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Volvía a caminar entre el olor embriagante de los libros que logró abrazar a su cuerpo, los grandes estantes ocultaban su travesía y le escondían en aquel paraíso al cual recurrió en sus días de soledad, aquel sentimiento en su pecho de libertad cada vez que ponía un pie en aquella biblioteca a la cual nadie iba durante esa hora del día, refugio en el cual se sentía uno con el aire y del cual disfrutaba respirar sin presiones, lamentablemente no estaba ahí para disfrutar, recurría a ese sitio una vez más para recuperar el tiempo perdido en su habitación, horas las cuales supuestamente debió aprovechar para estudiar los últimos temas previamente vistos en clase, a las cuales por su ánimo, no prestó mucha atención.

Pero ahí estaba, perdido entre libros y apuntes de su cuaderno, letras en las que por horas divagó por tratar de entender, maldiciéndose una y otra vez por sólo haber tomado simples notas en clase en lugar de tomar el conocimiento de ella. Apartó de su rostro un par de mechones rebeldes de su brillante cabello platinado, el cual había logrado renovar su brillante color tras seguir el cuidado indicado por su mejor amigo, el cual le sugirió un día antes encargarse del desastre en el que se convirtió, pues había pasado una semana y media desde el incidente.

Todos los involucrados en el conflicto en casa de los señores Hwang habían tenido que declarar sus versiones de los hechos, incluido el chico en la biblioteca. Tal cual, y como Seungmin lo comentó, sus sospechas terminaron por afirmarse tras analizar las sustancias encontradas en casa de los padres de los hermanos Hwang, los exámenes de sangre confirmaron el estado previo de ebriedad del padre de Hyunjin, al igual que los señalamientos de haber sido drogado por su esposa quien había fingido un abuso en contra suya. Debido a las investigaciones, había sido una semana demasiado larga para todos, incluido para el dueño de sus pensamientos constantes, el cual fue encontrado inocente tras las declaraciones del resto y de las autoridades encargadas de tomar el caso al llegar al lugar donde ocurrieron los hechos.

Tras varios intentos de negación por parte de la madre de Seungmin, y el dictamen psicológico tomado por la especialista encargada del caso, fue la señora Sunhye quien terminó por fingir demencia y aprovecharse de los resultados obtenidos, sabiendo que las consecuencias de sus actos habían ido lo suficientemente lejos como para obtener suficiente parte de los cargos, terminando por ser enviada a un hospital psiquiátrico del cual dependiendo su avance, saldría para cumplir con su condena dictada por la ley. Contrario a su esposo que después de la rehabilitación, sería de igual manera sometido a continuar con lo sentenciado por el juez al que Seungmin había recurrido tras presentar cargos con una orden de alejamiento incluida.

Muchas cosas habían pasado durante dicho lapso temporal, por la influencia del chico castaño, Jeongin terminó regresado a terapia como un cachorro regañado, pero por más que quiso resistirse, prefirió no darle demás problemas al mayor, pues entendía que había sido una semana dura para él. Por su parte, el hermano mayor del pelirrojo permaneció en su trabajo como normalmente lo hacía, y cuando regresaba a casa, encontraba el ameno ambiente cálido en su departamento, su hermano y ahora pareja haciendo de todo, a menudo cocinaban la cena juntos, jugaban con el pequeño cachorro de Yang que parecía odiar a muerte a Seungmin, pero éste no podía evitar querer mimar al pequeño Kkami que terminaba cediendo ante el Hwang menor.

Sus días habían mejorado, relativamente era mucho mejor tras haber hablado con Hyunjin de aquel sentir incrustado en su corazón que le hacía actuar como un total estúpido, había sido mejor tras tener una respuesta positiva por parte del castaño, que pareció extrañarle de igual o peor manera, el cual terminó aferrándose y apegándose más a él después de todo aquel suceso.

Recordó tiempo atrás, las noches en las que se deprimió tanto por haber perdido el sentido y el curso de su vida, porque los meses sin el chico que había salvado su vida eran simplemente días perdidos. En los que su habitación se convirtió en el único refugio que lo mantuvo relativamente a salvo de su propio hogar. Escuchó noches enteras como la puerta de su habitación era forzada para abrirse sin éxito alguno, se mantuvo sentado contra ella para evitar recibir visitas no deseadas por parte de su padrastro, tantas noches sin dormir pensando en lo banal y vacía que se había convertido su vida sin un rayo de luz en ella, y aunque tuviese un orgullo terriblemente insoportable, no pudo evitar pasar tiempo con su progenitora.

𝐃𝐲𝐬𝐩𝐡𝐨𝐫𝐢𝐚 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧/𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐡𝐲𝐮𝐧 [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora