𝐃𝐲𝐬𝐩𝐡𝐨𝐫𝐢𝐚 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧/𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐡𝐲𝐮𝐧 [4]

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Tardé mucho, las clases presenciales me están matando y esto sólo es el comienzo :'')

Bueno, aquí está el capítulo once uwu

Cualquier error ortográfico, me avisan :'U
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Hyunjin maldecía en sus adentros a todo lo que se moviera en ese preciso momento, caminaba de un lado a otro buscando sin parar y salía de la habitación tratando de buscarle el rastro sin poder encontrarle, pero...

¿Qué mierda era lo que estaba buscando?

El castaño había llegado al hospital hace menos de cinco minutos, y como todos los días, había ido directamente hacia la habitación de Jeongin no sin antes saludar y pedir la autorización a la enfermera, la cual extrañamente no estaba, pero sí una de sus compañeras, quien le había dado permiso de ir a ver a su malhumorado amigo. Sin embargo, se llevó una pequeña sorpresa al entrar a aquella blanca habitación, y era que Jeongin no estaba, había desaparecido.

Ni siquiera pudo pensar correctamente en ese preciso momento, la preocupación y el miedo invadieron en cuerpo de Hwang, que después de su pequeño trance y aquella presión en su pecho, no pudo evitar pensar lo peor, y es que, vamos, era Jeongin, ese chico había sido traído aquí por intentar atentar contra su propia vida, no sería nada extraño que hubiese tratado de escapar. Y eso era lo que le preocupaba, el simple hecho de haberse encariñado demasiado rápido con su peliblanco amigo le jodía porque por más que quisiera, no podía dejar de estar preocupado por él.

—Mierda, ¿Dónde está?

Murmuró en voz baja con angustia sintiendo un pequeño nudo en su garganta, y antes de que pudiera revisar aquel cuaderno que sobresalía bajo la almohada del menor, algo le empujó hacia adelante haciendo que cayera al suelo, haciéndole soltar un pequeño quejido y fruncir el ceño.

—Quítate.

La voz tosca del peliblanco más la expresión algo cansada que tenía, hizo al castaño suspirar de alivio, tanto que ignoró el hecho de que literalmente Jeongin le pateo el trasero. Una sonrisa se instaló en los labios de Hwang al verlo con el cabello húmedo y expresión de pocos amigos, el mayor se levantó del suelo al escuchar la risa de la enfermera que iba tras el peliblanco, por lo que un pequeño sonrojo por la vergüenza se instaló en sus mejillas, miró mal a Jeongin quien parecía ir sin la menor pisca de remordimiento por haberle pateado y empujado.

—¿Dónde mierda estabas?

—La enfermera me llevó a darme un baño, ¿Por qué? ¿Algún problema, pedazo de idiota?

—Pensaba que te habías escapado, imbécil de cuarta, ¿Acaso crees que eso no me asusta?

—¿Es en serio? Si quisiera escapar, ya lo hubiese hecho antes.

—¿Por qué será que eso no me sorprende? — Murmuró entre un breve gruñido el de cabello castaño mientras se cruzaba de brazos con una expresión de desagrado en el rostro.

—Dios, ustedes son como perros y gatos. — Comentó la enfermera mientras su risa cesaba y negaba con su cabeza ante la pequeña discusión de ambos chicos. Por su parte, Jeongin no comentó nada y se dirigió en silencio hacia la ventana, abriendo las finas capas de tela que la cubrían, aun cerrada, podía observar el exterior a la perfección.

—Yo sería el gato, soy más inofensivo que ese perro pulgoso y gruñón. — Respondió Hyunjin mientras se apoyaba en la pared, estando de brazos cruzados mientras la mirada del menor volvía a caer en él con gracia ante las palabras del castaño.