❛'💭𝟎𝟏𝟏'❜

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Esté día, el frío de la mañana producía escalofríos a cualquiera que no tuviera un abrigo adecuado.

Estados Unidos no esperaba que hoy el clima estuviera tan helado. Incluso los salones de clases parecían congeladores.

U.S.A llevaba únicamente puesto un ligero suéter. El chico delta empezaba a congelarse. En verdad, prefiere los climas cálidos.

Inconscientemente, Estados Unidos acercaba su cuerpo a Rusia, hasta el punto de estar casi abrazándolo. Por alguna razón, la temperatura corporal del albino es muy cálida. El cuerpo ajeno es cómodo y confortable, perfecto para él, ¿Qué más da si invade un poco el espacio personal de Rusia? Duda mucho que al alfa le importe esa cercanía. Bueno, Rusia aún no se ha quejado, y hasta que no lo haga, Estados Unidos se pegará a su amigo igual que un chicle.

El de mayor altura leía un libro, mientras, la cabeza del delta se encuentra recargada en su hombro; aquello no le importa.

Entonces, escucho a U.S.A murmurar palabras poco audibles. Giró un poco la cabeza, prestándole más atención al rubio, y lo primero que sus ojos divisaron fue a Estados Unidos quitándole el jitomate a un sándwich, para después arrojar el alimento al suelo.

—No deberías desperdiciar así la comida—indico, viéndose serio.

—Odio las verduras—contesto sin mirarle, viendo al sándwich, mantenía su ceño ligeramente fruncido—. Mi mamá siempre pone esas cosas en prácticamente todo—confeso, su voz poseía ligeros toques de hastío—. Incluso, ella hace raras combinaciones de licuados con avena, avena, estoy harto.

Estados Unidos repitió la palabra avena con desagradó, remarcándola muy bien; esas palabras provocaron una pequeña risa en Rusia. El rubio lo miró molesto.

—Sí, adelante, ríete—bufo y deslizó su atención hacía su desayuno—, como tú no eres el sujeto de pruebas para todos los experimentos de mi madre—mascullo frustrado.

Dejó el sándwich de lado un momento, tomando el recipiente azul que trajo consigo; dentro del objeto se hallaba una ensalada muy bien balanceada. Con toda la normalidad del mundo, le entrego el topper al tricolor. El rostro del alfa expresó su confusión ante aquello.

—Puedes comer esto—hablo tranquilo el delta—. Te lo regalo.

Rusia se negó de inmediato.

—No, es tuyo—decía, apartando el recipiente educadamente—, tu deberías comerlo.

—Sí, pero he notado que tú muchas veces solo tomas agua en los descansos, y prefiero darte esta ensalada a ti antes que a las hormigas—explico, dejando el tupper en las piernas de su amigo—. Además, yo me comí una rebanada de pastel de la cafetería, estoy lleno.

Rusia suspiro, no contraatacaría, aceptaría el gesto; no obstante, haría una nota mental: Ayudar a Estados Unidos a comer más sano.

—Gracias—agradecido, mientras agarraba el recipiente.

U.S.A sonrió triunfante, y comenzó a comer su sándwich libre de la mayoría de esa insípida lechuga y jitomate.

Ambos estuvieron comiendo en silencio, tranquilos. Estados Unidos intentaba darle más vegetales a Rusia, sin embargo, esté se negaba a recibirlos, haciendo que U.S.A terminará por comérselos a regañadientes. Cuando el rubio terminó de comer, simplemente se puso a leer cómics.

El alfa alcanzó a captar la presencia de alguien acercándose. Casi al instante de notar eso, Estonia hizo presencia. La chica está buscando a Rusia.

— ¿Estás aquí...? —Ella vio a los dos chicos, y con una cálida sonrisa saludo a U.S.A—. Oh, hola, ¿Eres amigo de Rusia?

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora