Cap. XV. La Verdad sobre Mi Pasado.

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Observaba distraídamente cada rincón de aquel lugar, podía notar lo iluminado que ahora se encontraba, lo extraño y tranquilizante que le parecía que se hubiera modificado aquella sala, aquel comedor, aquella cocina, todo tenia aquel ligero parecido con ella, todo se la recordaba.

-Porque no me dejas en paz?- Sonó entre sollozos a través de la puerta, el solo pudo cerrar los ojos nuevamente y suspirar, tenía casi una hora apoyado en esa puerta, esperando que ella se rindiera y le dejara pasar pero no parecía surtir efecto.

-Si me dejaras...-

-Vete!- Lo corto con una ira bastante impropia de aquella delicada chica, se giro una vez mas y vio la sombra de la chica a través de la ranura de la parte inferior de la puerta, parecía estar sentada al otro lado y eso solo lo hacía sentir más miserable.

-Déjame entrar- Ordeno nuevamente golpeando un poco la puerta, pero solo logro escuchar un ahogado sollozo, podía imaginarla, tenía su boca cubierta con sus manos y su rostro estaría rosado de tanto llorar, y era solo su culpa, por su pasado, por Natsuko.

-Déjame ir...- Susurro rasguñando ligeramente la madera de aquella puerta. –Necesito irme de aquí-

-Iie...- Se negó molesto, ya no podía concebir su departamento sin ella, su vida sin ella. –Escúchame!- Dijo golpeando nuevamente la puerta, la escucho gritar asustada y vio como la sombra se alejaba de la puerta.

"Que rayos!" Pensó irritado volviendo a golpear insistentemente la puerta, debía escucharlo, debía entender que era lo que sucedía. –Hinata!- Volvió a llamar confundido no podía escucharla, ni siquiera su llanto ahogado y eso empezaba a preocuparle.

-Pasa...- Susurro roncamente al tiempo que abría la puerta, Sasuke la miro confundido, su cabello estaba enrededado, sus manos estaban temblando mientras sostenía la puerta abierta y su cara, estaba oculta por su flequillo, odiaba aquello.

-Que es...- Pero se corto al ver como la ojiblanca caminaba hacia una pequeña maleta que estaba sobre la cama, la vio terminar de guardar algunas cosas que podía reconocer como sus productos para el baño. –Donde crees que vas?- Cambio su tono a uno más serio mirándola fijamente.

-Me iré...- Empezó bajando nuevamente su rostro, se movía ágilmente en aquel lugar, había aprendido a vivir tan bien como él en aquel lugar y no podía dudar que extrañaría la compañía y las sensaciones que aquel chico le daba.

-No lo harás...- Ordeno irritado tomándola del brazo, ella solo se estremeció y oculto mas su rostro, sabía que no debía verla así, odiaba ser tan débil, tan fácil de adivinar; Sasuke tomo la barbilla de ella y aplicando mas fuerza de la normal la obligo a verlo.

-Te escuchare... Demo luego me iré...- Dijo intentando contener las lagrimas que seguían cayendo por su rostro, el la libero suavemente, vio que aquellos ojos negros reflejaban confusión y el gesto general de su rostro era sorpresa, tal vez porque nunca antes la había visto así.

-Porque?- Logro preguntar sentándose en la cama, Hinata camino hacia él y se sentó a su lado acariciando delicadamente aquella mano, ahora el contacto de aquellas suaves y aterciopeladas manos le dolía y no entendía el porqué.

-Porque no deseo seguir viviendo contigo...- Confeso sintiendo como su voz volvía a debilitarse. –Amas a Natsuko?- Interrogo haciéndolo subir su mirada, vio como la miraba confundido.

-Me escucharas?- Respondió con otra pregunta, Hinata solo suspiro y sonrió tristemente mientras separaba su mano de las del chico.

-Me amas a mi?- Volvió a preguntar juntando sus manos, estaba nerviosa podía sentirlo, podía sentir la mirada del chico estudiando su comportamiento.

El Pecado de tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora