28 - Noticia inesperada 🎸

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Debería estar en una nube flotante por el éxito de nuestra actuación. Tendría que estar saboreándolo como si fuese un manjar de los dioses, pero no podía, no después de la sorpresiva declaración de Zac.

No sé qué respuesta habría esperado por mi parte, pero estaba segura que no fue la que obtuvo: un silencio abrumador. Me golpeó tan fuerte y repentinamente que no supe qué responder, más que el sonido de mi agitada respiración. Incapaz de mirarlo a los ojos, nos quedamos abrazados en la misma posición, callados e inmóviles, dejando que los minutos pasaran.

Desde ese entonces no habíamos vuelto a hablar, ni siquiera cuando nos fuimos a dormir. Puede que lo estuviese evitando en cierta forma, pero no era la única. Al abrir los ojos me lo encontré con los suyos cerrados, y por un instante creí que dormía, hasta que lo vi rascarse el brazo con disimulo.

Las cosas se habían vuelto raras entre nosotros, y aunque no podía corresponderlo de esa forma, no ahora, me dolía este muro que se había erigido entre nosotros. Necesitaba derribarlo.

—Zac —lo llamé, y él dejó de respirar—. Zac, mírame, ya sé que no estás dormido.

Lo vi suspirar, apesadumbrado, y abrió los ojos.

—No quería despertarte.

—¿Seguro que es eso? —pregunté, alzando las cejas en señal de incredulidad.

Asintió levemente, como si estuviese inseguro de su respuesta, y después, negó de forma enérgica, cambiando de parecer.

—Lo he jodido todo, ¿verdad? —Con aquella pregunta, se llevó las manos a la cara y se ocultó detrás de ellas.

—Solo creo que no fue el mejor momento para decirlo.

Retiró las manos, volviendo a mirarme, y apoyando los codos sobre el colchón se irguió levemente.

—¿Habría cambiado algo si lo hubiese dicho en otro momento?

Suspiré. Tenía que ser sincera con él.

—Sabes que ahora mismo no te veo de esa forma. Te tengo mucho cariño y siento una conexión especial contigo, pero eres un buen... —Anticipándose a la siguiente palabra, arrugó la nariz y desvió la mirada. Había olvidado lo poco que le gustaba que le llamase «amigo»—... ¿compañero de banda?

—Joder, Peach. —Se puso en pie como un resorte y me dio la espalda, de cara a la pared. Al parecer, llamarlo compañero era peor que decirle amigo—. Olvida lo que te dije, ¿quieres? Hagamos cuenta de que nunca pasó y sigamos como estábamos.

—No creo que sea buena idea. Esto te va a doler, Zac, y no quiero hacerte daño.

—Ey, ey, ey, para el carro. —Con excesiva urgencia, dio media vuelta y se puso de cuclillas frente a mí, tomándome de las manos—. Déjame que sea yo quien decida si quiere sufrir o no. No me hagas a un lado, porque eso me dolería más que follar contigo sabiendo que no sientes lo que yo.

—Pero...

—Por favor.

Sus cejas hundidas y la forma en la que su labio se torcía hacia abajo me encogieron el corazón. Zac me hacía bien, era ese rinconcito de seguridad con el que todo parecía ir bien y no quería alejarme de él. A quién quería engañar, disfrutaba estando a su lado, lo quería mucho, y el sexo con él era una experiencia sin igual. Yo quería tanto como él continuar con esto, pero seguía sintiendo reparos.

—Está bien, olvidemos lo de anoche.

—Pero el polvo no, eso fue bestial.

—Fue una puta pasada —coincidí, acariciando de forma distraída su cabello.

Elysian [Poliamor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora