Pov Leah:
Él me mira quieto, dudo que respire, sus mejillas andan sonrojadas y siento como ahoga un jadeo desde su garganta. Sé que está pensando en lo que yo estoy pensando, estamos en una posición un tanto provocativa.
<<¿Un tanto? Muy provocativa Leah, no intentes hacerte la que no sabe las cosas, la chica inocente, la que no rompe un plato>>
<<Vale, la posición es muy provocativa, demasiado>>
Yo de rodillas mirándolo a los ojos mientras él está de pie frente a mí, la tela de la toalla que lo protege rozando mi rostro. Mis manos dejan caer su camiseta, que es la causante de que yo esté en esta posición tan comprometedora.
Comienzo a descender mis ojos de su rostro, pasando por su hambrienta mirada, su boca entreabierta, su rostro liso después de afeitarse, su clavícula marcada de esa forma que me encanta tanto de los modelos de ropa veraniega.
Veo como su pecho inhala y exhala a un ritmo irregular, se infla y luego lentamente retoma su posición, su nuez de Adán moviéndose cuando tragó grueso, sus brazos tensándose fuertemente en su toalla que estaba en la parte baja de sus caderas, la única pieza que lo vestía.
<<Si ese pedacito de tela llegara a resbalarse de forma accidental...>>
Pero no me detuve, es imposible que yo me detuviera a este punto. Seguí bajando, juro que cuando pase mi vista por sus pectorales y me detuve allí un segundo, pude oír a su corazón saltándose un latido. Esto lo sé, porque también lo hizo el mío.
Bebí cada trozo de él, como viajera del desierto llegando a el oasis. De su piel húmeda con gotas de agua chorreando de su cabello aún más negro que la noche. De todo su ser y me atrevo a jurar que hasta un poco más.
¡Oh, por Ra! Sigue quemándome, que me gusta arder.
Cuando llegué a sus abdominales tuve que apretar mis manos a mis costados para no trazar con mis dedos cada elevación de su cincelado cuerpo, como lo había hecho veces anteriores. Aunque ahora me parecía incorrecto hacerlo.
Y seguí bajando hasta llegar a esa V que me enloquecía.
<<¿Más de lo que ya estás?>>
<<Más de lo que ya estoy>>
Cuando miré la toalla, supe que él estaba disfrutando de esto tanto como yo.
<<Sí que lo estaba haciendo, ¡y de qué forma!>>
Pude sentirlo en el ambiente cuando este se cargaba de electricidad a nuestro alrededor. Pude verlo cuando él cerró sus ojos y apretó más fuerte el agarre contra su toalla mientras esta se elevaba justo en la zona de su entrepierna.
Cuando este abrió sus ojos, la mirada que tenía me encendió haciendo que apretara mis muslos para aliviar la incomodidad que sentía entre mis piernas, justo en mi centro. No puedo creer que esto me esté pasando con él, no soy una mojigata, al menos no una rígida de mente cerrada, pero tampoco soy una chica que se pase todo el tiempo pensando en hombres.
Comencé a subir lentamente del suelo mientras volvía mi mirada a sus ojos. Ojos que nunca apartaron su vista de mí, de mi cara, de mi cuerpo y de mi posición. Cuando estuve a su altura simplemente me quedé mirándole, fue entonces cuando lo abracé. Me abalancé contra él y pegué mi cuerpo al suyo tan fuerte que tuvo que dar unos pasos hacia atrás para mantener el equilibrio y no caerse.
Pero no me alejó, todo lo contrario, me rodeó con sus brazos mientras acercaba su nariz a mi cuello para olerme, mientras acariciaba mi espalda con suaves pero firmes movimientos. Arriba y abajo. Cerré mis ojos y me permití disfrutar del momento.
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Te amo, "mejor amigo"
Teen FictionPermíteme la indiscreción querido lector al hacerte la siguiente pregunta: ¿Alguna vez te has enamorado? Si tu respuesta es sí, ¿cómo supiste que lo estabas? ¿Cómo sabías que aquello era amor y no otro sentimiento que confundía tu mente? Si tu respu...