I Remember Years Ago♥

Capítulo #31

CAMILA POV.

Seguía dándole vuelva a lo mismo, Lucía Vives quería a toda costa que mi novia estuviera con ella, independientemente si trabajara o no. A ella le gusta Lauren. Y es que no puedo culparla, ¿a quién no le gusta mi novia? Pero es mía. Mía. Así que por qué seguir insistiéndole, eso me molestaba de ella, y más me molesta que mi novia no se dé cuenta de las intenciones de Lucía, según ella sólo quiera amistad porque casi nadie le habla. Mentiras. Ahora por culpa de ella estaba discutiendo con Lauren.

—¿Qué dices? Por supuesto que no le gusto, somos amigas nada más —me dijo y se cruzó de brazos.

—Por Dios, eres la única persona en todo el jodido salón que no se ha dado cuenta Lauren —me giré, no quería verla porque ya sabía lo que pasaría.

—Mi amor —me llamó suavemente y yo la miré, y sí, de nuevo me perdí en sus ojos verdes.

Maldita sea.

—Yo no me voy a oponer si quieres tener trabajo, lo sabes per...

—No sé cómo dejarte claro que la única persona que tiene mi corazón —me miró fijamente –eres tú, sólo tú.

—Lauren, te creo, lo tengo claro, pero ella no, ellas no —la miré y ella se acercó a mí —todos te miran y yo no puedo con eso, me dan celos hasta la señora de la cafetería que te dice, que vas a pedir dulzura —la imité.

—Tiene sesenta años, Camz —sonrió.

—Perdón, perdón por ser este fiasco de novia —bajé la mirada, pero ella levantó mi mentón.

—No eres un fiasco, eres perfecta y que saber que me celas es un signo de lo mucho que me amas, pero no tienes porqué celarme, si desde que te conocí soy tuya, completamente tuya, créeme bebé.

Me acerqué a ella y la abrace más a mí, tomé sus mejillas y me acerqué uniendo mis labios con los suyos y perdiéndome en ese sabor delicioso que tenían sus labios. Abrió su boca y me dio acceso total, nuestras lenguas se entrelazaron y me pegó más a ella. Me dejé llevar y me perdí en sus hermosos labios rojos hasta que sentí la pared detrás de mí. Lauren Jauregui me tenía acorralada. Sentí que despegaba sus labios de los míos para deslizarlos por mi cuello, donde succionó y dejó rastros de besos húmedos, haciéndome jadear de placer. Con su mano derecha fue bajando hasta el borde de mi camisa, alzándola un poco y acariciando mi vientre de arriba hacia abajo. Con su otra mano abrió el botón de mis jeans e introdujo su mano, y que vergüenza que sintiera que con un beso ya me tenía muy hume...

—Lau....mi amor alguien puede vernos —le dije con la voz entrecortada.

—No puedo detenerme, te necesito –me susurró con esa voz jodidamente ronca y sexy.

Siguió metiendo su mano hasta acariciar mi punto más sensible, hizo a un lado mis bragas y se hundió en mí. Se me salieron varios ruidos de mi boca por lo bien que se sentía pero tenía que caber la cordura en alguna de nosotras, así que con todo el dolor de mi corazón la detuve.

—Lolo alguien puede entrar, para mi amor —le dije y ella se detuvo, sacó sus dedos de mis jeans y me los abrochó.

—Eres tan hermosa, me gustas mucho —la besé.

—A mí me gustas más y créeme que voy a controlar mis celos y puedes hacer todo lo que tú quieras mi amor, yo ni nadie debe impedírtelo.