Escapando de OwenHabían pasado tres días desde aquella noche. Tres días en los que me las había ingeniado para evitar a Owen a toda costa. ¿Por qué? Porque no podía lidiar con la vergüenza. La cercanía, su mano en mi regazo, su risa. Todo eso había sido demasiado. Cada vez que lo recordaba, sentía el calor subirme al rostro, y mi orgullo se revolvía.
Pero finalmente llegó el día del evento: la competencia en la que Owen y Jay se enfrentarían uno contra uno. Decidí apoyar a Jay, no porque creyera que podía ganarle a Owen —eso era casi imposible—, sino porque su esfuerzo siempre era admirable. Además, me resultaba más fácil animar a Jay que estar cerca de Owen, sobre todo después de esos días de evasión.
Me puse mi uniforme de entrenamiento porque Owen había insistido por mensaje en que lo usara, diciendo que era importante representar a nuestro equipo, el "Light Cavalry Crew". Cuando llegué al evento en mi bicicleta, el caos comenzó de inmediato. Algunas cámaras se enfocaron en mí, y mi rostro apareció en las pantallas gigantes del lugar.
—¡Pero miren quién ha llegado! ¡Es la corredora Juls Montana! —la voz del presentador resonó en los parlantes, emocionando al público.
Los fanáticos comenzaron a vitorear, coreando mi nombre junto con el de Owen. Sentí el rubor invadir mis mejillas, pero traté de mantener la compostura. A lo lejos, vi a Owen mirándome con esa sonrisa arrogante que me sacaba de quicio.
—¡¿Qué les parece si invitamos al dúo al escenario?! —exclamó el presentador, y antes de que pudiera negarme, ya estaba subiendo las escaleras, atrapada en la situación.
El escenario: palabras incómodas
Mientras subía, Owen estaba justo detrás de mí, adelantándose con pasos seguros para tomar el micrófono. Su discurso fue motivador, dirigido a Jay, aunque no pude evitar notar un dejo de arrogancia en su tono. Jay, por su parte, parecía indiferente, pero se podía ver el esfuerzo que ponía en mantenerse firme.
Cuando terminaron las palabras de Owen, el presentador me pasó un micrófono. No lo vi venir, así que tardé un segundo en reaccionar. Owen me miró de reojo, arqueando una ceja, como si esperara que me congelara.
—Eh... hola chicos —dije finalmente, con una sonrisa nerviosa—. Es un honor estar aquí y escuchar sus palabras de apoyo. Creo que el mejor público que he tenido está en Corea. Espero que disfruten de la competencia.
Los aplausos me sorprendieron, y traté de no reírme. Tal vez no había sonado tan mal como pensaba. Al bajar del escenario, Owen extendió su mano hacia mí, ayudándome a descender los escalones. Su agarre era firme, pero no pude evitar sentir una corriente eléctrica que me recorrió al tocarlo.
—¿Siempre tienes que hacer tanto drama? —le dije, soltándome rápidamente.
—¿Drama? —repitió, fingiendo ofenderse—. Tú eres la que se roba las cámaras, Juls.
Rodé los ojos y me alejé rápidamente hacia el grupo de Hummingbird.
La carrera: tensiones no resueltas
El inicio de la carrera fue intenso. Jay sorprendió a todos al mantenerse casi al nivel de Owen durante buena parte del recorrido. Pero, al final, Owen demostró por qué era un corredor de clase mundial, cruzando la meta con una ligera ventaja.
Cuando llegué al lugar donde Owen estaba revisando su bicicleta destruida, noté su rostro lleno de frustración. Sus ojos buscaron a alguien en la multitud, y me tomó un momento darme cuenta de que buscaba a Shelly. Estaba claro: todavía le importaba.
—Vaya, Ricitos de Oro. Creo que la bicicleta decidió traicionarte en el último segundo —dije, cruzándome de brazos.
—¿Tienes que burlarte justo ahora? —respondió, lanzándome una mirada cansada, pero con una pequeña sonrisa escondida en los labios.
—Siempre. Es mi deber como tu compañera de equipo.
—Gracias por el apoyo moral, Montana —dijo con sarcasmo.
—Vamos. Vamos a curar esas heridas antes de que termines dando lástima frente a tus fans.
Curando heridas, creando tensión
De regreso en la casa del abuelo de Shelly, tomé el botiquín de emergencias. Al abrirlo, no pude evitar soltar una risa. Las vendas y curitas que había comprado en Corea estaban decoradas con ositos y conejos.
—Desnúdate —dije con tono serio, sacando lo necesario para la curación.
—¿Qué clase de orden es esa? —respondió Owen, fingiendo indignación—. Señorita Montana, ¿acaso esto es un intento desesperado por seducirme?
—No te hagas ilusiones, Owen. Sólo quiero evitar que mueras de una infección.
Owen se quitó la camiseta, dejando a la vista su torso marcado por los golpes y raspones. Traté de concentrarme en aplicar la pomada en su espalda, pero no podía ignorar lo cerca que estábamos. Cada vez que se quejaba por el dolor, su voz ronca me hacía sentir algo que no quería admitir.
—Eres tan delicado para alguien que anda alardeando todo el tiempo —dije, intentando aliviar la tensión.
—¿Delicado? ¡Si apenas me tocaste y casi me arrancas la piel!
—No seas dramático —respondí, dándole un ligero golpe en el hombro.
Cuando terminé con su espalda, me puse frente a él para limpiar una herida en su cabeza. Owen levantó la mirada, sus ojos clavándose en los míos con una intensidad que me dejó sin palabras por un momento.
—¿Sabes? Jay lo hizo bien hoy —dijo de repente, rompiendo el silencio.
—Sí, lo hizo —respondí, tratando de ignorar el temblor en mi mano cuando toqué su rostro—. Pero tú sigues siendo el centro de atención, como siempre.
—Tal vez, pero no siempre quiero serlo —murmuró, desviando la mirada.
Me detuve un momento, confundida por su tono. Pero antes de que pudiera preguntar, Owen puso su mano en mi muslo, un gesto inconsciente al sentir el ardor del alcohol en su herida. Mi cuerpo se tensó, y mi mente se llenó de preguntas. ¿Por qué seguía afectándome tanto?
—Lo siento —dijo rápidamente, retirando su mano al darse cuenta.
—No te preocupes. Ya terminé.
El silencio que siguió fue incómodo, lleno de palabras no dichas y sentimientos a medio entender.
—Bueno, me voy antes de que termines dándome más razones para llamarte delicado —dije, intentando sonar casual mientras me levantaba.
Owen me miró con una sonrisa ladeada, pero había algo más en su expresión. Algo que me hacía pensar que Shelly aún estaba en su mente, aunque por un instante, parecía que también estaba en la mía.
Salí de la sala antes de que pudiera decir algo más, mi corazón latiendo con fuerza. ¿Qué me estaba pasando?
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¡Shut up!... Just go
Fanfiction"No esperes mucho, no te ilusiones mucho, no te enganches mucho, porque ese mucho, duele mucho." "Ni café ni té. Lo mejor para mantenerse despierto es un amor no correspondido" {Fuimos un cuento breve que leeré mil veces....} ---Todos los derechos d...