Capítulo 36

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_ Hace diecinueve años atrás _

_ Nana soledad _

-¿En dónde se supone que estoy ahora?... - trate de encontrar mi ubicación actual en el mapa.

Seguí las instrucciones de las personas y los mapas para poder llegar a mi destino. Por un momento crei haberme perdido y la verdad era que si efectivamente me había perdido en un país extranjero. Y por supuesto que esto solo me pasa a mi por no ser una persona apegada a la tecnología.

-¡Cálmate! No. Entres en pánico... - trate de calmarme a mi misma.

-Muy bien, en que me equivoqué, estoy casi segura que la señora dijo que a cien metros diera vuelta a la derecha y caminara todo derecho y antes de llegar al alto edificio diera vuelta a la izquierda después de caminar dos cuadras más tenía que ver un parque y dar vuelta a la derecha y me siguiera todo derecho hasta ver el lugar frente a mi... - volví a sujetar el mapa tratando de ver en dónde estaba.

-Okey. Tranquila solo necesitas que alguien pase por aquí para preguntar en qué parte estás exactamente y que camino tomar para llegar a mi destino original.... - mire a mi alrededor pero las calles estaban completamente vacías, no había ni una sola alma a la vista.

-Otra opción sería regresar por dónde vine y tratar de retomar mi camino... - mire una vez más a mi alrededor, decidí tomar la segunda opción al no ver a nadie.

Camine de regreso por dónde vine. Me detuve abruptamente al escuchar un grito de dolor seguido por varias risas de hombres en el callejón. Al parecer estaban golpeando a alguien.

-¡Sigue con tu camino soledad! ¡No te metas, no es tu problema!... - mire una vez más hacia el callejón.

¿Qué clase de persona seria si ignoro tal hecho?.

¿No se supone que tenemos que ser solidarios con los demás?.

-¡Supongo que es inevitable!... - suspiré resignada.

Cruze rápidamente la calle hacia el callejón.

Deje caer mi bolsa detrás de unos botes. Para después caminar hacia ellos.

Al entrar al callejón pude ver en el suelo a un hombre como de unos 28 años, se sostenía la zona de las costillas, al aparecer le habían roto algunas costillas.

Eso no parecía importarles a los hombres pues seguian golpeándolo de una manera salvaje.

No. Pude resistirme, tenía que ayudar al pobre hombre.

-¿Porque será que siempre me encuentro con personas tan desagradables como ustedes en todos mis viajes?... - llame la atención de los cuatro hombres.

-Niña no te metas en lo que no te importa y sigue con tu camino... - dijo uno de los hombres con una sonrisa burlona acompañado de los demás.

-Lo siento. Pero esto ya es mi problema... - los cuatro hombres dejaron de reírse ante mi respuesta.

-Y los que se deberían de ir de aquí, ahora mismo son ustedes.... Deberían de aprovechar esta oportunidad de salir ilesos que les ofresco a ti y a tus amigos... - me agarre el cabello en una cola de caballo.

Al parecer éstos hombres no me consideraban una amenaza para ellos.

¡Grave error!

-¡Que conste que yo les di la oportunidad de salir de aquí ilesos!... - camine lentamente hacia los hombres, uno de ellos saco una navaja apuntando a mi dirección con ella.

-¿Qué harás con eso?... Acaso vas a intentar lastimar a una frágil chica en medio de un callejón oscuro con una navaja. ¿Acaso sabes que eso te convierte en un poco hombre? ¿Verdad?... - no puedo cometer ningún error en mis movimientos una equivocacion y estoy muerta.

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