Capítulo 16|Un poco de stalkeo (Capítulo sensible)

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Pov Kmila:

¿Será que no puedo ser feliz? ¿Hay algo en contra de mí?

Es enserio, quiero saber qué es lo que está mal conmigo para así poder arreglarlo. Parece como si los astros se hubieran alineado para verme arder en mi propia destrucción.

¿Creen que exagero? Pues no, no exagero nada.

Hace cómo media hora he tenido una pelea bastante fuerte con mi madre. No le quiero hacer daño, siempre hemos sido ella y yo. Pero necesito respuestas, sólo eso. Quiero saber quién soy.

Además estoy cansada de que las personas me digan qué hace para vivir bien y triunfar en la vida, cuando ellos han fracasado en la suya. Es irónico pero cierto, la gente es así, dan consejos que al final no les han servido a ellos.

Flashback:
-¡POR FAVOR, DIME UN NOMBRE, SÓLO ESO ES LO QUE TE PIDO! -le grito exasperada.

Ya estoy harta de que siempre me ande mareando las cosas. ¿No entiende acaso que necesito de esto?

-Eso no tiene la más mínima importancia en este momento -me dice tratando de que yo cambie de opinión-. ¿Por qué de repente quieres saberlo?

-Mamá quiero saber quién es, si tiene otra familia, si está bien, si... -intento de que mi madre entienda mi punto pero al parecer es imposible.

-Ese hombre nunca se preocupó por nosotras, no quiso formar parte de nuestras vidas. ¡No lo intentes buscar cariño, te hará daño! -se acerca a mí en grandes y ágiles pasos para tomarme el rostro entre sus manos.

-Eres tú la que me está haciendo daño -le digo con una lágrima recorriendo mi rostro-, ¿sabes lo perdida que me siento?

-Kmi... -susurra.

Sé que le duele, sé que trata de entenderme, sé que no quiere hacerme daño. Pero aún así lo hace. Prefiere callar por una razón que ni siquiera quiere decirme antes de que yo pueda siquiera refutar su decisión. Si así quiere que funcionen las cosas, así se harán entonces. Puede que al final termine estrellándome contra el muro de un callejón sin salida, pero tiene que aceptar que quiero hacerlo y que caer es parte de levantarse.

-¿Sabes qué? Ya no te quiero escuchar más, no quiero que me digas tus tontas excusas -le digo tomando el casco de arriba del sofá-. Si no me lo dices tú, acabaré descubriéndolo yo misma. Yo decidiré si me hace daño o no.

Fin del flashback

Ahora ando montada en mi moto, perdida en mis pensamientos, sintiendo el aire salado penetrando en mis fosas nasales. No debería estar conduciendo en medio de una crisis emocional pero quiero ver quien carajos va a pretender pararme ahora. Quien se atreva le paso por encima, no estoy hoy para idiotas ni para reclamos.

Cuando me ocurren este tipo de situaciones prefiero irme a un lugar sola para pensar, despejarme. Un lugar en donde nadie me diga qué hacer y de qué forma hacerla. Tengo mi propia vida, ¿qué parte de eso es la que no entiende la gente?

Freno en seco cuando llego a mi destino y me quito el casco para poder observar bien el paisaje. Está hermoso, como todas las veces a las que he venido aquí. El lugar ideal para relajarte y sencillamente no pensar en nada.

Estaciono mi vehículo y me estiro en el lugar sintiendo como mis huesos y mis músculos agradecen el movimiento para luego quitarme los zapatos. Camino lentamente apreciando las rocas que lastiman mis pies, pero no me quejo.

Observo una roca grande y me siento en ella abriendo el pack de cervezas que compré por el camino, nadie dijo que la relajación iba a venir sola. Abro una cerveza llevándola después a mi boca, veo como la inmensidad del mar pretende anestesiarme y lo hace.

Te amo, "mejor amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora