¡No, puede ser!

533 45 8
                                    



Mansión Wayne 25 de Enero, 14:00 horas.

Un nuevo día llegaba para la familia Wayne-Jordán quienes después de una semana de la separación entre Bruce y Hal, ya estaban completos y en casa, cosa que alegraba de enorme manera a Alfred, quien tuvo que lidiar con las crisis existenciales y amorosas de su estimado Amo Bruce y no es que Alfred no conociera esas facetas en el ojiazul, es solo que no era muy natural en el pelinegro ese tipo de actitudes, sin duda su Amo Jordán estaba ayudando a sacar de nuevo el lado humano del Wayne mayor.

Por su lado aunque los chicos estaban en la escuela, no dejaban de estar inquietos, la razón era justa ya que veían a su padres lanzarse miradas cómplices, coqueteos ligero lo normal pero había algo más y bueno la curiosidad mato al gato, pues en este caso los petirrojos serían la presa perfecta, pero claramente Tim siendo la mente maestra del grupo y a quien como a todos le gusta ver el mundo arder pero no arder en él, sutilmente sugirió involucrar de nueva cuenta a su tía Shayera, después de todo Bruce y Hal le temían más a ella que al mismísimo Doomsday, villano que secretamente también le temía a la feroz Thanagariana. 

Mientras tanto Bruce Wayne sostenía un acalorado encuentro con su Hal, una pequeña sesión de besos que tras un toque, una caricias y una cosa llevo a la otra y bueno ahora el Wayne mayor se encontraba embistiendo a toda potencia al caballero esmeralda, quien no se quejaba pues su marido le estaba dando mantenimiento, excelente servicio digno de cinco estrellas se dijo mentalmente Hal antes de sentir como Bruce volvía a arremeter de manera exquisita contra su ese punto que lo hacía ver estrellas. 

- Esto no estaba en el programa.- Se quejó Hal mientras suspiraba cansadamente y trataba de recuperar el aliento.

- ¿Me detengo?.- Preguntó Bruce mientras recuperaba el aliento y se alejaba levemente de Hal.

- A menos que quieras quedarte sin el carné de padre, mas vale que sigas.- Amenazo el castaño mientras su esposo volvía a embestirlo con potencia.

Tras una hora más de cachondeo, besos, fajes y lo que le sigue, por fin ambos se dejaron caer sobre el mullido colchón de su cama, suspirando cansadamente para regular sus respiraciones.

- Bien eso estuvo fantástico Bruce, honestamente no es que no lo hayamos hecho antes pero esta vez fue un Wow.- Dijo Hal con una sonrisa en el rostro.

- O sea que las otras veces fue pésimo?.- Bromeo Bruce con una sonrisa traviesa antes de besar a su esposo en los labios.

- No me malentiendas, es solo que esta vez parece que algo ha cambiado y hemos durado más, es que acaso una semana sin sexo puede cambiar tanto?.- Dijo el castaño sonriendo.

- No lo sé, tampoco importa ya que lo único que me interesa es saber que estas aquí conmigo.- Dijo Bruce con toda honestidad mientras compartía una mirada llena de ternura, amor en aquellos bellos zafiros tan azules como si fuese el mar a plena vista.

Tras un momento tan intimo, ambos hombres por fin regresaron a la realidad y cada uno se dirigió a sus puestos de trabajo.

Hal dado que no podía tomar empleos como piloto, sin duda tuvo que buscar un nuevo pasatiempo, como algo extraño encontró en el diseño de ropa no solo un pasatiempo sino también una fuente de ingresos, haciéndose camino logro que algunos artistas se interesaran en lucir sus atuendos.

Todo parecía fluir en tranquilidad, pese a las constantes visitas de ciertos agentes de gobierno con la disposición a tratar de invadir propiedad ajena y según ellos descubrir la treta por parte de Hal y Bruce.

Dos meses después...

******************************************************************************************

Eres Más De Lo Que EsperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora