Malas calificaciones

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Ambos adolescentes se encontraban viendo películas en la habitación del pelinegro, la luz estaba apagada pero la luz de la luna iluminaba la habitación.

Estaban acostados en la cama abrazados prestando mucha atención a la película hasta que el celular de la castaña vibró.

Tomo su celular entre sus manos y lo desbloqueo para ver de qué se trataba.

Aidan no le daba mucha importancia a la acción de su amada ya que seguía concentrado en la película hasta que su grito lo alerto.

______: ¡¿Saque siete?! —grito sentándose en la cama.

Aidan: Dios, no me asuste así —susurró tocándose el pecho y sentándose a su lado—. ¿Qué pasó?

______: Me puso siete —repitió extendiéndole el celular a Aidan—. Tengo todos los trabajos excepto uno y algunos los entregue tarde pero no es como para que me ponga siete.

Aidan: está bien, es una buena calificación de todos modos —le restó importancia encogiéndose de hombros.

______: ¿una buena calificación? —frunció su ceño un poco molesta.

El pelinegro solo la miro y se encogió de hombros nuevamente.

______: tienes que estar bromeando —se dejó caer en la cama y cubrió su rostro con sus manos.

Aidan: oh vamos, no es tan malo —se acostó de lado junto a ella apoyándose en su brazo derecho para poder verla.

______: yo nunca había sacado siete —murmuro aun con las manos cubriendo su rostro.

Aidan: y está bien, no es una mala calificación —quito las manos del rostro de ______, lagrimas resbalaban por las mejillas de la castaña—. Hey, ¿Qué pasa?

______: es que no lo entiendes —sollozo.

Aidan: pues si no me dices no, es solo un siete.

La chica sollozo y más lágrimas resbalaron por sus mejillas.

______: crecí toda mi vida presionada por mis padres —dijo tratando de contener las lágrimas—. Mis calificaciones siempre han tenido que ser perfectas porque tengo que ser un buen ejemplo para mis hermanos. No sabes el miedo que sentía de chiquita cuando sacaba ocho, no quería llegar a casa porque sabía que mis padres me regañarían y me dirían que era una inútil.

El pelinegro solo la escuchaba atento sintiendo un nudo en la garganta.

______: me he presionado mucho para obtener una calificación perfecta y he tratado de no ser tan dura conmigo misma pero siempre me siento como una inútil cuando no saco diez e incluso cuando saco diez sigo sintiendo que lo pude haber hecho mejor, que me pude haber esforzado más y a pesar de tener ese diez siento que no soy suficiente.

Aidan: no, no digas eso —abrazo a la castaña, ella lo abrazo de vuelta y lloro en su pecho—. Eres suficiente, eres más que suficiente. Las calificaciones no te definen como persona, no te sientas mal por eso.

______: pero...

Aidan: sin peros —la interrumpió—. No tienes por qué presionarte para entregar todos tus trabajos a tiempo, si no pudiste entregar dos o tres trabajos a tiempo está bien, podrás entregarlos en otro momento, lo que importa es que te esforzaste en hacerlo.

______: entonces no me esforcé lo suficiente —murmuro pegada al pecho del pelinegro.

Aidan: hay una gran diferencia entre esforzarse y presionarse. Lo que tú haces es presionarte, obligarte a cumplir, te la pasas tan enfocada en cumplir, en tratar de ser perfecta con tus calificaciones que te olvidas de vivir. Eso no está bien.

Imagina ✨Aidan Gallagher✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora