Cap. XXIV. La verdad de Neji Hyuuga.

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La tormenta se hacía cada vez más fuerte, los copos de nieve golpeaban cada objeto con tal fuerza que ya no eran aquellas simples maravillas que relajaban con su existencia a cuanta persona los observara, sus ojos se clavaron en aquel cambio de ambiente y suspirando tomo un poco más de su te.

-Quieres hacerlo mañana?- Una ronca voz corto el silencio que los inundaba, al parecer a ella no le incomodaba pero, para el cada segundo que pasaba el ambiente se hacía cada vez más pesado, recordándole que en cualquier momento ese hombre volvería a la mansión.

-Hai… Mi Otosan debe saberlo lo antes posible… Tal vez así Sasuke-san…- Pero se corto al escuchar un gruñido de frustración por parte de su primo, desde que fue a recogerla estaba molesto y aunque no habían hablado mucho durante el viaje ella se había percatado de su incomodidad, posiblemente por el pelinegro.

-Que empeño tienes en quedarte con él?... Solo porque sea el padre de tu hijo no significa que debas aguantar su comportamiento neurótico!- Dijo cruzándose de brazos, sabía que tenía que mantener la calma pero es que saber que ella seguía ciegamente deseando estar con él ignorando el hecho de que el rompería el compromiso lo estaba ahogando.

-Neji-niisan onegai…- Suplico uniendo sus dos manos viendo fijamente al chico delante de si, sabía que él estaba molesto con el Uchiha pero debía convencerlo, tenía que tener al castaño de su lado para evitar que rompieran el compromiso.

-Acaso no te das cuenta que el muy kisama no desea tener hijos?... Por eso se molesto cuando se entero, es todavía demasiado egoísta!- Recrimino sintiendo la furia apoderarse de su cuerpo pero se detuvo de su verborrea al darse cuenta que la chica delante de si empezaba a sollozar silenciosamente.

-Yo… Yo se que el… El está enfadado por el bebe demo… Y si es porque nuestros padres se molestaran? Y si es porque lo obligaran a adelantar el matrimonio?- Divago clavando sus perlados ojos en los del chico dejando a la vista las pocas lagrimas que habían escapado de sus delicados ojos manchando así sus mejillas.

-Si él te amara Hinata no le importaría nada de eso…- Dijo suavemente bajando sus brazos, sabía que no podía llevarle la contraria a aquella delicada joven, lo tenía totalmente bajo su control y aunque odiaba saber que la había perdido con un chico tan malcriado solo le tocaba intentar hacerla feliz.

-Yo… Yo realmente no sé lo que él siente demo… Sé que esta tan asustado como yo- Revelo sonriendo infantilmente apoyando su frente en el hombro del hombre, suspiro satisfecha, sabía que podría contar para siempre con aquel hombre, el único que realmente parecía entender en su totalidad cuanto estaba sufriendo.

Neji solo se limito a abrazar a la chica, tenía que volver a hablar con el Uchiha, tenía que entender porque razón le tenía tanto miedo al embarazo de Hinata, debía entender porque alguien que estaba luchando con todo por ella de un día para otro retrocedió cediendo totalmente su pertenencia.

Una corriente de brisa fría atravesó toda la habitación haciendo que el fijara su vista en la tormenta que parecía seguir aumentando en el exterior, ahora no podría salir de aquel lugar por algunas horas y aunque le aliviara aquello le dolía saber que tendría que estar viendo sufrir a Hinata.

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Gruño fastidiado al momento que estaciono frente a la mansión de su familia, odiaba la idea de volver a aquel lugar pero era el más cercano para protegerse de la tormenta que empezaba a cubrir todo con un manto grueso de nieve, todo por querer liberarse un poco de sus tensiones, vio de reojo como su compañero salía igualmente irritado de su auto y caminaba lo más rápido posible hacia la entrada de la casa.

El Pecado de tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora