¡Shut up!... Just go

28

Juls

Sonreí al ver la velocidad que alcanzaba, me encontraba en la pista del Crew que usábamos cuando no queríamos correr en las calles o usando las maquinas; después del entrenamiento tomé una de las bicis de entrenamiento y comencé a pedalear en la pista vacía; me encantaba entrenar de esa forma, pues parte del crew se encontraba en Japón, hablando de Harry y Noah.

--Creo que voy a incendiar las llantas. -- Exclamé a mis adentros sonriendo.

Ya llevaba al menos media hora solo corriendo en círculos usando la gran pista, de vez en cuando daba algunos sprints y descansaba haciendo simplemente velocidad al echar mi cuerpo para la parte delantera de la bici y poder recostarme mientras mis piernas hacían el resto.

Estaba a punto de terminar una vuelta más, hasta que noté un flash que salía desde la parte de los vestidores; claro que era posible tomar fotos dentro, pero no había nadie agendado para ello; o al menos no poseía tal información.

Con extrañez, en vez de bajar de la bici, manejé con ella hasta donde la pista me permitía acercándome a los vestidores, estaba asustada y desconfiaba de quien sea que haya tomado aquella foto. Dirigí mi vista rápidamente hacia el edificio cubierto de ventanales a donde se encontraba el gym y lograba ver a Owen desde ahí, quien entrenaba bastante concentrado. Pensé en enviarle un mensaje sobre el tema del flash; pero mi teléfono permanecía en los vestidores dentro de un locker.

Me llené de valor para entrar, dejé la bici a un lado contra una de las paredes y tomé el casco como algún tipo de arma, sequé el sudor de mi frente esperando calmar un poco mi respiración y así entrar. Los vestidores se encontraban a oscuras, pero no sería tan imbécil como para entrar a oscuras, busqué pronto el interruptor, pero solo la mitad de las luces encendieron; sin embargo, podía ver lo suficiente.

--Cuanto tiempo...

Esa voz, la odiaba con todo mi ser... Ese idiota, el tal fan número uno. 

Volteé rápidamente a ver de dónde venía la voz y efectivamente era el, al hacer contacto visual; lo único que logré fue hacer una expresión de asco al verle.

--¿Qué mierda quieres?

Pregunté en tono cansado relajando mis brazos; el casco aún estaba en mis manos, pero necesitaba que él pensara que estaba indefensa, pero nunca estaba indefensa. Se acercó con una sonrisa de comprensión rondando por su rostro; y yo me mantenía neutra, pensando en multiples formas de estallarle el rostro con el casco, tal cual como alguna vez lo hizo Vinny.

--Sé lo que piensas... No debí dejarte ir con Owen, sabía que no podía ganarle en fuerza; lo siento, no te protegí bien...

--Maldito loco.

Le respondí en español al escucharlo hablar, sin embargo, parecía haber entendido mi insulto y su expresión cambió a una de enojo, alertándome; pero no fui lo suficientemente rápida como para reaccionar a su movimiento. Sus brazos me rodearon en un abrazo asfixiante, odiaba su toque y me removía como un gusano entre sus brazos. 

--Suéltame, eres un aborto fallido o qué?

Traté de insultarlo más para zafarme, como la latina que era, tendía a atacar más con la boca que con violencia física. Su enojo efectivamente aumentó y logré salir de sus brazos alejándome lo mayor posible. Miré mi casillero y recordé mi teléfono. 

--Na-ah querida Juls, no llamarás al idiota que me alejó de ti-- Soltó con amargura que realmente me afectaba solo con las ganas de golpearlo donde no le llega la luz del sol.

-- Ah, pero es que ni siquiera lo necesito...

Dije y pareció sorprenderse por un segundo cuando le lancé el casco, dándole justo en la frente y logrando desorientarlo tanto como para que cayera al suelo adolorido; sonreí mientras caminaba lentamente hacia el casillero y tomaba mi teléfono, juraba estar sonriendo como una psicópata en ese instante, sentía más diversión que cuando estaba bajo la adrenalina de las competencias.

Pero antes de llamar a Owen, dejé el teléfono en una banca al lado del acosador, y me acerqué peligrosamente al mismo. 

-- Ya puedes empezar a rogar...

Le dije y pareció meditarlo con confusión en su rostro, y solté el primer puño directo a su nariz; ya no me miraba con anhelo, más bien solo asustado. La serie de golpes repartidos en todo su rostro aprovechando su mareo, fueron consecutivos y nada mortales, pues las leyes en Inglaterra no son nada para jugar. Mi puño derecho impactó por última vez en su mandibula y su mirada yacía perdida, tanto que cayó de lleno hacia atrás; dándose en la cabeza.

Lo había dejado irreconocible y logré sentir lastima por él, hasta que llegó el pensamiento de lo que me hubiese sucedido a mí luego de él haberme drogado.

Tomé el teléfono y alerté a Owen, y consecutivamente a la policía de Londres.

....

--Te amo, eres la mejor, no te preocupes, no te pasará nada.

Repetía Owen, varias veces mientras me besaba el rostro con preocupación, pero de alguna forma se veía satisfecho por lo que hice. Tomó mi mano todo el tiempo que la policía se llevaba esposado al delincuente y mientras me preguntaban lo sucedido. Fui meramente sincera con todo y ellos parecieron aceptarlo.

--Señorita montana, quiera que nos acompañe a dar su punto de vista nuevamente, en la sucursal-- Habló el que parecía ser el detective, se notaba serio pero pedía cordialmente la cooperación. 

-- Juls se hará presente en la sucursal cuando el buffet de abogados de la familia night esté para respaldarla-- Excusó Owen por mí, antes de que siquiera pudiera llegar a aceptar, pues eso era lo que tenía planeado.

El detective entendió sus palabras rápidamente y luego todo volvió a la normalidad en el Crew, tuvimos que reportar eso al padre de Owen quien no creía que todo eso sucediera en su Crew y también que yo estuviera implicada, al igual que el entrenador, quien se disculpó por lo sucedido, aunque no tenía el deber de hacerlo.

Decidimos ir a casa luego de todo eso, realmente yo fui quien lo decidió, pues Owen quería seguir investigando lo sucedido como todo un adulto preocupado por el tema. Pero decidió acompañarme de vuelta, para no dejarme sola; de alguna forma comprendía que, aunque había hecho papilla a ese hombre, por dentro me estaba muriendo de ansiedad y todo había sido una descarga de adrenalina.

--¿Estás segura de que no te duele nada? -- Preguntó Owen con insistencia después de llegar al apartamento, decidimos entrar al mío por la comodidad que sentía en este.

--Lo único que de verdad me duele, son los scuads después de tanto pedalear-- Le respondí con una sonrisa que terminó saliendo más como una mueca.

Notó esa variación en mi rostro y no tuve que pedírselo dos veces para tenerlo frente mío, dándome uno de los mejores abrazos de la vida. Aspiré el aroma de su suéter, dejándome relajar por este y su tacto; pero eso no iba a parar ahí. Me tomó en sus brazos, alzándome.

Logré rodear su torso son mis piernas y así poder abrazarlo y transmitirle todos los sentimientos que tuve y tengo después de la última intervención del acosador. Aunque de alguna forma tomé fuerza para joderle el rostro, de igual forma me parecía algo difícil de digerir.

Se encaminó conmigo encima, hasta llegar a mi habitación; habían libros de estudio por todos lados en el cuarto, se veía organizado pero bastante extraño por la pila de libros.

--Espero que no te sientas mal por el idiota ese...

Habló por fin cuando nos separamos,  tomé asiento en una parte de mi cama mientras trataba de recoger los libros para dejarlos en el escritorio.
Tardé en responder y noté la poca paciencia que tenía, saliendo a flote.

--No me siento mal. Hice lo que debía hacer.

Hablé con simpleza pero segura de mis palabras y pronto Owen cambió sus facciones de preocupación por orgullo, se enorgullecia por mí.

--Esa es mi novia y futura madre de mis tres hijos...

--Ey, ey ey... debes estar bromeando... ¿Tres? No es suficiente.

--Cierto, si vamos a iniciar una raza de dioses griegos; empezaremos con diez...

Dijo tocando su barbilla pensativo, parecía estar seriamente considerándolo y no pude evitar soltar una carcajada.

--Eres un tonto.

--Claro que lo soy ¿Cómo puedo pensar en hijos cuando ni siquiera te atraigo sexualmente?

¿Qué había dicho?....