❛'💭𝟎𝟒𝟏'❜

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Regresaron de las vacaciones envueltos en una dicha renovadora que han obtenido de aquellos días de paz y tranquilidad.

Estando en su departamento, decidieron decorar un poco su hogar con la temática de la temporada. Juntos, colorearon su hogar con luces y decoraciones, llenándolo de vida y luz, incluso pusieron un pequeño pino de navidad en la sala; un pino artificial que Estados Unidos encontró de remate en la ciudad.

Mientras colocan las decoraciones, Rusia no puede evitar girarse para admirar al estadounidense, quien con un poco de dificultad adorna la ventana con luces parpadeantes. Sonríe al verlo, pero entre la alegría, se percibe un matiz de melancolía. Sabe que su pareja no estará en el departamento durante el resto de las vacaciones, ya que irá a casa, con su familia, a celebrar estás fechas. El ruso es capaz de ver en los ojos del americano lo emocionado que está por ir con ellos. ¿Y como no estarlo? Si su familia es su hogar, un cálido hogar que le refugia en momentos difíciles.

Lo anterior, sin embargo, despierta una leve tristeza en el corazón de Rusia, pues el se quedará solo en el departamento durante todos esos días. A diferencia de U.S.A, el alfa no tiene una familia o hogar a dónde refugiarse.

Ya no…

Su madre por fin ha comenzado de nuevo, desentendiéndose de él, y sus abuelos apenas lo reconocen, debido a que solo lo ven como un error del pasado de su hija; si todavía se acuerdan de su existencia es porque llevan la misma sangre, pero, realmente, no lo ven como familia. Al final, ante sus ojos, él solo es un recuerdo del ayer.

Rusia se siente culpable y egoísta al tener esos pensamientos tristes. Debería estar feliz por su pareja, feliz de saber que el si tiene un lugar a dónde ir. Pero él es humano, y es inevitable que se sienta desanimado al saber que no estará con su amado en estás fechas.

A pesar de todo, el euroasiático intenta desterrar esos pensamientos negativos de su cabeza, y trata de mantenerse positivo por las buenas cosas. Estados Unidos no se irá para siempre, únicamente pasará un tiempo con su familia. Además, no sería la primera vez que pasa estás festividades solo, ya está algo acostumbrado.

Los días posteriores transcurren con una naturalidad apacible. Estados Unidos cuenta los días con entusiasmo creciente ante la idea de reunirse con sus padres el 24 de diciembre. Rusia le mira y sus labios esbozan una sonrisa; al parecer, el estadounidense le contagió un poco de su emoción.

Un día antes de irse, U.S.A se encuentra en su habitación, empacando sus pertenencias en una maleta al tiempo que las melodías envolventes de Coldplay le acompañan. Por su parte, estando en su propia habitación, Rusia lee las páginas del libro "El jinete de bronce" de Paullina Simons.

El eslavo estaba tan concentrado en su lectura que no notó la presencia del norteamericano asomarse en la puerta de la habitación.

—Oye, ¿no has visto mi…? —se interrumpe al encontrarse con la escena de Rusia recostado en la cama, sin hacer prácticamente nada.

Un ceño fruncido adornó el rostro del delta, adoptando una postura firme y cruzándose de brazos, miro severamente al eslavo. La ceja de Rusia se alza, confundido ante la mirada intensa del rubio, sin comprender por qué su pareja le observa de esa manera.

— ¿Qué hice ahora? —inquirió el ruso, su rostro reflejando una confusión palpable.

U.S.A no dijo nada, se mantuvo en silencio durante unos minutos, manteniendo esa mirada severa.

—¿Por qué no has empacado todavía? —cuestionó en un tono autoritario.

La expresión del alfa se volvía más confusa mientras se sumerge en la conversación, sintiéndose más perdido con cada palabra.

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐒𝐢𝐠𝐧𝐚𝐥 ⃟࿐𝑅𝑢𝑠𝐴𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora