01

1.3K 120 15
                                        


Tres años después

Habían pasado tres años desde que llegué a Inglaterra. Tres años que compartí con Owen y Shelly, los mejores de mi vida. Aunque estuve lejos de mi familia para mantener la beca, nada de eso me detuvo en mi objetivo de convertirme en alguien en la vida. La vida en Londres fue emocionante, llena de desafíos y aprendizajes.

Sin embargo, unas vacaciones inesperadas en Corea del Sur estaban a punto de darle un giro inesperado a todo, especialmente a nuestra relación. Lo que empezaría como un simple viaje se complicaría hasta convertirse, tal vez, en un triángulo amoroso.

Juls

Estábamos en el departamento de Owen. Yo perdía el tiempo jugando videojuegos en mi celular, mientras él caminaba de un lado a otro como un león enjaulado. Lo miré de reojo; su constante movimiento me estaba empezando a irritar.

—¿Puedes dejar de dar vueltas? Me estás mareando —murmuré, dejando mi teléfono a un lado.

Owen se detuvo un momento y luego suspiró profundamente.

—Mira, Juls, tenemos que acompañar a Shelly a Corea. Es una petición de su abuelo. No te preocupes, no será por mucho tiempo, volveremos pronto.

—¿Corea? ¿Qué estás planeando ahora? —pregunté con sospecha.

El rubio se cruzó de brazos y comenzó a explicarme el plan. Según él, Shelly necesitaba un acompañamiento constante en Corea, y nosotros seríamos quienes la "protegerían". Pero, sinceramente, Shelly es lo suficientemente fuerte como para cuidar de sí misma. A veces pienso que Owen y el abuelo de Shelly exageran con su preocupación.

—Créeme, esto no fue idea mía. Todo es cosa del señor Scott. Además, me quedaré aquí para ajustar tu estadía y la de Shelly en Corea. —Owen se quitó la camisa mientras hablaba, lo que me obligó a desviar la mirada rápidamente.

Intenté fingir indiferencia mientras jugaba con mi cabello. Aunque Owen me veía como una amiga, no podía evitar que su presencia me afectara de esa manera. Maldito rubio perfecto.

—Owen, ¿te das cuenta de que estoy en la universidad? Ahora me pides que me inscriba en una escuela secundaria en Corea. Esto es una locura.

Él sonrió con suficiencia y me mostró dos boletos de avión.

—Vamos, Juls. Hazlo por Shelly. Y si necesitas una motivación extra, aquí tienes esto. —Extendió una tarjeta de crédito, lo que me hizo levantar una ceja.

—¿Planeas sobornarme?

—Llámalo como quieras. —Me lanzó una mirada de cachorro, la misma que sabía que siempre funcionaba conmigo.

Suspiré, dándome por vencida.

—Está bien, pero que quede claro: lo hago por Shelly, no por ti. —Intenté imitar su acento británico de forma burlona.

Él arqueó una ceja, pero antes de que pudiera responder, la puerta del departamento se abrió de golpe. Shelly entró corriendo, radiante y feliz.

—¡Guys! ¡Adivinen quién va a Corea! —exclamó con emoción, casi saltando de alegría

—Nosotros, aparentemente —respondí, lanzando una mirada cargada de sarcasmo a Owen, quien soltó una risita baja mientras recogía su camiseta del suelo.

Shelly ignoró mi tono y se lanzó al sofá junto a mí, con una energía que parecía inagotable.

—Esto será increíble. Corea es hermosa en esta época del año. Mi abuelo tiene muchos planes para que conozcamos la cultura y visitemos algunos lugares icónicos.

—Shelly, ¿estás olvidando algo? No vamos de vacaciones. Técnicamente, Juls y tú estarán en una escuela secundaria. —Owen enfatizó la última parte, cruzando los brazos mientras miraba a Shelly con seriedad.

Shelly rodó los ojos con exageración.

—Lo sé, lo sé. Pero eso no significa que no podamos divertirnos un poco. Además, Juls y yo seremos las nuevas "chicas misteriosas extranjeras". ¿No es emocionante?

—Oh, sí, porque siempre soñé con ser un cliché de película adolescente —respondí con ironía, dejando caer mi cabeza hacia atrás.

—No seas aguafiestas, Juls. Va a ser divertido. Y quién sabe, ¡puede que encuentres un novio coreano! —Shelly me guiñó un ojo.

Owen carraspeó de manera ruidosa, interrumpiendo el momento.

—Cuidado, Shelly. No metas ideas raras en su cabeza. Juls no necesita distracciones. Recuerda, esto es temporal.

—Oh, tranquilo, papá —bromeó Shelly, antes de levantarse de un salto.

Me reí de su comentario, pero no pude evitar notar cómo Owen se quedó en silencio después de eso. Había algo extraño en su expresión, algo que no podía descifrar del todo.

—De todos modos, tenemos mucho que preparar. Nuestro vuelo sale en dos días. —Shelly se dirigió a la cocina para servirse un vaso de agua, mientras yo me giraba hacia Owen.

—Dos días. Eso es prácticamente nada de tiempo. Espero que todo esto valga la pena.

Owen se inclinó hacia mí con una sonrisa arrogante.

—Conocerás Corea. No todo el mundo tiene esa oportunidad. Además, estarás con Shelly. ¿Qué podría salir mal?

Suspiré. Era obvio que no tenía forma de evitar este viaje. Tal vez, en el fondo, una parte de mí estaba emocionada. Pero había algo en la mirada de Owen que me hacía sentir que este viaje no sería tan simple como lo pintaban.

El vuelo

Dos días después, estábamos en el aeropuerto, rodeados de maletas y con los pasaportes en mano. Shelly estaba más emocionada que nunca, mientras yo luchaba por mantenerme despierta después de una noche empacando a último minuto.

Owen, fiel a su estilo, había insistido en acompañarnos al aeropuerto, despidiéndose de nosotras como si no fuéramos a vernos en años.

—Cuídense. Y recuerda, Juls, cualquier cosa, me llamas. —Su tono era serio, como si de verdad estuviera preocupado.

—Sí, sí, papá, ya lo dijiste mil veces. —Intenté sonar relajada, pero su preocupación me enternecía más de lo que quería admitir.

El vuelo fue tranquilo, aunque largo. Shelly se durmió casi de inmediato, mientras yo aprovechaba para leer un poco sobre el lugar al que íbamos. Sin embargo, cuanto más leía, más nerviosa me ponía. Una nueva escuela, un país completamente diferente... ¿Cómo sería adaptarme?

Cuando aterrizamos, el aire frío de Seúl nos recibió con fuerza, pero la vista de la ciudad iluminada era simplemente impresionante.

—Bienvenidas a Corea —murmuró Shelly con una sonrisa mientras se bajaba del avión.

En ese momento, no tenía idea de cuánto cambiaría mi vida en este lugar. Y menos que lo que estaba por suceder nos pondría a prueba como nunca antes.


 Y menos que lo que estaba por suceder nos pondría a prueba como nunca antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Shut up!... Just goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora