"La fecha".
O lo que es lo mismo, «olvídate de agendar cualquier otra cita para ese día».
Durante dos semanas tuve que soportar a Jax recordándome la importancia del siete de septiembre y mi obligatoriedad a asistir por contrato, aunque no soltaba prenda sobre la naturaleza de la reunión. Yo tampoco pregunté, a decir verdad. Todos hablaban de este día como algo obvio y a mí me avergonzaba quedar como idiota si preguntaba. Pero mi paciencia tiene un límite, y amenazaba con explotar en el interior del coche de Zac.
De vez en cuando me obligaba a bajar la mirada y taparme la boca para evitar una carcajada repentina. Ver a Jax intentar agarrarse del asa fantasma me parecía gracioso, sobre todo sabiendo cómo desaparecieron.
—¿No piensan decirme qué estamos haciendo? —escupí al fin.
Al oírme hablar, los tres me miraron con interés. Zac a través del espejo retrovisor.
—Joder, no es tan difícil. —A mi lado, Drew alzó las cejas, a la espera de una reacción por mi parte.
No la hubo.
Conociéndolos, podrían estar llevándome a un club de intercambio de parejas, o a casarnos los cuatro en Las Vegas.
Regodeándose en mi ignorancia, el rubio me dedicó una sonrisa ladeada y volvió la vista al frente, sin interés en darme ninguna explicación.
Puse los ojos en blanco, ahora algo nerviosa, y volví a desbloquear mi teléfono por quinta vez en lo que iba de trayecto. Desde la cuenta oficial de la discográfica, la cuenta atrás del lanzamiento de nuestro videoclip estaba próxima a llegar a cero. En algo más de una hora al fin vería la luz, y no sabía qué me tenía más nerviosa, si la respuesta del público o la de mi padre al ver cómo me besaba con los tres.
De cualquier forma, lo hecho, hecho estaba.
Tratando de convencerme a mí misma de que todo estaba bien, llegamos al que parecía ser nuestro destino. El vehículo se detuvo junto a una casita familiar de dos plantas, con una puerta de madera, y una más amplia y oxidada, la entrada del garaje.
Aunque en aquel momento fueron cientos las preguntas que me sobrevivinieron, esta vez no hice ninguna.
Los cuatro nos bajamos del coche y entramos por el garaje, que chirrió al abrirse para nosotros. Era como si llevase milenios sin utilizarse.
Los tres se detuvieron en la entrada, echando una mirada alrededor, sin atreverse a dar un paso más. En conjunto crearon una barrera que me impedía el paso, pero también el poder ver cualquier otra cosa que no fuese sus cabezas. Por más que me pusiera de puntillas o diese pequeños saltitos, no llegué a ver nada. Hasta que me abrí paso, atravesando el único punto débil de aquella muralla humana, y fui la primera en entrar. Pronto me arrepentí de haberlo hecho, y estropear, tal vez, un momento íntimo.
La sala parecía un pequeño museo en el que el tiempo se había detenido desde hacía una década. Los muebles antiguos, las cortinas desteñidas por la luz del sol, y las fotografías de tres adolescentes que sonreían a la cámara. Estaban irreconocibles.
Zac, con aspecto aniñado, aún no se había perforado el labio. Tampoco había rastro de su larga cabellera.
Drew conservaba su sonrisa de ligón, con la cara cubierta de granos y el pelo negro. Su color natural le endurecía las facciones y potenciaba más una imagen de chico malo.
En medio de los dos, Jax sonreía con la boca entreabierta, tan radiante que sus ojos casi no se veían. Con sus manos estrechaba los brazos de sus amigos, y en conjunto probablemente se reían de alguna broma hecha antes de que al otro lado alguien presionara el botón.
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Elysian [Poliamor]
Genç Kurgu+18 Una chica entusiasta 🍑+ tres músicos sexis 🎸¿Por qué escoger uno cuando puede tenerlos a todos? *** Peach tiene un gran sueño, el de tocar en una banda de música y ser mundialmente famosa. Cuando encuentra la invitación a una audición no se lo...