de desempacar sus propias pertenencias. Todo lo anterior provocó que el departamento estuviera bastante llenó de cajas de todos los tamaños, dando la impresión de que son una pareja recién mudada.

Aquel pensamiento le hizo sonreír.

Momentos después, el americano regreso al departamento, había salido temprano de su facultad. Así, ambos empezaron a desempacar y acomodar las cosas juntos. Mientras abren cajas y limpian el polvo de algunos muebles, el ambiente se llenó de expectativa; con la promesa de un futuro compartido dónde pueden volver a empezar juntos.

Por más extraño que parezca, los dos parecen divertirse con esta actividad. Estados Unidos y Rusia trabajan en armonía, como compañeros de toda la vida, mostrándole al otro de vez en cuando una sonrisa o una mirada afectuosa. El suelo está lleno de cajas medio abiertas y objetos esperando ser colocados en su lugar. A pesar del caos aparente, los dos no podían sentirse más felices y emocionados por lo que esté suceso significa.

Al dejar una caja en su nueva habitación, el ruso se detuvo un momento a contemplar el sitio. La cama todavía no tiene sábanas, a las ventanas les falta sus cortinas, y todavía hay cosas por acomodar; no obstante, ver esté lugar siendo iluminado por la luz solar le hizo sentirse feliz.

De repente, escucho la voz del americano acercándose. Tal parece que está teniendo problemas al intentar cargar una caja.

- ¿Necesitas ayuda?-preguntó, acercándose al delta.

-N-no, puedo hacerlo-pronuncio entre dientes el rubio, haciendo un notable esfuerzo para dar cada paso.

Un momento después, U.S.A depositó la caja en una esquina, exhalando un suspiro de fatiga que no pudo ocultar por completo. Pero, cuando sintió la mirada del tricolor sobre de él, intentó a toda costa disimular su cansancio.

- ¿Y bien? ¿Qué te parece?-cuestiono el norteamericano, tratando de cambiar de tema.

-Me encanta-respondió el albino, admirando otra vez la habitación. Incluso viendo el desorden temporal, siente una profunda satisfacción por el espacio que ahora posee-. Gracias por dejarme estar aquí y por toda tu ayuda.

-Ni lo menciones-dijo el estadounidense, haciendo un gesto con la mano, restándole importancia-. Será mucho más divertido tenerte aquí que pasarme la tarde hablando con la gata del vecino.

Rusia rio, disfrutando de ese pequeño chiste.

-No era una broma-expreso Estados Unidos un tanto serio.

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora