Epílogo 🌙

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El inicio

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El inicio...

Los ojos de Karol Sevilla se fueron abriendo poco a poco y cuando por fin pudo observar donde estaba se sorprendió muchísimo.

—¡Despertaste! —dijo el castaño de lindos ojos. Agustín. ¡Agustín estaba ahí! Y no era un hombre adulto sino un joven.

—¿Qué pasó? —se dió cuenta que estaba en una camilla de hospital. ¿Cómo había llegado ahí? Se suponía que ahora Ruggero y ella tendrían su final feliz.

—¿No recuerdas? —preguntó el castaño, Karol negó con la cabeza.

—Un momento... ¿Qué año es este?

Agustín la miró como si estuviera loca.

—2017 —respondió el castaño mirándola raro.

—¿Qué?... No, no puede ser... —miró a Agustín y recordó a su hija—. Pero... ¿Cómo?... Tu... Tu hija...

—¿Mi hija? —habló Agustín con voz horrorizada—. No, no, gracias. ¿Qué te pasa? ¿Aún no te sientes bien?

—¡No, se suponía que ya todo había terminado!, por fin iba a ser feliz. ¿Qué diablos pasó? —exclamó—. ¿Por qué regresé a este momento?

Agustín se le quedó viendo con los ojos abiertos como platos, no sabía a que se refería su amiga, parecía confundida, por no decir otra cosa.

—Karol... Tranquila, estuviste inconsciente tres días... Tus abuelos te encontraron en el piso de tu habitación en un charco de sangre, perdiste mucha, pero afortunadamente tu padre la donó.

¿Era en serio? Había regresado el tiempo.

—¿Ruggero? —cuestionó la joven con la voz cortada, no podía ser, por todo lo que habían tenido que pasar para que nuevamente regresarán al tiempo de las tragedias.

—Yo... No lo he visto —respondió Agustín.

—Tengo que salir de este lugar —dijo Karol tratando de ponerse de pie.

—En unas horas te darán de alta, debes esperar —habló el castaño.

🌙🌙🌙

Karol entró a su recámara con ayuda de sus abuelos quienes la sujetaban para que no se fuera a lastimar.

Amanda la observaba desde lejos en el interior de su habitación.

—¿Qué hace ella aquí? —preguntó Karol con odio.

—¿Qué te pasa, cariño? —preguntó su abuela.

—¡Qué se largue! —gritó—. No la quiero ver en esta casa —habló la joven molesta.

—Karol... ¿Qué te sucede? —cuestionó su abuelo mientras la miraba de forma acusadora.

—¡Ella intentara matarme... Es mala, es una bruja, saquenla de mi habitación, no la soporto, no quiero verla nunca!

Amanda al escuchar todo eso, abrió los ojos como platos. ¿Cómo lo sabía todo?

—Me retiraré, señores, hasta pronto, señorita Sevilla —dijo lo último con burla.

—¡Eres una maldita! —gritó Karol.

—Cariño, por favor, tranquilízate —dijo su abuela—. Amanda siempre ha trabajado con nosotros. ¿Por qué dices eso?

—¡Abuela, créeme, no es buena, alejenla de mí y si no quieren creerme déjenme sola entonces! —se acostó bajo las cobijas y se cubrió la cara.

Los abuelos de Karol se miraron entre sí, no sabían porque su nieta se comportaba de esa forma, lo mejor era dejarla descansar, quizá tanto medicamento era el responsable de su actitud.

La puerta de la habitación se cerró, anunciando que sus abuelos se habían ido.

Karol se asomó por encima de las cobijas y efectivamente, estaba sola.

•Karol•

No comprendo que fue lo que pasó, el portal que abrí debió llevarnos a una vida eterna, no regresar a mi antigua vida de mierda.

Gire sobre mí con cuidado para quedar mirando la ventana, la luna estaba en lo más alto.

Tal vez me había dado una segunda oportunidad, de tener todo, de resolver las cosas que no salieron bien, mi muerte, tener a mis abuelos juntos, evitar que el pueblo quede hecho ruinas...

—Estás en lo correcto... —una silueta se hizo presente justo en frente de mí, alguien había entrado por mi ventana.

Pero era él... A quien quería ver... Una sonrisa se asomó en mis labios, me incorpore y mire al ruloso que me observaba de una forma tan linda que me derretía.

—Ruggero... ¿Qué pasó? —pregunté—. Esto no era...

Ruggero me interrumpió.

—Lo sé... No era a donde me querías llevar —respondió, agachó la mirada y me tomó de la mano.

—¿Por qué lo hiciste? Ahora todo se volverá repetir.

Ruggero negó con la cabeza.

—No, Karol... —Ruggero levantó la mirada y me observó directamente a los ojos, luego miró mis labios y depositó un dulce pero corto beso en ellos—. Hice todo esto porque quise asegurarme de que nada fuera diferente... Bueno, tal vez algunas cosas si son diferentes.

—Pero... —otra vez me volvió a interrumpir.

—Te amo... Y te prometo que en esta ocasión nada te pasara. Tendrás a los que quieres a tu lado siempre, a tus abuelos, a Agustín, Agustina, Esteban, Maxi y a tus amigos de la universidad.... Michael y Valentina.

Sonreí, hace mucho que no sabía de ellos.

—Es nuestra oportunidad de comenzar de nuevo, de arreglarlo todo... De permitirme ser como tú.

—¿Qué?... ¿Cómo yo?

Ruggero asintió.

—Si... —lo mire asombrada—. El día en que sucedió lo peor, iba a volverme un mortal como tú... Mi madre ponía muchas condiciones sobre mí, pero esta ocasión no me pidió nada a cambio.

—Osea... Que...

Ruggero asintió.

—Soy un mortal... Mi mamá me ha permitido vivir una vida normal... Nada nos puede tocar ahora, antes te podían hacer daño porque yo era alguien sobrenatural, pero en tu mundo las cosas que nos atormentaban no nos pueden tocar... Por eso la historia no volverá a repetirse, sólo seremos tú y yo.

—Juntos —dije con lágrimas en los ojos.

—Juntos, mi amor...

Abrace a Ruggero con todas mis fuerzas, era increíble, por fin tendríamos una vida normal, y lo mejor... En nuestro verdadero tiempo.

Fin.

Buscando el Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora