Segunda Temporada de la historia "Hijo de la Luna"
Después de la muerte de Karol Sevilla las cosas cambiaron demasiado.
Tal vez el destino le tenía preparada una sorpresa a Ruggero, una sorpresa que nadie esperaba.
¿Será posible que ahora Ruggero...
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•Karol Bernasconi•
Sigo sin poderme creer como Ruggero fue capaz de hacerme eso, Lionel me cayo bien y era agradable platicar con él, pero Ruggero tuvo que venir a echar a perder el momento.
Tiene que entender que él y yo no podemos ser nada, Karol Sevilla está viva y me encantaría darle la noticia, pero aún no puedo decirle, le di mi palabra a Karol y no puedo defraudarla.
—Por favor, Karol —me dijo con suplica—. Sal conmigo. ¿Qué es lo que quieres que haga? Me gustas.
—No lo voy a permitir, Ruggero, lo siento, pero no podemos estar juntos —lo mire con tristeza—. Además, de que, claro, las relaciones no son lo mío, el destino te tiene preparado algo increíble.
Ruggero frunce el ceño y me mira como si estuviera loca.
—¿Crees en el destino? —preguntó con cara de pocos amigos, yo asentí—. Pues eso no es verdad, el destino no existe...
—¡Claro que si! Todos tenemos a alguien que forma parte de nuestro destino, pero en este caso quien forma parte de tu destino no soy yo —hice una pausa—. Es Karol Sevilla. La que conociste hace años, la que robó tu corazón y sé muy bien que la sigues amando —suspire—. Ruggero... Si tú y yo llegamos a tener algo no funcionara.
El rodó los ojos y me observó con molestia.
—No funcionará si tú no cooperas.
—¡No! No es por eso —dije molesta—. Sino porque el único motivo por el cual te intereso, es porque ves a ella en mí, no porque de verdad me quieras.
Comenzaba a sentirme vulnerable. ¿Por qué siempre me tenían que utilizar de esta forma? Sólo servía para que se olvidaran de las personas que aman, a mí nunca me amarían.
—Karol...
Ruggero soltó un suspiro.
Me levanté del asiento y decidí marcharme, por suerte, Lionel había pagado la cuenta en el momento en el que nos habían traído el chocolate caliente.
—No digas nada —dije tomando mi abrigo—. Espero verte pronto y cuando lo haga ojalá que ya hayas encontrado a tu final feliz.
Camine a la salida, escuche como Ruggero se levanta del asiento y corría tras de mí.
Ya no quería seguir lidiando con esto, hacerme ilusiones con Ruggero era algo inútil, porque sabía que él no era para mí... Ahora los papeles se invirtieron, hace unos años quién sufría por Sevilla era mi papá y ahora yo aunque lo quiera negar sufro por Ruggero.
—¡Espera, Karol! —tomó mi brazo e hizo que girara para verlo.
Me había dado tiempo de salir a la calle por lo tanto había varias personas que observaban la escena con mucha atención.
—Ya no lo hagas mas difícil, Ruggero.
—¿Por qué difícil?
—Porque sólo me vas a perjudicar y terminaras yéndote... Yo lo sé —dije tratando de contener las lágrimas.
Observe que el ruloso comenzaba a fruncir el ceño, no comprendía del todo mis palabras y yo ya no podría guardar por mucho tiempo el secreto de que su amada seguía con vida.
—¿Por qué me iría? Si quien me importa eres tú, por favor...
Negué con la cabeza.
—Ya no puedo más —Ruggero me miró confundido—. Tienes que saberlo.
Ruggero comenzaba a tensar la mandíbula.
—¿Qué cosa? —preguntó
Mi vista comenzó a nublarse, debido a las lágrimas acumuladas que mis ojos tenían.
—¡Karol! —gire sobre mi eje y me encontré con mi primo, venía caminando hacia mi dirección.
Frote mis ojos para que no se diera cuenta que estaba a punto de llorar.
—Robin, ¿qué pasa? —pregunté cuando por fin estaba cerca de mí.
—Hola, Ruggero —saludó mi primo.
—Hola... —respondió sin prestarle mucha atención.
—Te he estado buscando por todos lados —parecía agitado—. Mi mamá me comentó que tus papás tuvieron un accidente
Al escuchar eso abrí los ojos como platos. ¡No, no puede ser!