30 | juntos

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Fue difícil ver que Tony no era el mismo luego de Nueva York. Athena podía ver en sus ojos el trauma por el que pasaba cada vez que lo encontraba en el taller a altas horas de la noche, sin poder dormir. Su matrimonio había sido un rayo de esperanza para Tony, pero nada bueno dura para siempre. Se consumió protegiéndose a sí mismo de la invasión, creando traje tras traje tras traje, y Athena se preocupaba más con cada noche de insomnio.

Athena supo que algo andaba mal cuando comenzó a sentirse enferma unas semanas después de su boda. Tony había pasado otra noche en el taller y ella se había despertado sola y rápidamente corrió al baño para vomitar. Fue ese día que supo que estaba embarazada, después de hacerse seis pruebas solo para estar segura.

—Tony —dijo Athena mientras bajaba las escaleras hacia el taller antes de irse a la cama—. ¿Estás ocupado?

—No —respondió Tony, volviéndose hacia ella—. ¿Qué pasa?

Athena sostuvo su prueba de embarazo detrás de su espalda, nerviosa—. Yo... tengo noticias, y no sé cómo vas a reaccionar, pero... toma.

Ella le entregó la prueba de embarazo, que él tomó y miró por un segundo—. Estoy sosteniendo esto y le orinaste encima, ¿no?

—Tony, en serio —dijo Athena, riendo—. ¿Sabes lo que significa?

Tony la miró—. ¿Estás embarazada?

Ella asintió, con una pequeña sonrisa en su rostro—. Sí, Tony.

—¿Un bebé? —preguntó Tony, mirando su estómago.

Athena dio un paso hacia él y Tony apoyó la frente en su estómago—. ¿Estás bien?

—Solo estoy pensando —dijo Tony en voz baja.

—¿En? —preguntó Athena—. Vamos, comparte tus pensamientos conmigo.

—¿Qué pasa si soy un padre terrible? —preguntó Tony—. No quiero ser como mi papá.

—No lo serás —prometió Athena, pasando sus dedos por su pelo—. Vas a ser un padre increíble. Lo hiciste bien con Lyanna, ¿no? ¿Y no crees que yo también tengo miedo? Tony, mis padres también me abandonaron. Solo tenemos que prometernos a nosotros mismos, a los demás y a nuestro bebé que vamos a ser lo mejor que podamos ser.

—Lo siento —susurró Tony, mirando a Athena—. Seremos grandes padres, lo sé.

—¿Podemos mantener esto en secreto por un tiempo? —preguntó Athena.

—Sí, por supuesto, cariño —respondió Tony—. Lo siento, soy un desastre.

—No, no lo eres —respondió Athena.

—Desde hace un tiempo ya —dijo Tony—. No dije nada. Todo ha cambiado desde Nueva York.

—No me había dado cuenta —dijo Athena, tratando de aligerar el ambiente—. Pero Tony, no puedes culparte por eso.

—Uno vive cosas y luego se acaban, y todavía no puedes explicarlas —dijo Tony—. Dioses, alienígenas, otra dimensión. Soy solo un hombre en una lata. La única razón por la que no me derrumbé es porque nos casamos. Lo cual es genial. Te amo, soy afortunado. Pero cariño, no puedo dormir. Tú te vas a dormir, y yo bajo aquí y hago lo que sé hacer. Jugueteo.

—Lo sé —dijo Athena.

—Me siento amenazado constantemente —dijo Tony—. Y tengo que proteger la única cosa sin la que no puedo vivir. Tú. Y ahora me estás diciendo que vamos a tener un bebé, así que también necesito protegerlo. Y mis trajes, son...

—Máquinas —terminó Athena.

—Son una parte de mí —respondió Tony.

—Son una distracción —dijo Athena.

—Tal vez —dijo Tony.

—No puedes mantener tus emociones reprimidas así, Tony —dijo Athena—. Vas a explotar.

—Lo sé —dijo Tony—. Pero... vamos a tener un bebé.

—Sí —dijo Athena sonriendo—. Un bebé, Tony.

—Si es un niño, no lo llamaremos Steve —dijo Tony—. De ninguna manera.

—No iba a sugerirlo —rió Athena, mientras Tony se levantaba y la abrazaba—. Todavía hay bien en el mundo. No olvides eso.

—No lo haré —murmuró Tony—. Eres lo bueno en mi mundo. Tengo que protegerte.

—Y lo haces —dijo Athena—. Tony, no te das cuenta, pero me has estado protegiendo todos los días desde que nos conocimos. Me mantuviste alejada de mis padres después de esa Navidad, mantuviste alejados de mí a la prensa porque sabes cuánto odio las cámaras. Has sacado todos los artículos que alguna vez dijeron algo malo sobre mí. Me proteges todo el tiempo, Tony, y ni siquiera sabes que lo estás haciendo.

—Pero, ¿y si pasa algo y...?

—Entonces nos ocuparemos de eso —respondió Athena—. Y lo enfrentamos juntos.

ATHENA | Tony Stark ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora