cap. XXXVI. Tu Inocencia y Mi Pecado.

307 24 11
                                    

Sonrió infantilmente al ver aparecer aquella silueta tan ausente a través de su puerta, vio como respondió a su sonrisa y reconoció su cabello detrás de una de sus orejas, un brillo extraño se reflejaba en esos ojos dorados, un brillo que no había visto antes en ella.

-Hinata!- Dijo un modo de saludo acercándose hasta poder abrazarla por el cuello, no sabía en qué momento se había vuelto tan cerca con aquella delicada chica. –Gomene… No he podido venir tanto como quisiera- Se disculpó sentándose muy cerca del torso de la ojiblanca esta negó lentamente tocando la mano que estaba más cerca de sí.

-Sasuke me dijo porque no ha venido- Confeso sintiendo un sonrojo subir hasta su rostro, ahora entendía un poco la molestia que aquella pelinegra había sentido cuando se enteró que estaba embarazada.

-Eso me ha tenido extremadamente ocupado, son demasiados exámenes!- Dijo abiertamente reflejando un cansancio exagerado en sus facciones, vio como la ojiblanca se puso nerviosa y empezó a reír. –No te asustes, lo dije jugando- Murmuro tomando unos cuantos mechones que caían por el rostro de la joven mujer y los dejo caer sobre el hombro de la chica.

-Arigatou…- Murmuro por lo debajo juntando sus manos sobre las sabanas de seda verde claro, sintió un nudo subir desde la boca de su estómago hasta la garganta, sintió las manos de la mujer obligándola a mirarla sintiendo como sus lágrimas se abrían camino desde sus ojos hasta esas manos suaves que la sujetaban.

-No tienes que agradecerme Hinata… No fue en ningún momento una molestia- Susurro dándose cuenta de porque la ojiblanca estaba reaccionando así, llevo su cuerpo un poco más cerca de aquel frágil que empezaba a temblar levemente para darle un abrazo maternal.

-Prometí que no lloraría más demo… Demo es muy difícil- Gimió escondiendo su rostro en el pecho de la mayor que acariciaba lentamente su largo cabello, cerró los ojos intentando controlar su tristeza y revivió nuevamente la noche anterior.

Flash Back.

Su corazón todavía intentaba controlarse de la emoción que sentía, vio nuevamente el hermoso zafiro en forma de corazón brillar desde su pálida mano y el calor volvió a sus mejillas, ese anillo lo hacía todo oficial, ese anillo era lo que debía entregarle el pelinegro para cerrar el trato.

Baka… El anillo estaba en el plan" Pensó intentar controlar su respiración, no pudo evitar avergonzarse de saber que a partir de ese momento tendría ese bello anillo adornando su mano hasta que tuvieran su primer hijo.

-Hinata…- La ronca voz del pelinegro el saco de sus fantasías, unas donde su felicidad le dio paso a una tristeza que consumía lentamente su corazón. Vio como el tenia un abrigo negro espantoso y la miraba preocupada.

-Nani?...- Logro pronunciar intentando no hacer notar el nudo que se había hecho en su garganta. –Sasuke… Vas… Vas a salir?- Interrogo sintiéndose nerviosa, era ya muy tarde como para que saliera por algo de la empresa.

-Crees que puedes soportar un poco el dolor?- Interrogo abriendo el gran closet de la habitación, una luz se encendió en el interior sorprendiéndola un poco, ¿cuán grande podía ser como para necesitar una luz interior?. –Hinata…- Volvió a llamar sacándola de sus pensamientos, llevaba un abrigo morado en los brazos y lo coloco justo a los pies de la cama viendo la confusión cubrir aquel hermoso rostro.

-No siento ninguna molestia en este momento de demostración…- Se cortó la ver como el pelinegro se acercaba a ella y con cuidado empezaba a sacar las frías sabanas dejando su cuerpo expuesto. –Donde vamos Sasuke?- Interrogo apoyándose en sus codos intentando enderesarse lo más que le daba aquel fastidioso yeso.

El Pecado de tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora