Pov David:
Hay malos y malos, como también hay buenos y buenos. Es confuso pero a lo que me refiero es que muchas veces las personas aparentemente ''malas'' no lo son tanto y su comportamiento se debe a dolores y heridas que aún quedan por cicatrizar. Al igual hay ''buenos'' que la palabra le queda como una pintura facial que parcialmente se quita pero sus buenas acciones le ponen otra capa más para así ocultar al verdadero monstruo detrás de toda esa máscara.
Ella no era así y sé que los golpes de la vida han podido con todo dejando sólo una cáscara vacía de lo que antes era, pero también sé que puedo ayudarla.
Todavía recuerdo como nos conocimos, el típico cliché del capitán de fútbol y la capitana de las animadoras, el chico engreído y popular con la plástica y popular. Lo obvio sería eso, pero no. La verdadera historia de nuestra relación nunca estuvo basada ni en balones, ni en pompones. Fue el cuento de hadas más desgarrador que pude haber vivido y que mamá nunca contó. Ella llegó como un ángel apagando las llamas del infierno en que vivía convirtiéndolo en un lugar habitable de nuevo. Pero esa paz, ese bienestar, esa tranquilidad y felicidad que sentía no duró mucho. Ella se fue, y con ella se fue todo lo demás.
Mónica vino cuando más la necesitaba y ahora que ella es quién me necesita, se aleja. Nunca fue la chica que te iba a contar todos los problemas que tenía, ni siquiera te decía si algo que hacías le molestaba, si le dolía algo o si se sentía mal por cualquier cosa, prefería callar. Me costó bastante descifrarla pero puedo decir que ha pesar de los inconvenientes pude entenderla y llegar a conocer a la verdadera persona que se escondía en su interior. A esa chica que logró enamorarme, porque sí, yo me enamoré. Me enamoré, no de la chica que mostraba a todos, esa que era superficial, vanidosa, egocéntrica y perfeccionista. Lo que me cautivó fue la persona en que se convertía cuando estaba sola, cuando creía que nadie conocido la veía, la que con esfuerzo me logró mostrar.
Pero siempre fue muy volátil, e hicieron falta muchos golpes para hacerla caer, hasta que llegó ese del cuál no pudo levantarse. Y sí, era fuerte, pero a veces ser fuerte cansa más que ser débil, llega el momento en que aguantar resulta ser más doloroso que dejarse llevar por las emociones del momento. Ella decidió dejar de ser fuerte, por lo que he decidido que yo lo seré por ella, después de todo se lo debo.
-¿Entonces qué? ¿Has pensado en lo que te dije? -le pregunto a la chica de cabellos rubios que ensaya la rutina de las porristas para la competencia interestatal.
-No lo sé. ¿Te refieres a la parte en la que quieres encerrarme durante no sé qué tiempo en no sé qué lugar? -pregunta molesta mientras me mira a través de los grandes espejos que cubren las paredes del salón de danza.
Ya hace mucho tiempo que los estudiantes salieron de la escuela, estamos solos y he perdido la cuenta de las veces que he tratado de convencerla de que esto es lo mejor para ella. Estamos en el salón de danza del colegio, aquí las bailarinas, tanto de danza como de hip hop practican, también lo hacen las porristas y cuando las puertas se cierran es el único lugar en dónde siempre sé que estará.
Es un salón inmenso, el techo es más como la forma de una bóveda y cuelgan de él algunas telas que ahora están semi-recogidas, esto es para los que practican la danza aérea. Tiene un ventanal que recubre toda una pared con vistas a la cancha de fútbol y unas cortinas cuelgan a los lados. Otras dos paredes están cubiertas por grandes espejos y tubos para ensayar las posiciones y los estiramientos para el ballet clásico.
Mónica lleva casi una hora practicando una rutina que le sale perfecta desde hace semanas. Siempre intenta dar lo mejor, ser la mejor y cuando no puede recurre a lo que considera más fácil, olvidar mientras su organismo se llena de sustancias que en vez de ayudarla lo que hacen es llevarse cada vez más a la persona que tanto me gusta. Pero la entiendo, es mucho mejor matarse practicando que tener que enfrentarse al mundo de fuera.
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Te amo, "mejor amigo"
Ficção AdolescentePermíteme la indiscreción querido lector al hacerte la siguiente pregunta: ¿Alguna vez te has enamorado? Si tu respuesta es sí, ¿cómo supiste que lo estabas? ¿Cómo sabías que aquello era amor y no otro sentimiento que confundía tu mente? Si tu respu...