¡Shut up!... Just go

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Mis disculpas por resumir demasiado tu escrito. Entiendo que prefieres mantener todos los detalles tal como los escribiste. En lugar de reducir la trama, puedo ayudarte a pulirla y mejorarla sin quitarle nada. Aquí te dejo el texto original, pero con ajustes en el estilo, estructura y fluidez para que siga manteniendo su esencia:

Capítulo: Una misión inesperada

Después de muchos momentos felices y algunos tristes en las carreras de Hummingbird, los chicos se turnaban para cuidar a Minu, quien finalmente había aceptado la rehabilitación gracias a una pequeña amiga que hizo en el hospital. Esta vez, era el turno de Juls, aunque no había un orden realmente, simplemente el que quisiera ir lo hacía, con el propósito de que Minu no se sintiera solo.

Era el día de una de las carreras, y Shelly no iba a participar. Se sentía inservible para las carreras de resistencia, pero Juls no le creyó esa excusa, ni mucho menos la aceptó. Incluso si Shelly fuera de las más lentas, ninguno del equipo Hummingbird la rechazaría, pues a pesar de ser parte del equipo, también era una amiga preciada para todos los chicos.

Juls decidió no hacer presencia en la competencia para evitar encontrarse con cierto rubio. La última conversación que tuvieron no había salido bien, y encima Juls estuvo resfriada por cuatro días seguidos debido a la lluvia de aquel día. Aunque solo era un resfriado leve, prefería quedarse en su habitación, con mascarilla puesta, o acompañando a sus amigos sin exponer demasiado su malestar.

Pero lo que Juls no sabía era que quien le había puesto las toallas frías para aliviarla durante esos días de fiebre no era otro que Owen. Un secreto que Shelly descubrió una noche, cuando salió a tomar un vaso de agua y vio a Owen con un recipiente lleno de agua fría y algunas toallas.

Aun así, Juls no tenía la intención de hablarle a Owen. Lo que había sucedido entre ellos la había dejado con rencor, y aunque alguna parte de ella deseaba reconciliarse, no sabía si podría.

—¿En qué estás pensando, pequeña Juls? —dijo Minu, sacándola de sus pensamientos, que estaban llenos del rubio. —Estábamos viendo la carrera, y te quedaste mirando por la ventana. ¿Acaso se te subió la fiebre otra vez? —preguntó con cautela.

—¡Oh, no! Solo estaba pensando que ya es hora de volver a Inglaterra. Quiero terminar pronto mis estudios para poder ver a mis padres... —dijo Juls, decaída, mientras acomodaba su asiento más cerca de la camilla donde descansaba Minu.

—Vaya... Se escucha complicado, pero, hey, aprovecha y valora todo lo que tienes. No dejes que los sentimientos te jodan el presente y te atormenten en el futuro. —Minu le respondió con un tono tranquilo mientras una enfermera llegaba con una bandeja de frutas. Las palabras de Minu resonaron en la cabeza de Juls, pues, sin saberlo, le había dado un buen consejo.

—Disculpen, el horario de visitas ha terminado... —dijo la enfermera, sin poder sostener la mirada de Juls.

La morena suspiró y asintió para luego levantarse. Se dirigió hacia la enfermera y sonrió antes de mirar nuevamente a Minu.

—De acuerdo, gracias por decirnos. Por cierto, también gracias por cuidar de mi amigo —le dijo Juls, con una sonrisa mientras se dirigía a la salida. Desde el marco de la puerta, agitó su mano en despedida a Minu, quien le devolvió el gesto con una sonrisa desganada. Su estadía en el hospital lo tenía claramente mal.

El Plan de Shelly

Al día siguiente, después de clases, Jay invitó a Shelly a salir, claramente con Owen siguiéndolos a la distancia, como siempre. Juls, sin embargo, tenía una misión inesperada. Shelly la llamó afuera del salón para hablar en secreto.

—Juls, por favor, ayúdame —dijo Shelly, juntando sus manos con una mirada suplicante. Era repentino y Juls no entendía aún qué quería decir.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó Juls, frunciendo el ceño.